El Gobierno destina fondos europeos a una empresa que da clases de masturbación
Santo Amor recibe dinero del Plan de Recuperación para «talleres de pajas» y cursos sobre «cómo comerte un coño»

Cursos que ofrece la escuela de educación sexual Santo Amor.
El Gobierno de España está destinando fondos del Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia, en teoría reservados para «acelerar la recuperación económica y social tras la crisis del covid-19», a la escuela de educación sexual Santo Amor, que básicamente ofrece talleres para mejorar las habilidades masturbatorias. Así figura en la página web de este colegio del placer, que admite estar financiado por la Unión Europea a través de los fondos Next Generation.
El principal reclamo del proyecto financiado por el Ejecutivo español con fondos europeos son 12 cursos –algunos online– con nombres tan procaces como autoexplicativos: «Hazte experto en squirting»; «cómo comerte un coño»; «pack polla y coño»; «curso de masturbación»; «masaje erótico para vulvas»; etc. También ofrece talleres «de pajas» para «elevar tu técnica a otro nivel» hasta lograr una experiencia «que deje huella» empleando penes de plástico. Por último, ofrece terapias sexológicas tanto individuales como de pareja desde 65 euros por hora.

Santo Hogar se define en su página web como «el hogar de tu placer, el refugio de una humanidad poderosa y conectada», y promete «el aprendizaje de técnicas y prácticas que elevarán tus guerras bajo las sábanas, pero también la chispa que prenderá todo tu fuego interno». «Somos la perfecta simbiosis entre espiritualidad y ciencia. El abrazo que reconforta, el baile que te hace gritar, la dosis de vitalidad para volver a sentir eso en tu interior. Somos un espacio transgeneracional porque el disfrute no tiene fecha de caducidad».
Detrás del portal de difusión y venta de cursos y talleres sexuales se encuentra Noemí Casquet, CEO de Santo Amor y administradora única de la sociedad Santa Perra Poderosa SL. Aunque en el Registro Mercantil figura como una empresa dedicada al «comercio al por menor de textiles en establecimientos especializados», parece que ha optado por diversificar sus actividades económicas a través de Santo Amor.
Casquet es periodista y escritora especializada en sexualidad, así como divulgadora en redes sociales, en donde aglutina millones de seguidores. «Más de 12 años dedicándose al mundo de la sexualidad, y como no podía ser de otra manera, vio todo con lo que había que luchar para que exista una sexualidad verdaderamente liberada, una con la que tú puedas estar cómodx, plenx y representadx. Su misión es que tengas la información para vivir una vida de placer, no la vida que nos hace tenerlo únicamente como premio», asegura sobre sí misma.
«El destino y obsesión de Noemí es ofrecerte un espacio seguro donde poder ser tú mismx y por fin obtener respuestas a esas preguntas que nadie se atreve a responder. Es la mente pensante, la energía creadora de todo el proyecto. Un proyecto únicamente diseñado para que lo disfrutes. Para que comprendas que el sexo es una parte natural de la vida, y estamos aquí para celebrarlo en su totalidad», reza la descripción de Casquet en la página web de Santo Amor.
Plan de Recuperación
España es uno de los países de la Unión Europea que más se ha beneficiado de la recepción de los fondos NextGeneration, con un total de 163.000 millones de euros a ejecutar entre los años 2021 y 2026. El Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia nació con el objetivo de «crear las condiciones adecuadas, con reformas e inversiones, para que los fondos europeos se empleen de la forma más eficiente y tengan el mayor impacto posible». El plan tiene cuatro ejes: transición ecológica, transformación digital, cohesión territorial e igualdad de género.
Cuando una entidad española recibe financiación de la Unión Europea a través de dicho plan está obligada a visibilizarlo mediante logotipos y menciones específicas en sus canales de comunicación: página web, folletos, redes sociales o materiales impresos. Se trata de un requisito habitual que la propia UE exige a los beneficiarios para dejar constancia de que han recibido ayudas públicas.
Es como seguir el rastro de las empresas financiadas con dichos fondos, algo que de otro modo resulta muy difícil, como sucede con los fondos del Pacto de Estado contra la Violencia de Género, sobre los cuales también pesa la sospecha de uso indebido: las feministas han encontrado más de 150 casos de posible malversación.