Calma en Moncloa ante la declaración judicial de Ábalos: «Está enfadado, pero no tiene nada»
En el PSOE, en cambio, las dudas son crecientes y resuena otra letanía incontestable: «Era el número dos»
En el Gobierno dicen estar «tranquilos» ante la declaración de José Luis Ábalos este jueves en el Tribunal Supremo, aunque su aparente tranquilidad se antoja más una calma chicha a la espera de su comparecencia en sede judicial. Tres años después de ser destituido fulminantemente y condenado a una muerte civil interna en el PSOE, sus antaño compañeros de partido admiten ya que la caída de Ábalos respondió a la «sombra de sospecha» de corrupción que pesaba sobre él. Y presumen de haber sido «implacables», pese a que su suspensión de militancia y expulsión del grupo parlamentario socialista se produjo tras estallar el caso Koldo, en febrero de 2024, y no después de su salida de Moncloa en julio del 2021. Un periodo de tres años durante los cuales el exministro y ex número tres del PSOE ocupó la presidencia de la comisión de Interior del Congreso de los Diputados y fue en las listas electorales del 23-J como número dos por Valencia.
Pero más allá de lo que presume, el Ejecutivo destila una cierta inquietud respecto a la declaración judicial de este jueves. «Está enfadado», reconoció en conversación informal con periodistas la vicepresidenta primera del Gobierno, María Jesús Montero, en referencia a Ábalos, que se encuentra suspendido de militancia desde febrero de ese año, tras un ultimátum de Ferraz que le instó a entregar su acta tras conocerse la implicación de Koldo García Izaguirre en el presunto cobro de comisiones ilegales en la venta de mascarillas durante la pandemia a través de la empresa Soluciones de Gestión y Apoyo a la Empresa SL del cabecilla de la trama, Víctor Gonzalo de Aldama.
Otros, como el ministro de Presidencia, Félix Bolaños, advierten de que «Ábalos es un hombre inteligente» y tendrá una estrategia para convencer al juez de su inocencia, como convenció durante años a sus compañeros del PSOE y a la mayoría de medios de comunicación. Los posicionamientos de varios miembros del Ejecutivo buscan evidenciar que la situación está bajo control porque «hay inconsistencias en los relatos y contradicciones en las fechas que ha dado Aldama». Cosa distinta sería si el antaño fiel escudero de Pedro Sánchez señalara a otros miembros del Gobierno que, junto a él, pudieran haber participado en el caso Koldo o la trama de los hidrocarburos, como el ex jefe de gabinete de Reyes Maroto en Industria, Juan Ignacio Diaz Bidart, con quien se reunió la trama en el Ministerio, con la presencia de Koldo García.
«No tienen pruebas»
Los miembros del Ejecutivo recitan a coro la letanía gubernamental: «No hay pruebas. No puede señalar a ningún miembro del Gobierno». Y se aferran a que, hasta el momento, el comisionista no ha aflorado los documentos que dan veracidad a su relato. Varios miembros del gabinete de ministros sostienen que «en los 37 folios del escrito de alegaciones de Aldama no hay ninguna prueba. Ni sobre Santos Cerdán, ni sobre Carlos Moreno, ni sobre ningún miembro del Gobierno. Solo pantallazos con los teléfonos móviles. No ha aportado ni una sola prueba de lo que dice».
Obvian la única prueba consistente de ese documento, en el que se incluye un contrato de alquiler con opción a compra de un piso en La Castellana valorado en 1,9 millones de euros y que, según Aldama, constituyó un contrato de fiducia, en garantía al pago del cobro de comisiones de constructoras. Un miembro relevante del Gobierno se pregunta: «¿Qué hay de ilegal en un contrato de alquiler con opción a compra? El contrato no dice nada de comisiones de constructoras, eso lo dice Aldama». Obvian otros inmuebles, como el chalé de la Urbanización de La Alcaidesa en Cádiz que, supuestamente, regaló Aldama a Ábalos a cambio de favores del Gobierno, como realizar gestiones con los Ministerios de Industria y Transición Ecológica para concederle una licencia de operadora de hidrocarburos. «Son casas de Ábalos, Ábalos no está en el Gobierno», recuerdan los miembros del Consejo de Ministros consultados por THE OBJECTIVE.
«Ábalos era el ‘número dos’ del partido… y no actuó solo»
Otro ministro del núcleo duro hace hincapié en la nula credibilidad de Aldama, que «es un corrupto más, que no ha aportado una sola prueba» y niega que su declaración judicial responda a que la Fiscalía Anticorrupción le dé credibilidad a su declaración, sino que «responde a que, al haberse autoinculpado, el juez no ha podido hacer nada más que ponerle en libertad. Pero en estos tiempos de brocha gorda, si no coges la escoba y te pones a pintar, parece que no pintas nada».
La beligerancia en la utilización de estos argumentos evidencia el nerviosismo existente en el Gobierno y la necesidad que tiene el presidente de taponar la herida de los dos casos de corrupción que salpican a miembros del Gabinete. El exministro de Transportes sigue siendo el cortafuegos de Pedro Sánchez para evitar que escalen las responsabilidades políticas. Y la cantinela de que «no hay pruebas» suena más a un deseo que a una certeza. Al margen de los argumentarios de Moncloa, existe un partido donde las dudas son crecientes y donde resuena otra letanía incontestable: «Ábalos era el número dos del partido, el responsable de la financiación y el mentor de Aldama, que ha llegado a unos círculos donde nadie pensó que hubiera llegado». La duda es si Ábalos tirará de la manta o si queda manta de la que tirar. Porque también deslizan en algunos círculos socialistas: «Ábalos no actuó solo».