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El Gobierno rompe el hielo con Bukele con una reunión de alto nivel tras los últimos roces

La ‘número tres’ de Albares viaja a El Salvador tras varios gestos inamistosos en el último año

El Gobierno rompe el hielo con Bukele con una reunión de alto nivel tras los últimos roces

Susana Sumelzo y Adriana Mira presiden la reunión bilateral de alto nivel. | RRSS de Emb. en El Salvador

El Gobierno español ha roto el hielo en las frías relaciones diplomáticas con El Salvador de Nayib Bukele. La secretaria de Estado para Iberoamérica, Susana Sumelzo, ha viajado esta semana al país centroamericano para celebrar la primera reunión política de alto nivel entre ambos países después de varios gestos inamistosos en el último año.

La número tres de José Manuel Albares se reunió el domingo con la vicecanciller salvadoreña, Adriana Mira, para las primeras consultas políticas bilaterales desde que accedió al cargo y un año después de que el ministro recibiese a su homóloga salvadoreña, Alexandra Hill, en Madrid. «Las relaciones económicas y culturales, la cooperación y los derechos humanos, así como la promoción internacional del español fueron algunos de los temas tratados», indicó Sumelzo en sus redes sociales. Por su parte, Mira celebró que ambos países sigan creando «nuevas oportunidades para el bienestar de nuestros pueblos».

Los encontronazos empezaron cuando el Gobierno de Sánchez se limitó en febrero del año pasado a desear «éxito» a los salvadoreños después de que Bukele fuera reelegido presidente de El Salvador por una abrumadora mayoría. Por lo tanto, lo hizo sin felicitarle por su victoria, repitiendo así la fórmula usada con Javier Milei tras ganar las presidenciales en Argentina. «El Gobierno de España desea éxito al pueblo salvadoreño en esta etapa tras las elecciones presidenciales», indicó Exteriores en un escueto comunicado tras las elecciones celebradas en el país centroamericano.

España mantuvo silencio durante una semana tras la reelección de Bukele por más del 80% de los votos, mientras que otros países como Estados Unidos así como la propia UE, a través del Servicio de Acción Exterior que dirigía Josep Borrell en aquel momento, sí que felicitaron al mandatario salvadoreño tras su nueva victoria en las urnas. En la posterior toma de posesión de Bukele el pasado 1 de junio, Albares decidió no acompañar al rey Felipe VI en su viaje oficial al país sudamericano y envió a Sumelzo en su lugar. Un síntoma de la incomodidad que el mandatario salvadoreño genera en el seno del Ejecutivo español.

En noviembre llegó otro momento de tensión diplomática cuando Bukele ofreció a su homólogo costarricense, Rodrigo Chaves, la ayuda humanitaria que iba a ser destinada a los afectados por la dana en Valencia, al considerar que el Gobierno de España «no está aceptando la ayuda internacional».

«Nosotros teníamos una misión lista para ir a Valencia, con 300 rescatistas, insumos médicos, alimentos. Un avión lleno. Lo tenemos listo desde hace días. Entiendo que el Gobierno de España, por alguna razón, no está aceptando ayuda internacional y podemos enviarlo aquí mañana mismo», señaló en rueda de prensa.

Bukele anunció el 31 de octubre a través de su perfil en la red social X que había enviado una oferta de ayuda al Gobierno español a través de su Ministerio de Exteriores. «En este momento, hemos enviado una oferta de ayuda al Gobierno español a través de nuestra cancillería. 300 rescatistas y paramédicos, junto con 20 toneladas de equipo, medicamentos e insumos básicos, están listos para salir rumbo a Valencia», explicó el presidente de El Salvador. Sin embargo, España solo aceptó la ayuda internacional ofrecida por Francia y Marruecos.

Para Sumelzo es la primera visita oficial a El Salvador. A lo largo de 2024 realizó una decena de viajes a la región para consultas políticas, además de cuatro tomas de posesión junto a Felipe VI -una de ellas al mencionado país centroamericano- y la cumbre iberoamericana de noviembre en Ecuador. En total, la secretaria de Estado para Iberoamérica generó unos gastos de 100.000 euros en los desplazamientos que hizo con su equipo de colaboradores a las capitales latinoamericanas, según una resolución del Portal de la Transparencia a la que ha tenido acceso THE OBJECTIVE.

Curiosamente, un informe de la Fundación Carolina, adscrita a Exteriores, señaló que El Salvador es el país de América Latina con un mayor grado de satisfacción con el funcionamiento de la democracia entre sus ciudadanos: 3,01 sobre 4 (siendo 1 nada satisfecho y 4 muy satisfecho).

El dato aparece en el estudio La inseguridad ciudadana y los riesgos para la democracia en América Latina publicado en febrero del año pasado por la Fundación Carolina gracias a un estudio de José Antonio Sanahuja y Andrea Mila-Maldonado. En él se refleja que los salvadoreños son los más entusiastas con la calidad de su democracia por delante de los ciudadanos de Uruguay (2,73), Costa Rica (2,47), República Dominicana (2,34) y Argentina (2,26).

Pese a que los datos de satisfacción que se extraen del último Latinobarómetro dejan en muy buen lugar a Bukele, los analistas de la citada fundación plantearon un escenario negativo en la región. En primer lugar, alertaron de que «América Latina experimenta uno de los momentos más complejos de su historia reciente en términos de descontento y desafección ciudadana hacia la democracia», y en relación con ello, «varios de sus países han visto aumentar los índices de violencia y homicidios, y hay mayor presencia del crimen organizado, con hechos de violencia sin precedentes».

«Sin posibilidad de dar respuesta a corto o medio plazo a los problemas estructurales de desigualdad y debilidad institucional, preocupa que líderes, partidos políticos y gobiernos recurran a políticas ‘de mano dura’, con discursos y prácticas punitivistas, caracterizadas por la espectacularidad, que tienen un fuerte impacto mediático, encuentran altos índices de aprobación de la ciudadanía y generan fáciles réditos electorales», sostuvieron en referencia a Bukele, quien triunfó con una dura política penitenciaria contra los pandilleros. Una política que ha atraído la atención, por ejemplo, de Alvise Pérez y su formación Se Acabó La Fiesta (SALF).

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