El PNV premia a un historiador que defiende que el palacio de París no es del partido
El autor francés Jean-Claude Larronde sostiene en su obra que el propietario del inmueble parisino era el Gobierno vasco

Dirigentes del partido nacionalista frente al palacio en París. | PNV
La Fundación Sabino Arana reconoció con uno de sus premios anuales el pasado domingo al abogado e historiador francés Jean-Claude Larronde. Una distinción de esta institución cultural, estrechamente vinculada al Partido Nacionalista Vasco (PNV), que ha sorprendido en el mundo académico, habida cuenta de la línea totalmente distinta que mantiene este experto respecto a la titularidad del palacio de París (Francia) que el Gobierno de Pedro Sánchez acaba de entregar a la formación política dirigida por Andoni Ortuzar. Frente a la posición del PNV, que defiende que fue el partido quien compró este inmueble en 1936, Larronda señala en su obra, Exilio y Solidaridad – La Liga Internacional de Amigos de los Vascos (Bidasoa, 2006), que su legítimo propietario es el Gobierno vasco.
Esta institución cultural otorgó el premio al historiador francés por su aportación al «proceso de construcción de la identidad vasca», según apuntó en un comunicado, en plena polémica por la cesión del palacio parisino -que alberga una de las dos sedes francesas del Instituto Cervantes- al partido vasco. La adquisición, una vieja reclamación de los nacionalistas, estaba recogida en una disposición del decreto ómnibus del Gobierno, que se aprobó a finales de 2024, y que, según ha avanzado el Ejecutivo de Sánchez, será convalidado en las próximas semanas tras lograr el apoyo de Junts, que votó en contra de la norma el pasado miércoles 22 de enero junto al PP, que también votará a favor.
El debate se ha situado en torno a si la titularidad histórica del edificio del número 11 de la avenida parisina de Marceau corresponde al partido nacionalista o no. Según corrobora un informe historiográfico del Estado sobre el caso, que llegó al Supremo en 2003, la propiedad nunca estuvo a nombre del PNV, pero su adquisición sí fue promovida por personas vinculadas a la formación que actuaron como testaferros para emplearlo después como sede principal del Gobierno del País Vasco durante el exilio, tras la guerra civil. Un Ejecutivo que se constituyó en octubre de 1936, cuando los sublevados ya habían conquistado Vitoria. Años después, el palacio fue ocupado por los nazis y cedido al régimen franquista.
«Partidario entusiasta del Gobierno vasco»
En su libro, consultado por este periódico, Jean-Claude Larronde explica que el chalé fue alquilado en principio por Rafael de Picavea para instalar allí tanto los servicios de la Delegación en Francia del Gobierno de Euskadi como la redacción de su órgano de prensa, cuya primera publicación se difundió el 7 de marzo de 1937. Y que fue en octubre de ese mismo año cuando «Marino de Gamboa, vasco de nacionalidad americana, lo compró en nombre propio». «Era un partidario entusiasta del gobierno vasco que le había confiado el encargo de centralizar las aportaciones económicas de los vascos que vivían en el continente americano», escribe el autor.
La escritura de la compra se habría formalizado los días 8 y 9 de octubre de 1937 «ante Jean Betheuil, notario de Sèvres (Seine-et-Oise), mediante un precio principal de 1.460.000 francos pagado al contado y del que el contrato contiene carta de pago». Larronde apunta además que una copia del contrato se transcribió en la Sección Tercera del Registro de la Propiedad del Sena el 19 de octubre de 1937, en el volumen 1.219, número 14.
Posteriormente, continua el abogado e historiador francés, ante el reconocimiento del régimen franquista por los países democráticos occidentales, «el Gobierno vasco consideró que convenía constituir una sociedad según el derecho francés que tomase a su cargo los bienes pertenecientes al gobierno vasco que se encontraban en suelo francés». Y así fue como Andrés Puech, armador y residente en París, «estableció en su condición de fundador (…) los estatutos de una sociedad anónima denominada Finances et Enterprises SA (…).
Testaferros del PNV
En su informe, por contra, el Tribunal Supremo apuntó que desde la dictadura de Miguel Primo de Rivera el partido nacionalista empleó «testaferros» o intermediarios para preservar su patrimonio, como los nombres citados anteriormente. De hecho, el documento historiográfico señala que los hijos de Marino de Gamboa, primer comprador del inmueble, presentaron en un proceso judicial previo declaraciones juradas en las que confirmaban que su padre, en los que respectaba a la propiedad del edificio (…), actuaba para ello en beneficio del PNV y no del Gobierno vasco».
Sobre la paradoja del PNV, en cualquier caso, de otorgar el premio de la Fundación Sabino Arana al autor francés, también escribía en El Correo Pedro Chacón, profesor de Historia del Pensamiento Político en la Universidad del País Vasco. «En esta edición (…) también se distinguió a Jean-Claude Larronde, el historiador que mejor conoce todo lo que ha pasado con el caso del palacete de París y que demuestra que aquel edificio fue del Gobierno vasco, no del PNV. Pero hay un Larronde historiador muy solvente y hay un Larronde nacionalista que nunca le falla a su partido, y de ahí el premio».