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Sánchez renueva a sus líderes territoriales para un 'superdomingo' electoral en mayo de 2027

Se celebrarían al mismo tiempo los comicios generales, autonómicos y municipales

Sánchez renueva a sus líderes territoriales para un ‘superdomingo’ electoral en mayo de 2027

Pedro Sánchez.

El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, tiene una idea en la cabeza y ha dado órdenes para ejecutarla: celebrar un superdomingo electoral en mayo de 2027, cuando tocan los comicios autonómicos y municipales. Según revelan fuentes gubernamentales a THE OBJECTIVE, este es el horizonte con el que trabajan en el Palacio de la Moncloa, y el que motiva cada paso de la renovación de liderazgos autonómicos que ha iniciado el PSOE desde hace semanas. Madrid, Andalucía, Comunidad Valenciana y Cataluña son el blanco de la diana del presidente, cuyos candidatos para 2027 tienen la encomienda de hacer despertar de su letargo electoral a los territorios que antaño fueron los graneros de voto del PSOE. Qué mejor ocasión para hacerlo que una convocatoria de triple urna que movilice a todos los candidatos y a todo el partido en una única campaña que aproveche el hundimiento de Podemos y Sumar y saque de la abstención al votante desencantado. Objetivo: no dejar ni un voto en casa.

El plan territorial de Sánchez ha ido mudando de caras en los últimos meses, pero la estrategia es siempre la misma: colocar al frente de las federaciones socialistas más pobladas e infrarrepresentadas electoralmente a los principales pesos pesados del Gobierno. María Jesús Montero lleva un año liderando las quinielas en Andalucía; Pilar Alegría ha dado un paso al frente en Aragón, en mitad de las Navidades y ante lo ajustado de sus apoyos; Diana Morant y Pilar Bernabé configuran ya un tándem electoral para la Comunidad y el Ayuntamiento de Valencia, donde pretenden captar el desgaste del Gobierno de Carlos Mazón tras la dana; y Óscar López fue el elegido por Sánchez para Madrid, después de las reticencias del ministro de Presidencia, Félix Bolaños. Según fuentes socialistas, este fue el «gran derrotado del Congreso Federal del PSOE» tras habérsele negado la inclusión de su mano derecha, el delegado del Gobierno en Madrid, Fran Martín, en la Ejecutiva Federal del PSOE, y tras haber visto cómo su fiel Jesús Cepeda se aliaba con Santos Cerdán tras haberle incluido en un puesto de salida en las elecciones europeas de hace unos meses. 

Madrid ocupaba un puesto prioritario junto a Andalucía, que desde hace meses centra los quebraderos de cabeza de Sánchez, por la rebelión y el ruido interno de la federación más numerosa del PSOE, donde aseguran que «es un clamor que Juan Espadas no será ni secretario general ni candidato en 2026». El PSOE andaluz espera un pronunciamiento de Pedro Sánchez a la vuelta de su descanso navideño este jueves 2 de enero y con las miradas puestas en la vicepresidenta primera del Gobierno, María Jesús Montero, y la mano derecha de Santos Cerdán, el jienense Juanfran Serrano, aunque algunas voces apuntan a que «ya vamos tarde para experimentos» y abogan por retomar el plan inicial de la vicepresidenta primera del Gobierno.

«No dejar la estrategia a medias»

Las fuentes socialistas consultadas explican que la estrategia es optar por «liderazgos incontestables», es decir, que frustren la contestación interna y la presentación de candidatos alternativos: «Todo el mundo sabe que después de unas primarias el partido queda tocado y necesitado de integración». Siempre quedan represaliados descontentos y, por ello, ahora se opta por una falsa unidad que evite la celebración de primarias y acorte los procesos de renovación. Y, sobre todo, que imposibilite las sorpresas, como en el caso extremeño de Miguel Ángel Gallardo, que se aupó frente a la oficialista Lara Garlito. Ferraz hizo lo imposible por impedir las primarias en la Comunidad Valenciana, pero ha fracasado en el mismo plan en Aragón, donde el afín a Lambán, Darío Villagrasa, reta a la cúpula del partido con una candidatura alternativa. Está pendiente saber qué ocurrirá en Castilla y León, donde Ferraz impulsa una candidatura de consenso en torno a Carlos Martínez, el alcalde de Soria, pero los cercanos a Luis Tudanca no descartan que haya confrontación.

