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El 'caso Monedero' revienta el relanzamiento de Irene Montero en vísperas del 8-M

Podemos teme que el ‘caso Monedero’ centre el debate en la marcha y desate una avalancha de preguntas a Montero

El ‘caso Monedero’ revienta el relanzamiento de Irene Montero en vísperas del 8-M

Irene Montero en la marcha del 8-M de 2023. | Fernando Sánchez (Europa Press)

Ione Belarra, Pablo Echenique, Pablo Fernández, María Teresa Pérez… además de diputados y otros miembros de Podemos. Todos ellos se han volcado en los últimos días en explicar cómo Podemos gestionó las denuncias que recibió sobre presuntos acosos sexuales perpetrados por Juan Carlos Monedero. Todos menos Irene Montero, actual eurodiputada morada, y Pablo Iglesias, que se han mantenido sustancialmente al margen de la polémica. El objetivo de Podemos es claro: intentar encapsular la polémica, colocar a Belarra y otros dirigentes como pararrayos y mantener viva la candidatura nacional de Irene Montero de cara al futuro. Pero el hecho de que el caso Monedero haya explotado en vísperas del 8-M representa un problema añadido para el partido y su candidata in pectore.

Desde que estalló el caso Monedero, la figura más relevante de Podemos se ha mantenido al margen de la prensa. Montero ha evitado hacer declaraciones públicas, dejando sobre todo a Belarra responder a las preguntas de los periodistas. Irene Montero, tal y como adelantó este diario, está trabajando en la construcción de una candidatura nacional que lanzará aprovechando el próximo congreso del partido, en abril, y sobre el asunto de Monedero se ha limitado a escribir dos mensajes en las redes, ambos para respaldar las declaraciones de Belarra.

La exministra de Igualdad tan solo ha intervenido en una entrevista en Canal Red, controlado por Iglesias y afín a Podemos, para comentar lo ocurrido con Monedero. En esa entrevista afirmó que «en cualquier caso de violencia sexual, obviamente, lo primero siempre son las víctimas». El esquema perfilado por el partido consistía en confirmar el «tándem» de Belarra al mando de la organización y Montero como próxima candidata nacional de Podemos, tanto para un proceso de primarias como en solitario. Pero el posible encubrimiento de casos de acoso por parte de Monedero ha reventado esa estrategia.

Las fuentes consultadas aseguran que el hecho de que el caso Monedero estallara poco antes de la celebración del 8-M se ha convertido en un problema político para Podemos. Montero quiere construir su imagen de candidata alrededor de dos ejes: el de la izquierdista coherente y «autónoma» respecto al PSOE, sobre todo en asuntos como la vivienda y la política internacional, y el de defensora de la causa feminista, reivindicando su legado en cuestiones como el solo sí es sí. Pero, ¿cómo puede ahora argumentar Podemos que defiende el solo sí es sí cuando recibía denuncias en el partido y referentes de la formación afirman que ella, al igual que Iglesias, estaba al tanto de lo que ocurría con Monedero?

Marcha feminista

Podemos argumenta que apartó a Monedero en cuanto recibió las primeras quejas de mujeres afectadas. Pero lo cierto es que existen dudas sobre esa tesis. En primer lugar, fuentes internas de Podemos aseguran que hubo denuncias anteriores a septiembre de 2023, y añaden que la dirección teme que salgan a la luz (sin ir más lejos, una exdiputada sostuvo haber sido presionada por el cofundador de la formación en el lejano mayo de 2014). En segundo lugar, es difícil sostener que Podemos protegiera la confidencialidad de las denunciantes de septiembre de 2023 al no hacer público el caso de Monedero, cuando dejó a otras mujeres a su merced, tanto en la órbita del partido como de la universidad, donde sigue dando clase.

Por eso las fuentes consultadas en Podemos aseguran que el «desgaste» de la formación es inevitable. Esta polémica, añaden, «hará daño al partido». Y aunque creen que en las próximas encuestas tal vez no se detecte la magnitud del «daño», sí se percibirá en las siguientes. En definitiva, el caso Monedero enfría el entusiasmo de una formación que había fijado el primer trimestre de este año como el punto álgido de la operación sorpasso a Sumar. En las encuestas, insisten desde la formación morada, los dos bloques de la izquierda alternativa al PSOE están igualados, y el adelanto a Sumar debía servir de trampolín para anunciar la candidatura de Montero como futura lideresa de ese espacio.

El partido intenta aislar a Montero de la polémica, aunque en Podemos saben lo difícil que es crear cortafuegos a su alrededor: «Monedero es Podemos, y todo el mundo sabe que es amigo personal de Irene y Pablo», deslizan varias fuentes. Y lo más grave es que el caso ha estallado en los días previos a la marcha feminista del 8-M, que cada año sirve a Podemos y a Irene Montero para reivindicar su papel en la defensa de las mujeres. El temor ahora es que la exministra de Igualdad acuda a la marcha nacional y que, en lugar de consolidar su figura política, lo primero que tenga que hacer sea contestar a las preguntas de los periodistas sobre los presuntos casos de acoso contra Monedero.

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