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Aldama, a Rivas: «Hay cosas que sólo sabemos tú y yo y no quiero que sepa la Fiscalía»

Ambos socios levantaron una «trama milmillonaria de compra de petróleo» desde Venezuela y Rusia

Claudio Rivas y Víctor de Aldama se conocieron a finales del verano de 2020, poco tiempo antes de iniciar las gestiones con el Ministerio de José Luis Ábalos para obtener una licencia de operadora de hidrocarburos. Durante un periodo de dos años, diseñaron un complejo entramado societario en Portugal, cuya finalidad era defraudar el pago del IVA en la compraventa de combustibles; y acabaron por levantar una «trama milmillonaria de compra de petróleo» desde Venezuela y Rusia, utilizando República Dominicana como caja fuerte y otros países para ocultar el dinero de tan lucrativo negocio. Rivas y Aldama compartían negocios, sociedades y propiedades. 

Según relatan algunos de sus socios a THE OBJECTIVE, a lo largo de ese 2020 Claudio Rivas inicia un proceso de asociación con Aldama en los dos restaurantes de su propiedad que posee en las Cuatro Torres de Madrid. Un proceso de adjudicación que culmina en 2021 con la entrada de Rivas en los dos restaurantes, en sustitución de sus anteriores socios, para lo cual le abona a Aldama un millón y medio de euros. Uno de ellos, el Wellow, fue donde el comisionista organizó junto a Koldo García el 60 cumpleaños sorpresa de José Luis Ábalos en diciembre de 2019, como adelantó este diario. En el evento coincidió Aldama con el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, que había afirmado inicialmente que no había «cruzado una palabra con ese señor». También asistió su mujer, Begoña Gómez, con quien Aldama había despachado dos meses antes en San Petersburgo, y la plana mayor del Gobierno y el PSOE. Entre ellos, el secretario de Organización del PSOE, Santos Cerdán, que aseguró recientemente: «Yo no he estado nunca con este señor. Nunca podrá decir que ha estado conmigo»

La participación de Rivas en los negocios de Aldama se produjo en 2021, cuando ya estaba en proceso la arquitectura de la ramificación portuguesa de la trama de los hidrocarburos. Y así consta en los nuevos audios exclusivos que obran en poder de este periódico, en los que Aldama intentó aplacar el enfado alcanzado días antes con su socio. «Claudio, a ver, te mando un audio mejor que escribirte porque creo que es más fácil que me entiendas y los whatsapps a veces se ‘malentienden’. Yo no sé tú, pero creo que necesitamos sentarnos y hablar de todo. Y cuando digo todo es todo. Me parece muy bien que sigas con tu historia de que lo tienen los abogados y que Fiscalía lo sabe todo, pues perfecto. Me parece muy bien que Fiscalía y los abogados lo tengan todo, pero hay cosas que tenemos que hablar tú y yo y no quiero que lo sepan ni los abogados ni Fiscalía». 

«Tú a mí me tienes que pagar un dinero que acordamos»

El principal motivo de preocupación de Aldama era liquidar la participación de su socio en los dos restaurantes que, según los socios de ambos, «se pensaron para explotarlos» teniendo además «una vía para blanquear dinero». Pero el negocio no dio frutos y finalmente Claudio Rivas abandonó su participación. Lo hizo tras las exigencias de Aldama, que en el documento sonoro al que ha tenido acceso este diario le apremia a efectuar un pago y devolverle la participación. «Creo que aquí tenemos un tema también conceptual. Tú a mí me tienes que pagar un dinero que acordamos de los restaurantes y que yo no te estoy pidiendo nada que no sea mío. Yo creo que tú piensas que yo te estoy sacando el dinero, o a tu familia el dinero, de otras cosas, cuando no es así. Cuando yo estoy trabajando porque tú me has dicho ‘céntrate en esto porque esto es de los dos’, sin pedirte nada de todo lo que he sacado y estoy sacando y sin exigirte nada. Lo único que te he exigido durante este tiempo, y los pagos que te he exigido durante este tiempo, es del acuerdo que tenemos tú y yo sobre los restaurantes. Sé perfectamente que te acuerdas de ello, sé perfectamente que está ahí, está por escrito además»

La conversación data del 2 de octubre, tres días después de que se produjera una comunicación anterior, de máxima tensión entre los socios, en la que Aldama amenaza a Rivas con ir a la Fiscalía. «Te pido que nos sentemos tranquilamente a hablar y a zanjar todo lo que ahora mismo nos une, que son los restaurantes, de una manera u otra. Si tú no quieres saber nada más de mí, lo asumo y lo admito. Lo que no puedo asumir es que alguien te hable mal de mí, y tú lo que deberías hacer es, mínimo, mínimo, darme la duda de si eso es cierto o no es cierto». El comisionista hace referencia a las advertencias que Rivas recibió de terceros en una cacería sobre que «Aldama es un estafador».

«Con Claudio Rivas, he sido fiel, siempre»

«No puedo obligarte a que estés conmigo, ni que tengas una relación conmigo», templa Aldama, quien admite que durante el fin de semana posterior a la conversación anterior «le he dado muchas vueltas a todo» y se disculpa por las amenazas vertidas. «Yo no soy así, pero yo me tengo que defender. Como tú tienes hijos, yo también tengo una hija. Hay una cosa que me fastidia mucho y te lo he dicho mil veces, que no me gusta que se rían de mí». Es cuando Víctor de Aldama demuestra el grado de implicación existente con este empresario, perseguido desde hace años por la Agencia Tributaria por sus operaciones fraudulentas en el sector de los hidrocarburos. «Yo contigo he sido fiel no, lo siguiente. Contigo, con Claudio Rivas. Luego me puedes traer a veinte que digan que soy un hijo puta, pues sí, seguramente he sido un hijo puta como tú lo has sido con otros veinte o con otros treinta, pero con Claudio Rivas, he sido fiel, fiel, siempre. Y te he apoyado en todo, y te he intentado salvar de muchas cosas, y de cosas que no sabes». 

No concreta sus maniobras para salvar a Rivas ni en qué negocios específicos, pero muestra su mano tendida para arreglar las cosas: «Si quieres que esto siga, yo estoy dispuesto, pero hay que sentarse y hablar. Te pido que sea esta semana porque yo tengo que zanjar esto esta semana». Le pide «una hora, hora y media, sin móviles, y tomar decisiones. No te pido otra cosa». Las fuentes consultadas por THE OBJECTIVE revelan que la conversación entre quienes se profesan mutuamente su condición de «hermanos» se produjo tras esa reunión entre ambos. Tras el encuentro, Rivas, «por recomendación de su hermana Marisa, vendió sus participaciones por un euro», pasando a adquirir Aldama la totalidad de la propiedad de los dos establecimientos hoteleros.

No obstante, en ese octubre de 2022, mantuvieron sus vínculos empresariales en el sector de los hidrocarburos. Apenas 15 días antes, habían recibido la licencia de operadora para la empresa Villafuel SL, que «exprimieron» hasta que en el mes de octubre la Agencia Tributaria clausura la mercantil, tras estallar la trama de los hidrocarburos el 10 de octubre de 2024. Como desveló THE OBJECTIVE, durante estos dos últimos años, Aldama y Rivas intentaron obtener dos licencias de operadora más, a través de las mercantiles Combustibles Peninsulares SL y Saguntoil SL. Pero sin Ábalos y Koldo en el Ministerio de Transportes, su complejo entramado fraudulento se vino abajo.

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