Un prestigioso economista augura que «el catalán se extinguirá en 2060»
Jesús Fernández-Villanueva ve un mayor riesgo de tensiones políticas en España por el declive del modelo productivo
Jesús Fernández-Villaverde, catedrático de Economía de la Universidad de Pensilvania y miembro del NBER (Oficina Nacional de Investigación Económica) y del CEPR (Centro para la Investigación Económica y sobre Políticas) de EEUU, lleva tiempo alertando de que el gran problema de Europa en general, y de España en particular, es el «colapso demográfico», con unas tasas de fertilidad muy bajas que contrastan con el elevado ritmo de natalidad de las familias procedentes de fuera del continente.
En una reciente intervención en la Fundación Rafael del Pino, el economista ofreció unas valoraciones muy pesimistas sobre las perspectivas económicas y sociales de nuestro país. Puso además un ejemplo muy concreto sobre el futuro del idioma catalán, que cree que está abocado a la «extinción» en 2060. «El catalán se extinguirá en 2060. Se aprenderá en los colegios pero poco más, como el galés en el Reino Unido».
Ni catalán ni vasco
La sociedad catalana es una de las que más inmigración recibe procedente del norte de África y otros continentes. «En Cataluña, en estos momentos, el 35 o 38% de niños nacen de madres no nacidas en España. Ninguno de estos niños va a hablar catalán, lo aprenderán en el colegio, pero ninguno hablará catalán en la vida diaria. Este número ha pasado de ser prácticamente cero al 38% en los últimos treinta años y sigue creciendo».
Si el castellano tiene más hablantes que el catalán entre los nacidos en Cataluña, la mayor tasa de nacimientos de madres de origen extranjero que se da en la actualidad reducirá aún más la posibilidad del catalán de sobrevivir. Como informó THE OBJECTIVE, el nombre de Mohamed de los bebés nacidos en 2024 en Barcelona ya es más común que Arnau, Gerard o Sergi.
«Del 62% de niños de madres nacidas en España, aproximadamente algo más de la mitad, el 55% hablan castellano y el 45% hablan catalán. En 2023 solo algo menos de un tercio de los niños nacidos en Cataluña vienen de una familia catalanoparlante. Esto lleva a un nivel en el que el catalán se extingue, se extinguirá en 2060. Se hablará en el colegio, como el galés en el Reino Unido», abunda.
Poco recorrido tiene también el euskera, según el economista: «Hasta el mismo Otegi dice que el futuro del euskera depende de la inmigración. Si a uno le importa que sobreviva el euskera con un 1,5% de inmigración anual no lo va a hacer».
Violencia política
De acuerdo con Fernández-Villaverde, el tipo de inmigración que recibe España «es un mal negocio» porque no son personas que lleguen con estudios superiores. Y asegura que el problema no se ve ahora, cuando hay un «flujo de caja» que llena las arcas públicas, sino que se verá en el futuro, cuando se deba dar una pensión y unos servicios sanitarios a todas estas personas. A su juicio, para poder mantener la población actual deberíamos sustentar un ritmo tan elevado de nueva inmigración que «los españoles nos convertiríamos en minoría».
El catedrático y asesor de prestigiosos entes privados de Estados Unidos asegura que España debe apostar por la adopción y generación de tecnologías punteras, como la inteligencia artificial. Y que todo «atraso» tecnológico tiene unas consecuencias políticas muy peligrosas.
«La inteligencia artificial va a cambiar todos los procesos productivos imaginables». En una coyuntura en la que el mundo está cambiando radicalmente, Fernández-Villaverde es muy crítico con el hecho de que España esté «anclada» en un modelo caduco, con una administración pública y una regulación obsoletas. «Nos encontramos con un riesgo clarísimo de que España, y la Unión Europea en general, fracasen en el gran reto del siglo XXI, que es la revolución de la inteligencia artificial». La única excepción española que señala es la Comunidad de Madrid.
La situación que atraviesa España no es nueva. Sucedió algo parecido en el siglo XIX, cuando nuestro país fracasó en la revolución industrial. «No fuimos Tanzania o Marruecos, pero nos quedamos atrás. Y este atraso de la economía significó que nos convirtiéramos en un país irrelevante (…). Pero lo que es más grave, las enormes tensiones político-económicas, que llevan a las guerras civiles que hay en España en el siglo XIX, y a la guerra civil del siglo XX, y a la violencia política que hemos tenido hasta hace nada son consecuencia directa de nuestro fracaso en el crecimiento económico».
Fernández-Villaverde confía en que no haya violencia política, pero insta a hacer los deberes y no fracasar en la revolución que representa la inteligencia artificial, porque si no, las tensiones internas crecerán.