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Política

Podemos alienta manifestaciones contra el Gobierno al estilo 15-M por el «rearme belicista»

Sectores del partido y el diario adscrito al canal de Pablo Iglesias prevén protestas callejeras por el «no a la guerra»

Podemos alienta manifestaciones contra el Gobierno al estilo 15-M por el «rearme belicista»

Manifestación en contra de la guerra de Irak, en febrero de 2003. | Europa Press

Un ciclo de protestas, inspiradas en lo que ocurrió hace 14 años con el 15-M. Podemos alienta manifestaciones para atacar al Gobierno en el asunto del incremento del gasto militar, que califica de «rearme belicista». El partido de Ione Belarra e Irene Montero quiere que sus simpatizantes y votantes salgan a la calle para manifestarse en contra del plan del Ejecutivo, señalando tanto a Pedro Sánchez como a Yolanda Díaz. Los morados han rescatado el lema del «no a la guerra», que inspiró en 2004 las manifestaciones contra la guerra de Irak, y consideran que el asunto militar servirá para el definitivo sorpasso a la coalición de Sumar.

En el partido morado se hace alusión a la posibilidad de convocar a la ciudadanía en una marcha contra la guerra y el rearme. Podemos cree que el tema de la paz y la guerra sigue siendo determinante para el electorado de izquierdas, y por eso en la formación de Belarra y Montero estudian organizar protestas contra el Ejecutivo. Aunque los portavoces oficiales no se han referido todavía explícitamente a ello, en el partido circula esa idea, y el diario adscrito al canal de televisión de Pablo Iglesias habla de organizar protestas callejeras contra el rearme.

«Del mismo modo que se impuso sobre los pueblos de España la violencia económica de la “austeridad” hace una década y media, ahora nos quieren hacer lo mismo con el “rearme”. A aquellos gobiernos del PP y del PSOE que nos agredieron adoptando prácticamente las mismas políticas les contestamos masivamente en las calles: les montamos un 15-M y acabamos para siempre con el sistema bipartidista. Una década y media después, no nos están dejando otra opción que volver a hacer lo mismo», recogía el editorial del pasado 13 de marzo, titulado «El rearme es la nueva austeridad».

«Con el pueblo en la calle»

Otro editorial, el pasado sábado, reiteraba la invitación protestar en las calles. «El gobierno de PSOE-Sumar ha puesto la proa con decisión hacia el rearme belicista y ha desplegado todas las velas», sostiene el texto, que zanja: «Lo único que se puede hacer con el régimen de guerra es vencerlo y la única manera de vencerlo es como ya hizo nuestro país hace dos décadas: con el pueblo en la calle gritando ‘¡No a la guerra!‘».

Ione Belarra con Pedro Sánchez en el Palacio de la Moncloa

Podemos quiere anticiparse a los demás partidos de la izquierda. Busca aprovechar su autonomía respecto a Sumar, aunque sabe que Yolanda Díaz escenificará sus discrepancias ante Sánchez, presionada por los partidos que forman parte de la coalición. Pero Podemos irá más allá. Si se llega a votar algo en el Congreso (el Gobierno intenta resolver el aumento del gasto militar con movimientos de partidas sin ir al hemiciclo), votará en contra. Belarra lo dejó claro a Sánchez en su encuentro del pasado jueves, en el que llevaba una camiseta con el eslogan del «no a la guerra».

Podemos, además, intenta dividir por dentro a Sumar buscando la complicidad de Izquierda Unida. Aunque con los de Antonio Maíllo los canales se han enfriado -en el partido morado creen que el coordinador federal de IU hace un doble juego para no romper con Díaz-, Podemos apela a las bases y a los cuadros de IU para que se acerquen a sus posiciones.

La cabecera de una manifestación contra le guerra en Irak en 2003
La cabecera de una manifestación contra la guerra en Irak en 2003.

Asamblea de Podemos

Podemos tacha a Sánchez de «señor de la guerra», y Belarra ha avisado de que el tema militar puede convertirse en la «tumba» del Ejecutivo. Son palabras mayores, aunque en el Ejecutivo dicen estar acostumbrados a los exabruptos de un partido que necesita visibilidad. Máxime porque el 11 y 12 de abril Podemos celebrará su asamblea, y todo apunta a que la centrará en la cuestión del rechazo a la escalada armamentista. Sumar celebrará su cónclave unos días antes, en medio de presiones internas y externas sobre el asunto militar.

Sánchez y Díaz se han conjurado para intentar no llevar al Congreso el incremento del gasto militar. Prefieren hablar de «seguridad» que de «defensa», y creen que el grueso del dinero irá para cuestiones tecnológicas. Añadirán que ese esfuerzo sirve para desligar a España y Europa de la dependencia de Washington.

Pero los estrategas de Díaz han avisado a la vicepresidenta: «Hace falta tiempo para hacer pedagogía en nuestro electorado», le han transmitido. Y tiempo habrá, porque Moncloa baraja un horizonte largo para definir las exigencias comunitarias. Pero esa relación con el tiempo puede ser contradictoria para Díaz, porque si, por un lado, permite explicar a sus votantes las razones de su respaldo (directo o indirecto) al plan de rearme, por el otro puede facilitar a Podemos explotar electoralmente el asunto hasta consolidarse como el principal partido a la izquierda del PSOE.

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