Albares fulmina al embajador en Bélgica por quedarse dormido durante un discurso suyo
El ministro releva a Alberto Antón 15 días después de su episodio de somnolencia en la IX Conferencia de Embajadores
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El ministro de Asuntos Exteriores, José Manuel Albares. | Marta Fernández (Europa Press)
José Manuel Albares ha vuelto a sacar la guadaña en el Ministerio de Asuntos Exteriores. Tras la polémica salida del embajador Juan González-Barba de Croacia después de publicar un artículo en defensa del rey Felipe VI, el ministro ha ordenado ahora el relevo fulminante del jefe de misión en Bélgica, Alberto Antón, por haberse quedado dormido durante su discurso del pasado 13 de enero en la IX Conferencia de Embajadores celebrada en Madrid, según revelan fuentes diplomáticas a este periódico.
El jefe de la diplomacia abrió aquel día el citado cónclave con una intervención en la que hizo varios anuncios y marcó las líneas generales de la política exterior de su departamento para este 2025. Un monólogo de una hora que a algunos de los 130 embajadores presentes les costó seguir con los ojos abiertos. Las imágenes distribuidas por Exteriores durante el discurso de Albares mostraron a Antón dando cabezadas en varios momentos del mismo. El posterior vídeo subido a las redes por THE OBJECTIVE corrió como la pólvora entre los diplomáticos (ver abajo)… así como el enlace de una noticia de hace una década sobre la ejecución del entonces ministro de Defensa de Corea del Norte, Hyon Yong Chol, por dormirse en un desfile frente al dictador, Kim Jong Un. Toda una premonición.
Quince días después de ese episodio de somnolencia en la Conferencia de Embajadores, se ha producido la ‘ejecución’ de Antón: el Gobierno aprobó este martes -a petición de Albares- solicitar el plácet a las autoridades belgas para que José María Rodríguez Coso, actual embajador en Luxemburgo, ocupe el puesto de Antón en Bruselas. Un relevo que se hará efectivo en las próximas semanas, cuando el Ejecutivo belga dé previsiblemente su visto bueno y el ministro lleve el nombramiento formal de Rodríguez Coso al Consejo de Ministros.
El hueco de este último en Luxemburgo lo ocupará Nieves Blanco, actual embajadora en Lituania y esposa del representante permanente de España ante la UE, Marcos Alonso, por lo que ha primado el reagrupamiento familiar de ambos en la decisión de Albares. Se da la circunstancia de que Alonso es compañero de promoción del ministro -ambos ingresaron en el año 2000-. En la actualidad, se ha convertido en uno de los diplomáticos más fieles que tiene dentro de Exteriores, coinciden las citadas fuentes.
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Antón fue designado jefe de misión en Bélgica a finales de septiembre de 2022 tras una etapa como director de la Escuela Diplomática, por lo que su salida de Bruselas se produce apenas dos años después. Se trata de un destino en el extranjero en el que sus ocupantes suelen pasar cuatro años por regla general, lo que demuestra que a Albares no le ha temblado el pulso a la hora de firmar su destitución.
El embajador saliente deberá volver ahora al ministerio sin un puesto asignado y con las plazas en el extranjero de este año a punto de ser repartidas, por lo que las citadas fuentes dan por hecho que Albares le obligará ‘a hacer pasillo’, como se dice en la jerga diplomática cuando alguien queda sin atribuciones concretas, hasta que salga el próximo concurso de plazas en el exterior.
Licenciado en Derecho, Antón ingresó en la carrera diplomática en 1985 y Bélgica ha sido su segunda embajada tras un paso previo por la de Kazajistán entre 2008 y 2012. Varios compañeros suyos consultados por THE OBJECTIVE consideran «excesivo» el castigo de Albares con este veterano diplomático que en septiembre cumplirá 67 años, no lejos de la edad de jubilación que tiene este colectivo a los 70 años, por lo que esta fulminante destitución es un serio contratiempo en su recta final como funcionario.
Frustración y estrés en el ministerio
Varios diplomáticos coinciden en su preocupación por «el clima de terror» que impera, a su juicio, en el ministerio con decisiones como las que se están conociendo en las últimas semanas. Primero, con la salida imprevista de embajadores como González-Barba o, ahora, Antón. Pero también por el deterioro de la salud mental de algunos altos cargos. En la Secretaría de Estado para la UE, por ejemplo, ha habido en diciembre un caso de baja médica por estrés en el equipo negociador sobre Gibraltar y otro compañero ha pedido irse de embajador ante «el dosier tan tóxico» que tiene entre manos, pero no ha tenido éxito y deberá seguir en Madrid.
Además, entre los directores y subdirectores generales hay «frustración» con Albares al ver que no les recompensa con destinos en el extranjero tras varios años de trabajo en la sede central. Al menos una quincena de diplomáticos que ocupaban cargos intermedios en el ministerio y que concursaron para ser nombrados embajadores, han recibido la notificación del subsecretario del departamento, Xavier Martí, de que no figuran entre los elegidos, según El Confidencial Digital.
A ello se une que el jefe de la diplomacia ha empezado a sustituir a embajadores que solo llevaban tres años de destino y cuyos puestos no fueron incluidos en noviembre en la lista de una veintena de países a renovar en este 2025 -el denominado ‘embabombo’-. Esto último les llevó a pensar que tendrían un año más en sus respectivos puestos, pero luego se han encontrado con el jarro de agua fría de la llamada del subsecretario comunicándoles la solicitud de plácet de sus sustitutos y que, por tanto, tienen que ir preparando las maletas. Ha sido el caso de Raimundo Robredo y Victoria González Román, que llevaban desde principio de 2022 de embajadores en Sudáfrica y Dinamarca, dos destinos en los que habitualmente se solía permanecer cuatro años. Todo ello está generando inquietud entre los diplomáticos que se encuentran en la misma situación.