Sumar se irrita por la jornada laboral de 36 horas del PSOE: «Es una cortina de humo»
Yolanda Díaz avisa de que quiere llevar al Congreso su reducción de 37,5 horas en los próximos seis meses
La propuesta del PSOE aprobada en su el último congreso, que plantea la reducción de la jornada laboral hasta las 36 horas semanales de aquí a los próximos cinco años, ha irritado a Sumar. Los de Yolanda Díaz creen que fueron ellos quienes pusieron sobre la mesa una medida semejante -rebajarla hasta los 37,5 horas en 2025-, y que el PSOE nunca manifestó demasiado entusiasmo. Así que interpretan que los socialistas se quieren apropiar ahora de una iniciativa que suscita un considerable apoyo popular, limitando la proyección electoral de Sumar. En varios frentes de Sumar y también en el ámbito sindical califican la propuesta del PSOE de poco convincente: «Es una cortina de humo», resumen varias fuentes consultadas.
Es sabido que los congresos llevan consigo promesas que tienen más que ver con la propaganda que con un verdadero planteamiento legislativo. Y esto es exactamente lo que Sumar cree que ha ocurrido en el congreso del PSOE del pasado fin de semana. En ese cónclave, Sánchez y su partido se conjuraron para «ir más allá» en la reducción de la jornada laboral. Y esa promesa no ha sentado nado bien en el ministerio de Trabajo que lidera Díaz.
La política gallega ya ha decidido elevar la reducción a las 37,5 horas en su principal legado de la legislatura, al igual que la reforma laboral lo fue en la anterior. Después de fracasar en varios ciclos electorales (autonómicas y europeas), Díaz decidió dejar la primera línea orgánica de Sumar para centrarse en su actividad ministerial, con el objetivo de lograr una reducción «histórica» de la jornada laboral. Por eso, el hecho de que el PSOE hable ahora de una rebaja hasta las 36 horas ha enojado a miembros de Sumar, según admiten fuentes de esta formación, y reduce el alcance de la propuesta de Díaz.
Vetos cruzados
El problema, según señalan estas fuentes, es que todavía falta mucho para llegar a las 37,5 de horas. De ahí que empezar a hablar de 36 puede resultar un ejercicio pueril. Díaz no tiene cerrado ningún pacto parlamentario al respecto. Existen vetos cruzados de la patronal CEOE y Cepyme, además de barreras representadas por PNV y Junts per Catalunya, cuyos votos son esenciales para abordar la reforma. Los sindicatos están de acuerdo, pero, según la vicepresidenta, los socialistas no se han volcado en la iniciativa. Es más, el Ministerio de Economía la ha torpedeado, según los afines, a la vicepresidenta.
El enfado en el entorno de Díaz hizo que el martes la ministra de Trabajo dejara claro en una entrevista en la Cadena Ser que ella ya tiene una «hoja de ruta» para llevar al Parlamento su reducción de la jornada laboral en un plazo máximo de seis meses. Según Díaz, sus técnicos, es decir, sobre todo el secretario de Estado Joaquín Pérez Rey (el verdadero «ministro en la sombra», según se dice en el ministerio), habría llegado a un preacuerdo con CCOO y UGT para aumentar la presión sobre la patronal y los demás partidos del bloque de investidura.
Perfil bajo y propuestas
Díaz sabe que es posible que la reforma fracase en el Congreso, pero está dispuesta a seguir adelante, con o sin el apoyo del PSOE. Ya se lo ha comunicado al equipo de Pedro Sánchez, quien en un primer momento había manifestado su recelo a que la política gallega siguiera con su plan y abocara al Ejecutivo a otra derrota parlamentaria. Pero el equipo de Díaz sostiene que los socialistas «dejaron sola» a Díaz en enero, cuando la pinza entre Podemos y Junts hizo caer un decreto presentado por la ministra de Trabajo, y durante el caso Errejón. Así que ellos están dispuestos a elevar al Congreso la medida, so pena quedarse en minoría.
Para los estrategas de Díaz, incluso una derrota aportaría cierto rédito político, puesto que se vería que Sumar quiere «hacer propuestas», y no limitarse a gobernar «resistiendo», que es uno de los lemas de la vicepresidenta, aunque eso fracase en el Congreso. La receta de Díaz para el actual curso político, en el que, por otro lado, el PSOE se ve gravemente afectado por una batería de casos de presunta corrupción, es claro y así lo adelantó este diario: «Perfil bajo» sobre la corrupción y «propuestas» en el Congreso. Y en el momento de fragilidad del Ejecutivo, Díaz sabe que es esencial pisar el acelerador.