Desde Moncloa siempre han descartado las opciones de un adelanto electoral, pero ahora explican que una convocatoria anticipada de elecciones sería «dejar la estrategia a medias», en referencia a que la renovación de liderazgos autonómicos es sólo la mitad de una operación que culminaría con el ‘superdomingo electoral’, en mayo de 2027. Una fórmula que fue empleada con éxito en el pasado por Pedro Sánchez, apenas un año después de llegar al Gobierno. Al mes siguiente de su primera victoria electoral en abril de 2019, las europeas, municipales y autonómicas del 26-M convirtieron al PSOE en el claro vencedor de los comicios con un millón y medio de ventaja sobre el PP en la urna municipal y un histórico 32,86% en la europea, encabezada en aquel momento por Josep Borrell. Un triunfo que permitió descabezar los llamados ayuntamientos del cambio, por la caída de Podemos y sus socios. Un espacio que ahora ofrece una nueva oportunidad a los socialistas.

Los gurúes electorales del Gobierno ven ahora una nueva oportunidad en el ocaso de su socio minoritario tras el escándalo de Iñigo Errejón y la irrelevancia política de Yolanda Díaz. E interpretan las amenazas de Podemos de tumbar los Presupuestos del Gobierno como un farol que sólo persigue alzarse con el liderazgo para tomar el mando de los restos del espacio político. Son conscientes de que Podemos lleva meses diseñando una refundación para «matar políticamente a Yolanda y aniquilar la marca Sumar», pero no creen que la operación servirá más que para beneficiar personalmente a Irene Montero y Ione Belarra que políticamente a la formación morada.

El potencial de Madrid y Andalucía

Y ello les permite un enorme margen de crecimiento en plazas como Madrid, donde PSOE y Más Madrid empataron a 27 escaños en las últimas elecciones autonómicas del 28-M de 2023. La potencialidad de recuperación del voto radica en el desfase, entre autonómicas y generales, de más de 400.000 de votos en el cómputo total del PSOE. El 28-M, los socialistas quedaron desplazados a la tercera fuerza en número de votos con 609.718 (18,19%), por detrás de Más Madrid, con 615.171 (18,35%); mientras que en generales, Sánchez se hizo con 1.004.599 votos (27,84%) y Sumar 557.780 (15,46%). Según Ferraz, el perfil de Óscar es el idóneo para lograr recuperar ese voto de izquierdas perdido. Y así se explican iniciativas como los actos de conmemoración del fin de la dictadura, que «sólo pretenden buscar complicidades en el ala comunista y afín a Podemos».

En el caso andaluz el crecimiento potencial es mucho mayor. El desfase del voto socialista entre generales y autonómicas fue de 583.794 votos, habida cuenta de que en 2022, el candidato socialista Juan Espadas pulverizó el suelo electoral del PSOE andaluz hasta los 30 escaños, el 24%, diez puntos menos 33,48% del voto cosechado por el PSOE en las generales del 2023. Tras las últimas elecciones europeas, Pedro Sánchez señaló directamente a Juan Lobato y Juan Espadas como responsables del agujero electoral en sus territorios. Un lastre que decidió entonces cortar, con desgarro en el primer caso, y delicadeza en el segundo. Sánchez considera a Espadas un colaborador «leal», pero ya reconoce abiertamente que el objetivo del PSOE es erigirse en alternativa al PP. Y lo que le preocupa al presidente del Gobierno no sólo es que Juan Manuel Moreno Bonilla tiene asegurada Andalucía para 2026, sino que el PSOE sólo tiene opciones de mantenerse en Moncloa si resuelve el problema del liderazgo andaluz. Sánchez acelera las renovaciones de liderazgos con la vista puesta en 2027, según dicen en Moncloa, pero concediéndole una componente de importancia y urgencia, como si no descartara un adelanto.

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