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Política

El 'embajador' de Ábalos cotizó en el sistema de pensiones colombiano pese a trabajar en Cuba

Peccis litiga con el secretario general de la OEI, Mariano Jabonero, para que le indemnice con medio millón de dólares

El ’embajador’ de Ábalos cotizó en el sistema de pensiones colombiano pese a trabajar en Cuba

THE OBJECTIVE

El exdirector de la Organización de Estados Iberoamericanos (OEI) en Colombia, Ángel Peccis, cotizó en el régimen de pensiones de Colombia, Colpensiones, durante los más de tres años en que estuvo en comisión de servicios como embajador en Cuba, según ha podido saber en exclusiva THE OBJECTIVE. Una irregularidad que se recogió como tal en las auditorías internas de los tres ejercicios afectados, lo cual, según fuentes internas de la OEI, puso en evidencia una «ilegalidad» de la normativa y una quiebra de los procedimientos internos porque «nunca antes se han abonado las cuotas a la seguridad social en una comisión de servicios». Fuentes de la secretaría general de la OEI reconocen a este periódico haber abonado las cuotas al régimen de pensiones colombiano de Ángel Peccis durante su etapa en la Embajada de Cuba, pero lo revisten de normalidad porque «se encontraba en una comisión de servicio voluntaria».



Una anomalía más en un nombramiento que se hizo a instancias del exministro José Luis Ábalos y del expresidente del Gobierno José Luis Rodríguez Zapatero, tras la negativa de Exteriores a entregarle la embajada en Colombia, donde tenían conocimiento de las irregularidades de Peccis en el organismo internacional respecto al agujero económico, la puerta giratoria con las autoridades del Gobierno de Juan Manuel Santos y los contratos millonarios con petroleras y fondos de inversión. Las fuentes del organismo consultadas por este diario apuntan a la connivencia del secretario general, Mariano Jabonero, quien pactó su salida con Ángel Peccis en noviembre de 2020, en condiciones «muy favorables». Ese año cobró la liquidación por 15 años de trabajo (desde 2005 a 2020), por un total de 26.383,30 euros. Según un documento interno al que ha tenido acceso THE OBJECTIVE, al año siguiente, 2021, Peccis cotizó en el régimen general de las pensiones colombianas, Colpensiones, 17.623, 33 euros, correspondientes al año completo de la cotización por un salario de la OEI que rondaba los 100.000 euros anuales.

En 2022, la cotización fue similar, de 17.126,69 euros por el año completo. Ligeramente inferior en 2023, cuando, pese a cotizar por el año completo, la cifra de las cargas sociales por su relación laboral, pese a estar en comisión de servicios, ascendió a los 13.393, 97 euros. La novedad llegó en 2024. La cotización de este año sólo corresponde a los primeros seis meses del año, por un importe de 6.696,99 euros. En total, la OEI abonó las cuotas a Colpensiones por un importe cercano a los 55.000 euros en tres años y cuatro meses. Peccis dejó de ser embajador el 26 de marzo de 2024, según recoge el Boletín Oficial del Estado. Un mes antes, había estallado el caso Koldo, lo cual disparó el nerviosismo en la OEI, a cuenta de los viajes que el exministro José Luis Ábalos y quien fuera su mano derecha, Koldo García, habían hecho a Colombia y Cuba, que se incluyeron en los informes de la Unidad Central Operativa (UCO) de la Guardia Civil.

La resolución del blindaje

Tras cesar como embajador a finales de marzo, Peccis volvió a la capital colombiana, Bogotá, donde reside desde hace más de 20 años. Y reclamó su reingreso como director de la Oficina de Colombia. Se había blindado para ello. En el verano de 2020, cuando ya había sido informado por Ábalos de que había conseguido agilizar su nombramiento gracias a Zapatero y pese a las resistencias de la entonces ministra Arancha González Laya, y a la espera del plácet de Cuba, Peccis negoció con el secretario general de la OEI, Mariano Jabonero, un acuerdo para blindar su retorno.

La resolución número 14/20, firmada por el secretario general el 30 de octubre de 2020, venía a reconocer el estatus de «personal de plantilla de la Organización a los directores generales y directores de oficina con más de diez años de servicio, cuando se produzca una renuncia voluntaria y así lo soliciten». Y le blindaba en el puesto más alto del escalafón: «Pasarán a ser personal de plantilla de la escala y nivel técnico más alto, para el que cumpla con los requisitos establecidos, que esté reconocido en la oficina en donde prestan servicios».

