Los 244 militantes de ERC que piden romper con el PSOE frenaron la victoria de Junqueras
Las dos primeras candidaturas luchan por obtener los votos en blanco para la segunda vuelta, el 14 de diciembre
La batalla por presidir ERC tendrá un segundo y definitivo combate después de que ninguna de las tres candidaturas que se presentaron en el Congreso del partido obtuviera el 50% de los sufragios. Para que este escenario se haya producido han tenido un papel clave los militantes críticos que consideran que ninguna de estas tres listas hace una enmienda a la totalidad de la política de pactos que ha seguido el partido desde el fracaso del procés. Los 244 votos en blanco coinciden con el apoyo que obtuvo Toni Vich para ser miembro del consejo nacional de ERC. Una votación que se hizo también en el mismo Congreso de ERC para elegir los nuevos consejeros del ente que vela para dar voz a la militancia entre congresos. THE OBJECTIVE ha tenido acceso al total de votos emitidos y los candidatos más allá de los datos facilitados por ERC donde solo figuran «los elegidos».
Toni Vich era la apuesta de Recuperem ERC, la candidatura auspiciada por el Col·lectiu Primer d’Octubre que no obtuvo el 5% de avales para presentarse a presidir el partido y que lleva tiempo criticando a la dirección por su acercamiento al PSOE. «Los votos en blanco son calcados a los de nuestro candidato», explica una fuente de esta corriente de ERC a este periódico. De acuerdo con la lista completa de candidatos y votos para ser uno de los 300 miembros del consejo nacional, Vich obtuvo 243 votos. Se trata de una votación paralela a la de la dirección del partido que se realizó en el mismo Congreso y en la que participó el 74,4% del censo.
Estos datos a los que ha accedido este periódico son internos. ERC ha facilitado únicamente los votos de los candidatos que se han hecho con un puesto en este consejo, pero no los del total de sufragios que se han emitido. En este consejo nacional destaca también la victoria de Joan Tardà, que no se ha presentado en ninguna candidatura, pero es cercano a Oriol Junqueras y ha sido el más votado de todos, con 2.987 votos.
Junqueras, a 111 votos del 50%
Por lo que respecta a la elección para la nueva dirección de ERC, en la que votó el 81,36% del censo, la candidatura de Oriol Junqueras, Militància Decidim, cosechó 3.157 sufragios (48,3%) y se quedó a 111 de lograr el 50% de votos que se necesitan para vencer. Nova Esquerra Nacional, la candidatura de Xavier Godàs que apadrina Marta Rovira obtuvo 2.308 votos (35,3%). La tercera, Foc Nou, consiguió 824 votos (12,6%). Si estas dos últimas candidaturas unen sus fuerzas, se quedarían a tan solo 25 sufragios de los que logró la lista de Oriol Junqueras.
Para las dos primeras candidaturas resulta ahora de vital importancia convencer a los que votaron en blanco, que representan el 3,7% de los sufragios. Según el censo electoral (8.300 militantes), hubo 1.497 personas que se abstuvieron. Este colectivo que no ejerció su derecho a voto hace difícil predecir qué hará en la segunda vuelta, el 14 de diciembre. Por ello, toda la atención está puesta en los indecisos que votaron en blanco y en captar los votos de la tercera candidatura -Foc Nou- que ya no puede concurrir en segunda vuelta.
Rovira necesita los votos en bloque de ‘Foc Nou’
La opción de Nova Esquerra Nacional, la candidatura encabezada por Xavier Godàs, y apadrinada por Marta Rovira y Pere Aragonès, necesita el trasvase en bloque de todos los votos de Foc Nou para poder plantar cara a Junqueras. En primera vuelta, la suma de estas dos se quedó a solo 25 votos de la del ahora expresidente de ERC. Pero la clave sigue estando en esos 244 militantes que votaron en blanco y que forman parte del colectivo que más se opone a los pactos con el PSOE.
En conversación con este periódico, estos críticos aseguran que «se mantendrán en el voto en blanco» como forma de obligar a Junqueras a dar un giro de 180 grados en su estrategia política. Oriol Junqueras ya se abrió a debatir con todos y a incorporarles en su proyecto para recoser la unidad. Aunque los críticos no pueden controlar lo que finalmente vote cada militante de forma anónima y secreta, han logrado forzar una segunda vuelta.