Díaz se ve ganadora en el pulso con Montero y cuenta con el apoyo de UGT y CCOO
En Sumar están convencidos de que «Yolanda le va a torcer el pulso a Montero» con la exención del IRPF
Yolanda Díaz y María Jesús Montero, en el Congreso. | Europa Press
«No, esto no es un paripé». En Sumar lo tienen claro: el choque que se escenificó el pasado martes en plena rueda de prensa del Gobierno en La Moncloa no fue algo artificial o impostado. Es más, creen que esta confrontación es la más intensa desde el comienzo de la legislatura. Y en Sumar están convencidos de que ganarán su apuesta, porque sostienen que aplicar el IRPF a una subida de 50 euros en el salario mínimo interprofesional es «una barbaridad». Sumar está dispuesto a llevar al Congreso el asunto, donde el Partido Popular, además de Podemos, se muestra favorable a su exigencia. Todo apunta a que el frente socialista reculará, y que «Yolanda le doblará el pulso a Montero», vaticinan en Sumar.
El salario mínimo interprofesional representa para Sumar algo así como su caballo de batalla histórico. Desde los pactos de gobierno de Pedro Sánchez con Pablo Iglesias, los miembros de Podemos han luchado para que el salario mínimo subiera y subiera. Lo hacían fundamentalmente por una razón demoscópica: sus sondeos internos señalaban que el apoyo popular al incremento del SMI era notable. Yolanda Díaz, consciente de esta situación, enarboló el asunto desde su llegada al Ministerio de Trabajo, y desde entonces, no ha parado de exigir subidas anuales al SMI. Ahora, con el último incremento, el SMI equivale a 1.184 euros en 14 pagas, una subida del 4% por encima del alza de los precios. Este aumento significa un incremento de 700 euros más al año.
Las fuentes de Sumar consultadas creen que Hacienda no ha querido esta vez (sí lo hizo el año pasado) ajustar los mínimos exentos del IRPF a la subida del SMI porque «no quiere dar más de lo que tiene». Pero para Sumar esto es un «error tremendo». «El PSOE está gestionando fatal el asunto», sostienen, y ya se ven victoriosos. Máxime porque otros socios de investidura, como ERC, Bildu y Podemos, y también el PP, se han mostrado favorables a subir la exención. Con el PP en la ecuación, además, la protesta de Sumar se ha convertido en un auténtico jaque mate para el área socialista.
«No se llevan bien»
«Yolanda y Montero no se llevan bien», admiten en Sumar para hablar de la relación personal entre las dos ministras y vicepresidentas. Por ello, creen que Díaz tendrá que resolver el asunto hablando directamente con Pedro Sánchez. No es la primera vez que acude directamente al presidente. Lo hizo en el último pulso con el ministro de Economía, y antes con Nadia Calviño, cuando se debatía la reforma laboral y otras subidas del SMI. En esos asuntos, aunque Sánchez en un primer momento parecía respaldar a sus ministros, al final cedió a las exigencias del socio minoritario. Y en Sumar están convencidos de que esto ocurrirá más pronto que tarde, también con la polémica del IRPF.
Yolanda Díaz, además, cree contar con el apoyo de los sindicatos. «Comisiones Obreras está presionando», afirman, y pronto se sumará también la UGT. Esa es la última carta que Díaz está dispuesta a poner sobre la mesa para forzar a María Jesús Montero a recular. O tal vez la penúltima, porque también les queda culparla de estar ejecutando una «política de recortes». Con esta contundencia, los miembros de Sumar intenta silenciar a aquellos que, en cambio, sí creen que todo es un «paripé» entre la Moncloa y la propia Díaz, para impulsar su figura. Esa idea circula en algunos sectores de la izquierda, pero en Sumar aseguran que el pulso va en serio, y que la vicepresidenta lo ganará. «Yolanda le va a torcer el pulso a Montero», repiten.
