Robles relata su drama personal en la riada de Bilbao de 1983: «Nunca vi al Ejército»
La entonces joven magistrada perdió su coche e hizo cola para recibir agua y comida: «Los 10.000 militares no los vi»
La ministra de Defensa, Margarita Robles, ha relatado este martes en el Congreso su drama personal en la riada de agosto de 1983 que asoló Bilbao dejando 36 muertos y ha puntualizado que ella no vio a los militares en las calles de la capital vizcaína mientras hacía cola ante el edificio de Gobernación civil para recoger agua y alimentos. «Le puedo asegurar que en el tiempo que yo estuve (…) nunca vi al Ejército ni preguntamos por el Ejército», ha subrayado.
Robles ha explicado en primera persona por lo que pasó en Bilbao y se ha presentado ante sus señorías como «una víctima de las inundaciones». En aquel 1983 era una joven que acababa de ascender a magistrada y que salió a comprar la prensa de aquel día para una amiga.
«Llovía a mares, compré los periódicos y me paré enfrente del Ayuntamiento. Me dije ‘voy a esperar a que pare de llover‘. Cuando me di cuenta, no solo no paraba de llover, sino que mi coche ya se lo llevaba y a mí me llegaba el agua prácticamente a la altura de la cintura», ha explicado a los diputados de la comisión mixta sobre Seguridad Nacional.
«Perdí mi coche, tuve la suerte de ir (andando) al juzgado de guardia. Le puedo asegurar que durante tres días estuve haciendo cola ante el Gobierno civil de Bilbao, en la plaza Moyua, donde nos daban un poco de comida, un poco de agua. Le puedo asegurar que en el tiempo que yo estuve (…) nunca vi al Ejército ni preguntamos por el Ejército», le replicó al portavoz del Vox, Ignacio Gil Lázaro, después de que este último incidiese en el despliegue de 10.000 militares en la ciudad vasca en las primeras 72 horas por orden del Ejecutivo de Felipe González frente a la gestión «criminal» del Gobierno de Pedro Sánchez en la gota fría de Valencia.
«Estábamos todos en tratar de ayudar, entonces hubo 36 muertos. A mí, en aquel entonces, lo que se me ocurría era ayudar a la gente. Perdí mi coche, tuve una situación complicada porque me habían dejado una casa y también quedó inundada. Esos 10.000 (militares) que salen, sinceramente no los ví. No dudo que estuvieran, pero yo desde luego no los ví», ha subrayado Robles.
En la riada de Valencia, por contra, el 1 de noviembre, pasadas 72 horas de la mortífera DANA, «las Fuerzas Armadas españolas repartieron 40.000 litros de agua, 4.000 raciones de comida, 4.500 de cena, 3.500 kilos de comida empaquetada», ha sentenciado la ministra.
Por otro lado, Robles, ha confirmado que el Ejército de Tierra ha retirado el anexo del megacontrato para adquirir uniformes y otros suministros tras las críticas recibidas por incluir el mismo datos sensibles que podrían poner en peligro la integridad de las Fuerzas Armadas.
La titular de la cartera de Defensa ha aludido a la publicación en la plataforma de contratación del Estado de un expediente sobre la adquisición de prendas de uniformidad, coordinación, almacenamiento, preparación, distribución y logística inversa de las peticiones de los suministros del Ejército de Tierra, con un valor estimado de casi 300 millones de euros, que ha cosechado críticas a su departamento por incluir información muy detallada sobre aspectos de las Fuerzas Armadas.
A petición del PP y en la Comisión Mixta de Seguridad Nacional en el Congreso, Robles ha informado de que el Ejército de Tierra, responsable del contrato, ha retirado el anexo en cuestión para «no contribuir a la más mínima e infundada polémica» y que, en cualquier caso, el Tribunal Administrativo Central de Recursos Contractuales ha suspendido cautelarmente el contrato tras recibir un escrito de impugnación de una empresa.
De forma paralela, ha rechazado que el anexo incluyera información sensible sobre la estructura, efectivos y capacidades del Ejército de Tierra, achacando las críticas a «interpretaciones incorrectas, alarmistas y desconocedoras de la realidad». Además, ha tildado de «incomprensible» la información de THE OBJECTIVE de que dicho documento era en realidad la Orden de Batalla. «Nada más lejos de la realidad», ha recalcado.
«Quiero dejar claro que en ningún momento ese anexo o cualquier otro documento del expediente han revelado información clasificada ni sensible que pudiera hacer peligrar ni la integridad de las unidades de las Fuerzas Armadas ni la de sus miembros», ha añadido la ministra tras recordar que publicaciones especializadas abordan habitualmente información «precisa» sobre aspectos del Ejército de Tierra.
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