En la citada resolución, Jabonero hacía uso de la potestad que le confiere el artículo 41 del reglamento orgánico de la OEI para cambiar las normas en beneficio de Peccis ante su inminente nombramiento. Le informaba de que serían «reconocidos sus años de antigüedad dentro del cuerpo directivo de la organización», y fijaba como una única exigencia presentar un documento escrito, acogiéndose a mantener sus servicios y aceptando el sueldo asociado a su nueva situación.

El escrito de Peccis llegó a las dos semanas. El 18 de noviembre de 2020 envió una carta de renuncia al puesto de director regional de Colombia ante «el llamado que me hace el Gobierno español a ocupar el cargo de Embajador». En la misiva, también informó: «Me permite informar que me acojo a partir del día 30 de noviembre a la resolución número 14/2020 emitida por la secretaria general de la OE en donde se realiza el reconocimiento como funcionario de la OEI-Madrid con posible delegación en Bogotá». El papeleo sirvió de poco.

Peccis reclama 400.000 dólares a la OEI

Tras cesar en el cargo el 26 de marzo de 2024, Ángel Peccis solicitó su reincorporación. Fuentes internas de la OEI-Colombia aseguran que ya había iniciado las gestiones para su retorno a la dirección de la oficina en Colombia, donde inicialmente colocó a quien fuera su director adjunto, Carlos Zuloaga, actual vicecontralor general en Colombia y una de las más paradigmáticas «puertas giratorias» del organismo. Las fuentes internas consultadas por THE OBJECTIVE desvelan que Peccis y Jabonero habían pactado colocar a alguien de su confianza para evitar las fugas de información tras las graves irregularidades detectadas en las auditorías internas y externas realizadas por la consultora KPMG.

A medida que se iban conociendo anomalías y agujeros económicos, y tras la salida de Carlos Zuloaga en 2021, Jabonero envió a la sucursal colombiana a alguien de su confianza, su director de gabinete, Martín Lorenzo, para «limpiar la oficina de Colombia y encapsular la información» para evitar el escándalo público. No obstante, las presuntas corruptelas se hicieron vox populi a mediados del 2022, con la llegada del nuevo presidente colombiano, Gustavo Petro. Tras la publicación de varias informaciones relativas a la desviación de fondos de cooperación de la OEI, supuestamente para la integración de poblaciones campesinas y la reorientación de plantaciones de cultivo de cocaína, Petro aireó las irregularidades del organismo y bloqueó su relación con el nuevo Gobierno.

En este nuevo escenario, «Ángel Peccis ya era tóxico para Jabonero, y bloqueó su retorno a la Organización provocando el enorme cabreo de Peccis». El secretario general «ordenó borrar todas las fotos con el exministro Ábalos y muchas en las que aparecía con Peccis» a las que ha tenido acceso THE OBJECTIVE. Según las fuentes consultadas, el exdirector de la oficina en Colombia reprochó a Jabonero el incumplimiento de las resoluciones aprobadas, motivo por el cual amenazó con acudir a los tribunales si no le compensaba con una indemnización de medio millón de dólares. La respuesta de la Secretaría General de la Organización fue contraofertarle con «la mitad» de esa cantidad, lo cual impidió alcanzar un acuerdo. Actualmente, las mismas fuentes revelan que «siguen negociando y la última oferta de Peccis son 400.000 dólares». Un «tira y afloja» que ha disparado el malestar y el nerviosismo en las sedes centrales de Madrid, donde se amenaza con despidos a los filtradores y donde se acumulan más de una decena de despidos en los últimos años, la mayoría de ellos de mujeres. 

Este periódico se ha puesto en contacto con la dirección de la OEI para recabar su versión de los hechos. La secretaria general reconoce que «la OEI continuó abonando lo correspondiente a las prestaciones sociales del mismo (seguridad social) en Colombia» porque «el exdirector se encontraba en una comisión de servicio voluntaria». Pero «tras finalizar esta situación administrativa, la OEI notificó la desvinculación definitiva de su plantilla a Ángel Martín Peccis, así como la terminación de los pagos correspondientes a la seguridad social». Situación que, según la OEI, «quedó liquidada en febrero de 2025». Una fecha llamativa, puesto que el exdirector de Colombia retornó de Cuba a finales de marzo de 2024, momento en que empezó la negociación con la dirección de la OEI en Madrid. Quizás por ello el organismo utiliza esta fórmula para desmentir el litigio judicial con Peccis: «A día de hoy, 7 de abril de 2025» no existe ningún «litigio ni notificación judicial que tenga que ver con el señor Peccis», a quien además aseguran que «no corresponde el pago por concepto de indemnización u otra consideración relacionada con la terminación de su vínculo con la organización» porque «la desvinculación a la OEI se ejecutó correctamente».

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