Trabajo ordena el cierre de un consulado en Argentina ante el posible colapso del edificio
Exige a Exteriores la «paralización» de la actividad dentro de la legación ante el riesgo «grave e inminente» de derrumbe

El ministro de Exteriores, José Manuel Albares. | Ilustración: Alejandra Svriz
El Ministerio de Trabajo, que dirige Yolanda Díaz, ha enviado el pasado 18 de febrero un oficio a Asuntos Exteriores en el que ordena «la paralización de forma inmediata» de las actividades dentro del consulado general de España en Mendoza (Argentina) «para evitar el colapso» de sus muros. El departamento de José Manuel Albares trasladó el 5 de marzo los servicios de atención al público al centro asturiano que hay en dicha localidad por este motivo, pero mantiene abiertos el despacho del canciller y las oficinas de administración con su personal correspondiente pese a «la existencia de riesgo grave e inminente» de que se derrumbe el edificio.
El consulado español en Mendoza se encuentra ubicado en la calle Agustín Álvarez de esta ciudad argentina, situada en la falda de la cordillera de los Andes, próxima a la falla del cerro La Cal y en plena línea sísmica del Parque San Martín. El edificio fue concebido originariamente como vivienda, pero luego fue adaptado para albergar oficinas y las actividades propias del consulado. El problema es que en los últimos años han aparecido grietas en las paredes «de hasta 6 milímetros» fruto de antiguos seísmos, así como «el hundimiento de hasta 6 centímetros» del edificio que ha obligado al apuntalamiento de una zona del edificio.

El oficio del departamento de Yolanda Díaz del pasado 18 de febrero, al que ha tenido acceso THE OBJECTIVE, tiene como destinatario el subdirector de Patrimoniales del departamento de Albares, Álvaro Álvarez, y lleva por título Paralización. En él, se recuerda que los sindicatos CSIF, CCOO y UGT alertaron en diciembre de 2023 de la preocupación existente entre los empleados públicos y que reclamaron un informe «a la mayor brevedad» sobre las condiciones de seguridad en el edificio. El propio Ministerio de Trabajo había trasladado a sus empleados del consulado a otra ubicación en Mendoza, por lo que se pidió a Exteriores que procediese «de igual forma» con los suyos si dichas condiciones no eran las adecuadas.
«Más allá del informe, se debería buscar un lugar alternativo para este centro de trabajo, acelerando en lo posible las gestiones.
No es de recibo mantener abierto un local que no reúne las condiciones mínimas de seguridad para los trabajadores y el público», indicaron los sindicatos. En marzo de 2024, Exteriores se comprometió «a la búsqueda de una nueva sede porque el edificio actual no es apto». De hecho, la zona más peligrosa estaba ya «clausurada» en ese momento. Sin embargo, el rastreo en inmuebles de Mendoza resultó infructuoso y se ejecutaron «obras de adecuación de las estancias para mejorar las condiciones de los trabajadores en el ejercicio de sus funciones».
Desde el equipo de Patrimonio de Exteriores se admitió que el hecho de inhabilitar «parcialmente» el edificio se debía «a los riesgos de desprendimientos de revoques y posibles derrumbes debidos a la precaria situación de la estructura» en una zona de influencia sísmica. El informe de la inspección técnica llegó el pasado 8 de febrero y sus conclusiones son alarmantes: «A partir de las patologías significativas existentes en varios muros del edificio y las cuales a lo largo de los años no han sido resueltos, se recomienda realizar una intervención estructural inmediata, para evitar el colapso de dichos muros», se dice en el documento.
Por ello, se insta a realizar «de inmediato» la clausura de los locales de la planta baja «los cuales están afectados por grietas, fisuras, hundimientos y humedad», así como liberarlos «de peso con mobiliarios y personas». En concreto, la conserjería, la cocina, el pasillo y el sótano. También se pide «reforzar las losas y vigas de los locales de planta baja afectados» mediante refuerzos «con puntales metálicos» separados un metro cada uno. Las imágenes que se adjuntan en un informe sobre la aplicación de medidas preventivas muestran varias estancias completamente apuntaladas para evitar un eventual derrumbe.

Si bien el objetivo de estos refuerzos es que se pudiera seguir utilizando «provisoriamente» los locales de planta alta como el despacho del canciller, el área de administración junto con un baño y la terraza, a renglón seguido se pide que el edificio quede «totalmente desocupado de personas y mobiliarios» para realizar «todos los trabajos como si fuera una obra nueva».
«Para poder ejecutar las obras, se deberá tener en cuenta que no solamente los locales afectados tengan que estar clausurados y liberados de mobiliarios, sino también que se deben reorganizar circulaciones y nuevos espacios para asegurar la seguridad de las personas que trabajan en el Consulado y las que lo visitan a diario, es decir, el público en general», se indica en el oficio. Cada día, hay una media de 100 personas que se presentan en la legación diplomática, de ahí que Exteriores haya optado tras este informe por derivar toda la acción consular al centro asturiano en dicha localidad argentina.
«Se recomienda reubicar al personal que trabaja en dicho establecimiento», señala la inspectora de Trabajo que ha elaborado el informe, «consiguiendo un nuevo espacio físico el cual sea óptimo en instalaciones e infraestructura adecuada, y que cumpla con las reglamentaciones vigentes, para poder realizar las labores que lleva adelante el Consulado de España».

Ello con el fin de que el inmueble «se encuentre totalmente deshabitado, tanto de personas como mobiliario, para llevar adelante las obras de restructuraciones y remodelaciones mencionadas en el presente informe». De ahí que la funcionaria enviada por el departamento de Díaz considere «la existencia de riesgo grave e inminente, por lo que se ordena la PARALIZACIÓN DE FORMA INMEDIATA de las actividades en el edificio del Consulado de España en Mendoza (Argentina)».
El propio embajador español en Buenos Aires, Joaquín de Arístegui, viajó el pasado fin de semana a la provincia de Mendoza para seguir de cerca las actuaciones llevadas a cabo en el consulado (ver abajo). Antes del traslado al edificio del centro asturiano, se colocó una pérgola cubierta en el jardín de la legación como zona de espera para limitar el aforo en el interior del edificio, pero el informe de Trabajo desaconsejó esa solución provisional.
Los sindicatos critican que aún no se haya procedido al cierre completo del consulado para las obras que se van a acometer y lamentan que Exteriores haya procedido a la compra de «cuatro extintores adicionales en caso de necesidad», cuando la orden del departamento de Díaz es proceder al desalojo del mismo. Este periódico solicitó a la Oficina de Información Diplomática (OID) el pasado 6 de marzo más datos sobre el traslado de la oficina de atención al público al centro asturiano de Mendoza y la respuesta fue la siguiente: «Muchas gracias por su consulta, si tenemos algún comentario que trasladarle, se lo haremos llegar».