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Vox lanza un aviso a sus cargos tras la marcha de Gallardo: «Nadie es imprescindible»

Malestar interno entre algunos miembros del partido por el mensaje lanzado por la cúpula a través de sus portavoces

Vox lanza un aviso a sus cargos tras la marcha de Gallardo: «Nadie es imprescindible»

Santiago Abascal, junto a Juan García-Gallardo. | Europa Press

Por si no hubiera quedado claro tras la salida de Macarena Olona, Iván Espinosa de los Monteros o Rocío Monasterio, en Vox «nadie es imprescindible», salvo quizá el líder, Santiago Abascal. Ese es el mensaje que lanza la dirección nacional tras la marcha de Juan García-Gallardo, que se va tras una dura discusión con Ignacio Garriga por negarse a firmar la expulsión de Javier Teira y Ana Rosa Hernando, sus apoyos en las Cortes de Castilla y León.

Lo verbalizó este lunes José Antonio Fúster, el portavoz nacional del partido, tras conocer su renuncia: «Nadie es imprescindible en Vox» y los cargos ocupados son solo el resultado de la confianza de millones de ciudadanos. Un mensaje que reprodujo mutatis mutandis el sustituto de Juan García-Gallardo en las Cortes de CyL, David Hierro, que aseguró que «el líder en todos los territorios es Abascal», y que «en Vox no hay ni chantajes ni baronías» que puedan debilitar su unidad.

Este martes lo secundó la portavoz parlamentaria, Pepa Millán, subrayando que el proyecto «trasciende a las personas». Y, por si no hubiera quedado claro, lo repitió el portavoz andaluz, Manuel Gavira: «En Vox, salvo Santiago Abascal, todos somos prescindibles, todos». Una evidencia de que la maquinaria de Bambú ha activado un mensaje que sirve para minimizar la marcha de su preboste regional, pero también como aviso a navegantes: la deslealtad o la insumisión se pagan.

Fuentes oficiales de Vox aseguran que el mensaje solo pretende dejar claro que «lo más importante es la marca de Vox», pero algunos miembros del partido lo han interpretado como una «amenaza velada» o un «desprecio». En este último sentido, la concejal en el Ayuntamiento de Madrid Carla Toscano ha expresado públicamente su desacuerdo: «Considerar prescindibles a todos es un desprecio al valor de cada persona». Su tuit ha sido apoyado por cargos y excargos del partido.

Un exdirigente del partido resalta que «no puede ser que se prescinda de los mejores y se blinde un partido para que no haya más que prescindibles de usar y tirar, salvo una élite intocable». «No hay nadie imprescindible, pero los hay (o debería haber) importantes», destaca otra fuente, en esta ocasión un cargo territorial de Vox, que denuncia que «un verdadero líder crea otros líderes y sabe delegar porque no está aterrorizado de que llegue alguien mejor que él».

«Hay miedo»

Por otro lado, el mensaje ha sido interpretado como una «amenaza» en Castilla y León, en donde la rebelión se encuentra algo sofocada tras la expulsión de sus dos instigadores, Javier Teira y Ana Rosa Hernando. Los alcaldes y concejales de Burgos, Salamanca y Palencia que los secundaban tienen «miedo» a seguir adelante, según fuentes territoriales, que denuncian que la dirección nacional «es una secta» y que su reacción contra los díscolos «ha sido desproporcionada».

Creen que la cúpula estaría avisando a quienes se han posicionado públicamente con los díscolos en estos últimos días. Entre ellos, la vicealcaldesa de Toledo, Inés Cañizares, que ha reivindicado «la necesidad de que en Vox exista democracia, libertad y debate», o la exdiputada Macarena Nevado, que denuncia que Santiago Abascal «no busca liderazgos, sino gente sumisa que obedezca».

Pasar página

Vox quiere pasar página ya de este inesperado episodio. Cuenta para ello con la convicción de que el mensaje o amenaza ha calado y que Juan García-Gallardo volverá a su profesión de abogado y no hará daño mediático al proyecto. Este continúa creciendo a nivel nacional, a pesar de las tensiones territoriales por la política de «orden y mando» centralizada en Bambú, y ya alcanzaría sus mejores resultados, según distintas encuestas, con un especial auge entre los más jóvenes.

Esto es así en parte por la ola internacional de nueva derecha, de la cual Vox se está beneficiando por sus aliados. Tras haber asistido a la toma de posesión de Donald Trump como presidente de Estados Unidos, Santiago Abascal recibe este viernes en Madrid a sus socios europeos, Viktor Orbán y Marine Le Pen, con quienes celebrará un mitin internacional este sábado. No obstante, cargos municipales y regionales advierten de que es necesario un mayor arraigo territorial para poder volar gracias a ese viento internacional que sopla fuertemente a su favor.

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