Sánchez pudo evitar con su voto como diputado congelar las pensiones en 2011
Zapatero sacó adelante un decreto de medidas para reducir el déficit por 169 votos a favor y 168 en contra
Pedro Sánchez, en un acto del PSOE. | Europa Press
El presidente del Gobierno ha echado en cara al PP que «congelase» las pensiones, pero Pedro Sánchez pudo evitar en 2010 que las pensiones de 2011 no se congelaran, como así fue. A propuesta del Ejecutivo de José Luis Rodríguez Zapatero, el diputado Pedro Sánchez Pérez-Castejón votó a favor del Real Decreto-Ley 8/2010 en el que se aprobó un conjunto de medidas extraordinarias para la reducción del déficit público. Entre esas medidas aparece en el capítulo II del decreto la suspensión de la revalorización de las pensiones, que fue convalidada por el Grupo Socialista el 27 de mayo con 169 votos a favor y 168 en contra. De modo que un solo voto hubiera hecho caer la congelación de las pensiones.
Entre otras medidas tributarias y de Seguridad Social, el resultado de esa convalidación, a propuesta del Grupo Socialista, no solo supuso congelar las pensiones: acabó suspendiéndose la deducción por nacimiento o adopción en el impuesto sobre la renta de las personas físicas (IRPF), la prestación económica de pago único por nacimiento o adopción de hijo de la Seguridad Social y la suspensión del Acuerdo Gobierno – sindicatos para la función pública en el marco del diálogo social 2010-2012.
El Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero, ya en su segunda legislatura, apenas encontró el apoyo de los miembros de su partido. En contra y en bloque tuvo al Grupo Popular, PNV, Esquerra Republicana, Izquierda Unida y el Grupo Mixto, en el que entonces se encontraban, entre otros diputados, Rosa Díez y Uxue Barkos.
Las actas del Congreso de los Diputados atestiguan el voto de Pedro Sánchez, tanto a favor de la congelación de las pensiones como de la reducción de un 5%, en términos anuales, del sueldo de los funcionarios. Cierto es, comentan fuentes populares a THE OBJECTIVE, que aunque en política es difícil saltarse la disciplina, no hubiera sido excepcional que Sánchez lo hubiera hecho, pues ya lo hizo cuando el PSOE propició la segunda investidura de Mariano Rajoy. Entonces, el dirigente socialista se obcecó en el ‘no es no’, y como consecuencia de ello abandonó su acta de diputado. Pero antes, en septiembre de 2011, Pedro Sánchez apoyó la reforma exprés de la Constitución, en concreto del artículo 135, introduciendo cláusulas de control de estabilidad financiera y dando prioridad al pago de la deuda. PSOE y PP consiguieron sacar adelante la reforma con 318 votos a favor.
El voto de Sánchez de 2011
Los socialistas no solo votaron a favor de este real decreto. Unos minutos más tarde -como muestran los archivos del Congreso de los Diputados- también votaron en contra de que este RDL se tramitara como proyecto de ley. De haber sido así, el resto de fuerzas políticas podría haber introducido enmiendas, y entonces hubiera existido la posibilidad de sacar la congelación de las pensiones de esa ecuación o alguna que otra medida.
La situación de ahora es a la inversa. Al Gobierno de Pedro Sánchez le apremia el apoyo de sus socios de legislatura para sacar adelante la revalorización de las pensiones -más otras cuestiones- en un decreto en el que se incluye la prórroga de la suspensión de los desahucios a vulnerables; de ahí que tras la derrota parlamentaria del decreto ómnibus, haya aceptado muchas de las condiciones de Junts para salvar un nuevo decreto.
El Partido Popular ya ha anunciado que dará su voto a Sánchez para evitar que no se actualicen las pensiones, que los usuarios del transporte puedan beneficiarse de las rebajas y que las ayudas a los afectados por la dana de Valencia lleguen. Esta declaración de intenciones no ha cambiado la posición de los sindicatos contra el PP. Este viernes, el secretario general de UGT, Pepe Álvarez, afirmó que lo de los populares con la subida de las pensiones «es del Club de la Comedia, porque dice que está de acuerdo, pero que va a votar en contra; no estoy de acuerdo, pero voy a votar a favor».
El gasto de las pensiones y de la dependencia
Mientras llega al Congreso la convalidación o no del acuerdo de este último decreto, estudios del Grupo de Investigación en Pensiones y Seguridad Social de la Universidad de Valencia, la de Extremadura y la Rey Juan Carlos de Madrid cifran el coste de la revalorización de las pensiones para 2025 en 6.703,6 millones de euros más, teniendo en cuenta pensiones no contributivas, de clases pasivas, contributivas y total de pensiones.
Coordinado por Enrique Devesa, doctor en Economía e investigador del IVIE, dicho estudio también determina que el gasto en pensiones públicas estimado en 2025 se acerca a los 216.000 millones de euros, lo que equivale a un 12,9% del PIB (12,8% previsto en 2024), si se aplica un crecimiento nominal del PIB del 5,5% en 2025. Estas estimaciones -recalca Devesa- se han basado en los datos que ofrecen las nóminas de los distintos tipos de pensiones de 2024.
Este viernes, expertos y economistas de Fedea y del Consejo General de Economistas advirtieron de la necesidad de evaluar la eficiencia del sistema de dependencia para asegurar su sostenibilidad en un momento de «desafíos», en el que, según las proyecciones demográficas, en 2050, «la población de más de 65 años estará en torno a 15 millones de personas respecto a los 9 millones actuales, lo que supondrá el 29% de la población total».
