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Política

Albares castiga a los diplomáticos sin una sala adecuada en Exteriores para su asamblea

El ministro ‘arrincona’ a la asociación en la tercera planta tras negarse a ceder el auditorio y tres salas acondicionadas

Albares castiga a los diplomáticos sin una sala adecuada en Exteriores para su asamblea

José Manuel Albares en el auditorio que se negó a ceder a la asociación de diplomáticos. | Europa Press

El ministro de Asuntos Exteriores, José Manuel Albares, dejó a los miembros de la Asociación de Diplomáticos Españoles (ADE) sin el auditorio ni ninguna de las otras tres salas polivalentes que hay en la planta baja de la sede ministerial de Marqués de Salamanca para la asamblea ordinaria celebrada el pasado miércoles.

En declaraciones a THE OBJECTIVE, el presidente de la ADE, Alberto Virella, considera esta decisión «un castigo y una represalia» por los últimos comunicados y pronunciamientos públicos de esta asociación contra el ministro, así como «un atentado a la libertad sindical» al no dejarles un espacio adecuado dentro del ministerio para el desarrollo de una asamblea de estas características.

La nueva sede de Exteriores en la plaza del Marqués de Salamanca cuenta desde su reinauguración con el mencionado auditorio con capacidad para más de un centenar de personas. Además, en la misma planta baja hay una sala de prensa y existen dos salas adyacentes -una multiusos y otra para exposiciones- en las que se podría haber celebrado la asamblea de la ADE. Todas ellas cuentan con la equipación necesaria para conectarse por videoconferencia -muchos asociados están destinados en el extranjero- y no tenían ningún uso para la tarde del miércoles.

Sin embargo, el gabinete de Albares se negó a ceder uno de estos espacios y ofreció dos alternativas: una sala en la tercera planta donde un secretario de Estado celebra reuniones con su equipo y otro espacio en el piso quinto «que era de paso y no hubiera habido visibilidad de la pantalla para todos». Al final, la ADE se decantó por la primera de las opciones, pese a que «no tenía las condiciones adecuadas», y después de que técnicos del ministerio tuvieran que desmontar una gran mesa de trabajo para luego poner sillas. Un «despropósito», en palabras de Virella, ya que el ministerio se hubiera ahorrado ese trabajo extra de haber cedido el auditorio o alguna de las otras tres salas de la planta baja que estaban libres a la hora del inicio de la asamblea.

Desde la Oficina de Información Diplomática (OID) se subraya a preguntas de THE OBJECTIVE que estos espacios de la planta baja «son para uso de trabajo profesional para asuntos de política exterior» y que a las asociaciones «se les provee de otras salas, donde ya se han reunido antes sin problemas». Sobre esto último, la asociación de diplomáticos, que cuenta con cerca de 700 miembros, discrepa por completo.

«Es inaudita esta situación. Nunca habíamos tenido ningún problema para celebrar las asambleas dentro del ministerio en un espacio adecuado», hace hincapié Virella. El primer choque con el ministro se produjo en noviembre cuando la ADE convocó una asamblea extraordinaria y el gabinete de Albares se negó a cederles un espacio de la planta baja. La asociación logró celebrar la reunión en Casa de América sin coste alguno. Sin embargo, cuando en enero volvieron a preguntar por la disponibilidad de la sala, desde este organismo adscrito a Exteriores se les indicó que las normas habían cambiado y que el alquiler supondría un desembolso de 2.500 euros.

Así las cosas, la ADE descartó la opción de Casa de América y volvió a plantear a Exteriores que le dejase una sala acondicionada para una asamblea de estas características, tal y como ha ocurrido en el pasado con gobiernos de distinto signo político. «Pedimos lo que se autoriza en el resto de ministerios. Los modos actuales del ministro son propios de la época franquista», sentencia el presidente de la asociación.

Precisamente, la ADE explicó este viernes en un comunicado su reunión del martes con los senadores de la Comisión de Exteriores de la Cámara Alta, donde se expuso que la situación en la que se encuentra el ministerio es «alarmante» y que esta situación está provocando un «impacto negativo directo» en la atención a los españoles en el exterior y en la defensa de los intereses de nuestro país.

Virella expuso ante los senadores «la gravísima degradación» del conjunto del servicio exterior «por la falta de atención durante al menos dos décadas», en especial el «extremadamente preocupante estado» en que se encuentra la red consular, así como la mala gestión del ministerio en la actualidad con un «deterioro sostenido, ya crítico» de los compromisos a los que el departamento de Albares está obligado por ley. En concreto, la elaboración de informes sobre el despliegue del Servicio Exterior del Estado, cuyo incumplimiento recae en el Consejo Ejecutivo de Política Exterior, presidido por la vicepresidenta primera del Gobierno, María Jesús Montero.

Virella también trasladó a los senadores que «se está vulnerando el derecho fundamental a la educación de los hijos de los funcionarios desplazados al extranjero». Un problema que afecta «a todas las categorías y cuerpos» debido a la falta de actualización y modernización de una orden ministerial de 2001 sobre ayudas a la escolarización. «Esta situación nos sitúa en peores condiciones que la gran mayoría de los países de nuestro entorno», avisó la ADE.

Una demanda judicial contra Hacienda

Esta asociación ya advirtió en febrero del año pasado su intención de interponer una demanda judicial contra Hacienda si no se les actualizaba las ayudas a la escolarización que tienen los diplomáticos destinados en el extranjero y el resto de funcionarios expatriados. Un subsidio que lleva congelado 24 años.

En la actualidad, existe una indemnización por educación de hijos de funcionarios destinados en el extranjero, en base a la circular 10/2003 de Exteriores y una orden del Ministerio de Economía y Hacienda del 6 de julio de 2001 que no se ha modificado desde entonces. Aquella decisión del Ejecutivo de José María Aznar estipuló el pago del 60% de los gastos de educación –matrícula y escolarización– con un límite de 3.906,58 euros por hijo o menor a cargo. No se incluye material, alojamiento, transporte o vestuario.

La cifra no se ha modificado en más de dos décadas y está lejos de lo que le cuesta de media al Ministerio de Educación un alumno en la educación pública española. El departamento se dirige Pilar Alegría indicó en 2023 que la media invertida por alumno fue de 6.622 euros: desde los 5.540 de un inscrito en la etapa de Infantil, a los 5.629 euros de aquellos que cursan Primaria o los 6.923 que están en Secundaria. Es decir, la ayuda a la escolarización que tienen los funcionarios en el exterior representa casi la mitad del gasto medio por alumno en el sistema público de enseñanza.

Asimismo, Virella explicó a los parlamentarios otra reivindicación que es compartida, al igual que la anterior, con los sindicatos CSIF y CCOO: el billete de arraigo, suspendido desde 2008 al inicio de la crisis económica, y que no se ha recuperado pese a que es «una práctica común contemplada por la mayoría de los países» de nuestro entorno. 

Sobre la actual dirección del ministerio, la ADE lamentó en el Senado «la carencia de instrucciones claras y sostenidas», lo cual provoca «una importante disfuncionalidad» a su juicio. «Ello se agrava por una gestión de los recursos humanos alejada de la igualdad, mérito y capacidad y la falta de respeto al principio de promoción profesional (art. 35.1 de la Constitución), que generan arbitrariedad e indefensión», indicó en el comunicado de este viernes. Además, la no aprobación del reglamento de la Carrera Diplomática, un paso al que se comprometió el propio Albares, «coadyuva a todo ello y resulta anómalo que siga parcialmente en vigor el reglamento de 1955» aprobado en plena dictadura.

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