El coste de altos cargos y asesores se dispara un 43% desde la llegada de Sánchez a Moncloa
El Gobierno suma 2.016 puestos de confianza y de alta responsabilidad en la cúpula de los ministerios

Ilustración de Alejandra Svriz.
El Gobierno ha comprometido durante los 11 primeros meses de 2024 un presupuesto para pagar las nóminas de altos cargos y asesores, sin incluir gastos empresariales e incentivos, de 147 millones de euros. La partida es con diferencia la mayor de la serie histórica y supone un 43% más que las obligaciones reconocidas en el mismo periodo de 2018. El actual presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, desembarcó por primera vez en Moncloa en junio de 2018 tras una moción de censura contra Mariano Rajoy. Desde esa fecha, ha disparado las cifras de su personal de confianza.
El año pasado acabó con 799 altos cargos, 92 más que en el último semestre de 2018, según la secretaria de Estado de Función Pública. Mientras, los asesores -personal eventual designado a dedo con sueldos que superan los 70.000 euros– sumaban a finales de junio de 2024, según el mismo departamento, los 795. Son 196 más que el semestre en el que Sánchez fue nombrado presidente por primera vez. Esta última estadística difiere, de forma considerable, de los datos que se desprenden de la Relación de Puestos de Trabajo (RPT) de la Administración General del Estado.
Este registro muestra que, a finales de 2024, el Gobierno contaba con una plantilla de 1.217 asesores y personas de su máxima confianza. Suman 375 más que los que presenta la estadística oficial de eventuales en las administraciones que elabora semestralmente el Ministerio para la Transformación Digital y de la Función Pública. La plantilla de cargos y de asesores -en este caso a partir de la RPT del Estado- estaba formada por 2.o16 personas.
Cargos y asesores
El incremento imparable del personal de confianza, las subidas periódicas de sus sueldos de acuerdo con la inflación, además de las colocaciones en los máximos niveles, han contribuido a desbocar el gasto. Los datos de la Intervención General de la Administración General del Estado analizados por THE OBJECTIVE dejan patente que los desembolsos en productividad y otros incentivos de todos los funcionarios superaron hasta noviembre los 900 millones. Una parte reseñable de estos pluses se destinó a completar la nómina cargos asesores. Mientras, la partida destinada en ese periodo para pagar cuotas y prestaciones sociales de los empleados públicos del Estado superó los 3.385 millones hasta el undécimo mes de 2024.
El encargo del personal de confianza, desde ordenanzas a consejeros, pasando por secretarios y directores de Gabinete, es realizar funciones expresamente calificadas como de asesoramiento especial. En este colectivo se incluyó también a una asesora del máximo nivel que tenía como función encargarse de la agenda privada de Begoña Gómez. Junto a esto, hay otros 110 puestos vacantes, diseñados para ser cubiertos a través de criterios de nombramiento a dedo con carácter eventual.
La ‘guardia de corps’ de Sánchez
El detalle de la relación de puestos de trabajo (RPT) muestra que el Ministerio de Presidencia, Justicia y Relaciones con las Cortes contaba a 1 de diciembre con 609 personas nombradas por el Gobierno con carácter eventual. En ese cómputo están incluidos dos en el Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS) y 16 en la Casa del Rey. Son asesores, jefes y consejeros, la mayoría de nivel 30. Por su parte, el Boletín rebaja la cifra a 446. Esta estadística es la que se ha usado de forma habitual y, pese a que reduce considerablemente las cifras frente a la RPT, el número de eventuales en Presidencia es el mayor de la democracia. También supone diez veces más que los asesores con los que cuenta el primer ministro británico.
Tras Presidencia, es Política Territorial el organismo que ostenta mayor número de cargos elegidos a dedo, que están en vigor mientras se mantenga en el puesto la persona que los nombró. La RPT eleva la cifra a 165, 60 más que los que marca el Boletín Estadístico de la AAPP. Exteriores -31- y Transformación Digital -25- ocupan respectivamente el tercer y cuarto lugar. En el resto de los departamentos, el número de asesores oscila entre los 15 de Igualdad y los 23 de Trabajo y Economía Social.
Falta de transparencia
El Gobierno se ha mostrado totalmente opaco a la hora de dar detalles sobre altos cargos y asesores. Incluso ha decidido acudir a los tribunales para seguir ocultando esta información. Según el artículo 24 de la Ley de Transparencia, los ciudadanos pueden reclamar ante el Consejo de Transparencia para que dirima sobre las peticiones de información a las Administraciones cuya respuesta ha sido el silencio.
El paso siguiente, si no atienden a la decisión del Consejo, es la vía contencioso-administrativa. A ella pueden acudir tanto los ciudadanos como las Administraciones descontentas con la decisión. Unos lo hacen para que se les aporte los datos solicitados y otros para mantenerlos ocultos.
La agenda de los asesores
El Ejecutivo también sigue empeñado en ocultar la agenda de los asesores y jefes de gabinete que se reunieron con los protagonistas de la trama Ábalos. La mayoría de los encuentros que mantuvo Koldo García, asesor de José Luis Ábalos cuando estaba al frente del Ministerio de Transportes, concluyeron con intercambios de favores y anticiparon grandes adjudicaciones y concesiones de ayudas públicas que hoy están bajo la lupa. También se produjeron reuniones de asesores del Gobierno con el comisionista Víctor de Aldama y con Claudio Rivas, su socio en la trama de hidrocarburos.
La opacidad, similar a la que tiene que ver con los nombres y sueldos de este personal de confianza, se justifica en que la publicación de estas agendas no es obligatoria. De esta forma, asesores y jefes de gabinete se pudieron reunir para tratar cuestiones diferentes a los que tienen fijadas sin tener que dar explicaciones. Sobre el asunto se han pronunciado Transparencia y el Tribunal Supremo. Ambos defienden que se dé a conocer la máxima información y toda la actividad relevante relacionada con este personal designado a dedo.