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Política

Más guerra y menos feminismo: Podemos cambia el discurso en vísperas de su congreso

La asamblea de abril consolidará el tercer giro ideológico del partido con la vuelta a posiciones de la izquierda «pacifista»

Más guerra y menos feminismo: Podemos cambia el discurso en vísperas de su congreso

Irene Montero con Ione Belarra e Isa Serra en el 8-M. | Europa Press

«¿Les gustan las guerras? Pues que envíen a sus hijos e hijas». Esto afirmó la secretaria general de Podemos, Ione Belarra, ante la militancia del partido el pasado sábado en un encuentro en Zaragoza. Belarra y también Irene Montero, además de Isa Serra y otros referentes de Podemos, están centrando a lo largo de los últimos días su mensaje más en el tema de la guerra y el «rearme belicista» que prepara el Gobierno que en las reivindicaciones feministas. Después del caso Monedero, Podemos celebrará el próximo 11 y 12 de abril su nueva asamblea ciudadana estatal, que se celebrará en Madrid, y todo apunta a que el partido pondrá el foco en consignas contra la guerra y el gasto militar más que en asuntos vinculados al feminismo.

El giro diplomático de Donald Trump con Ucrania y el plan de la Unión Europea de afianzar un gran plan de rearme está permitiendo a Podemos escabullirse del asunto de presuntos acosos y tocamientos no consentidos perpetrados por Juan Carlos Monedero. Podemos aseguró haber alejado al exdirigente después de recibir quejas de mujeres afectadas. Y es cierto que Monedero dejó la fundación República y Democracia en 2023, aunque internamente varias fuentes coinciden en que su alejamiento dependió más de su crítica a la ofensiva contra Sumar que a cuestiones de conducta. Monedero, además, siguió en el chat del partido durante meses y en el canal de Pablo Iglesias hasta enero de 2024.

Pero ahora Podemos afronta su quinta asamblea estatal, que servirá para lanzar el tándem de Belarra y Montero, con la primera en la secretaría general y la segunda como candidata in pectore a las próximas elecciones. Y en ese cónclave centrará su argumentario en el rechazo del rearme. Podemos quiere que su posición crítica respecto al PSOE y a Sumar sea el punto de inflexión demoscópico para dar el sorpasso a la coalición de Díaz. Busca adelantar a Sumar en las encuestas, y los miembros del partido creen que volver a emplear eslóganes como el «no a la guerra» ayudará en esa operación.

Sortear el caso Monedero

Sumar, por su parte, celebrará su congreso extraordinario a finales de marzo. Es decir, pocos días antes del de Podemos. La coalición de Díaz llega dividida al cónclave. Sumar convocó su congreso después de las elecciones europeas, cuando Yolanda Díaz dejó los cargos orgánicos en el partido Movimiento Sumar. Pero la formación fue sacudida por el escándalo del caso Errejón y decidió aplazar su asamblea. Ahora, sin embargo, Sumar afronta su congreso dividido sobre el tema militar y consciente de que aunque Sánchez busca fórmulas para no acudir al Parlamento, este asunto escuece y tensiona a las bases.

Los partidos que forman parte de la coalición, como Izquierda Unida, Más Madrid y Compromís han anunciado su rechazo a aprobar un incremento de las partidas de Defensa. Podemos quiere aprovechar esta situación para convertirse en el partido de la izquierda que lleve el «no a la guerra» y el rechazo al incremento del gasto militar como bandera. En las redes sociales, los afines del partido coordinados por los sistemas internos de guerrilla digital insisten en la confrontación sobre el asunto militar con Sumar. Belarra acudió a la Moncloa con una camiseta con el eslogan antimilitarista, y Montero y Serra desde Bruselas se alinean con ese planteamiento.

En definitiva, Podemos quiere centrar su discurso en este nuevo ciclo sobre la cuestión militar por encima de la lucha feminista. Las fuentes consultadas sostienen que Montero no renunciará a las referencias al feminismo, pero sí admiten que en este momento es más conveniente hablar de guerra y armas. Para estas fuentes es aconsejable abordar este giro retórico de cara a un debate -el de las armas- que se prevé duradero en el tiempo. Y sobre todo, ante una situación geopolítica a nivel mundial muy enrevesada.

Pacifismo

Además del conflicto en Ucrania, Podemos reitera sus ataques a Israel por la cuestión de Gaza. Y aunque Sumar intenta atacar al gobierno de Jerusalén, los morados van más allá y exigen al Ejecutivo romper relaciones diplomáticas con Israel. «El Gobierno sionista reanuda los bombardeos en Gaza dos meses del acuerdo de tregua y traslado del genocidio a Cisjordania. Se niegan a pasar a la segunda fase del acuerdo. ¿A qué espera el gobierno de España para establecer un embargo total y formal de armas a los genocidas?», lanzaba el pasado martes la secretaria internacional de Podemos.

Los dirigentes del partido morado califican a Sánchez de «señor de la guerra» y sostienen que el incremento del gasto militar será la «tumba» del Ejecutivo. Díaz, mientras tanto, intenta hacer «pedagogía» para hacer entender a sus votantes su posición híbrida. Tal y como adelantó THE OBJECTIVE, Díaz avisó a Sánchez que si el incremento del gasto militar llega al Congreso, su grupo votará en contra. Pero no se opondrá a pactos con el PP. Y si todo se queda en el Consejo de Ministros, lo ratificarán.

Podemos quiere cabalgar la contradicción de sus adversarios. Hace dos semanas, Podemos celebró una «conferencia europea por la paz» a la que invitó a miembros de partidos de izquierda aliados. A la vez, los morados critican a Sumar porque los verdes alemanes, considerados sus socios internacionales, avalarán el rearme de Alemania. En la asamblea de Podemos no se descartan invitados de estos partidos europeos alineados para rechazar en sus países la militarización o el «rearme belicista». El diario del canal de Pablo Iglesias, mientras tanto, ya aboga por movilizaciones en las calles.

La primera asamblea nacional de Podemos, que se celebró en 2014, consolidó el liderazgo vertical de Iglesias y concretó el enfoque populista contra el «régimen del 78» y la «casta». La segunda asamblea de 2017 fue el escenario de la lucha entre pablistas y errejonistas, pero también afianzó el discurso feminista (Errejón habló de «feminizar» Podemos, y después Irene Montero quiso copar todo el protagonismo en ese ámbito). La tercera y la cuarta asamblea sirvieron para legitimar la presencia en el Gobierno, y la quinta será el cónclave del tercer giro ideológico, volviendo a posiciones clásicas de la izquierda «pacifista». «No es una puñetera pancarta, es el espíritu pacifista», dijo Belarra ante las bases de Podemos.

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