Alejandro Fernández: «No todo es gestión política, hay que dar la batalla de las ideas»
El presidente de los populares catalanes publica su libro «A calzón quitao», una reflexión sobre Cataluña y su partido
Alejandro Fernández (Tarragona, 1976) es el presidente del Partido Popular de Cataluña desde 2018 y portavoz del Grupo Popular en el Parlamento catalán desde 2016. La publicación de su libro A calzón quitao. España, Cataluña y el PP, una reflexión crítica sobre la historia de su partido en esta comunidad y sobre la situación política en Cataluña, ha vuelto a poner el foco en su rebelde personalidad dentro de un PP al que le pide autonomía para poder discrepar, con lealtad al presidente Alberto Núñez Feijóo. En una entrevista concedida a THE OBJECTIVE asegura no sentirse ofendido porque nadie de la cúpula del PP haya asistido a la presentación de su libro en Madrid, que compartió con Cayetana Álvarez de Toledo.
PREGUNTA.- A la presentación de su libro en Madrid no asistió ningún miembro del Comité de Dirección del Partido Popular. ¿Echó de menos a sus compañeros o esperaba esa reacción?
RESPUESTA.- Yo cuando digo que soy liberal, lo soy con todas las consecuencias y con toda la convicción. Nadie está obligado a leer mi libro ni asistir a la presentación, solo faltaría. No tengo ningún problema con este asunto.
P.- ¿Le envió invitación?
R.- La editorial, que es quien hace la invitación, la envió a todo el mundo. Eso es más o menos lo que me han comentado.
P.- ¿No me diga que no se sintió dolido?
R.- No. Vamos a ver. Yo he escrito un libro que no es muy largo, poco más de 200 páginas, donde he intentado hacer un diagnóstico histórico de los últimos cuarenta años y plantear unas propuestas. Esto no es un reality show, es simplemente un libro con ideas que, por supuesto, son discutibles. Pero es un libro, ya está, no hay muchas cosa más.
P.- Empezó la presentación afirmando que estar allí era un deporte de riesgo. ¿Le preocupa a gente del PP significarse en este acto?
R.- No. Todo el mundo conoce de mi gusto por la ironía. Esta afirmación iba más dirigido a vosotros, los periodistas, que os encantan estas elucubraciones. La segunda cosa que dije es que, tras 30 años de militancia en el Partido Popular, mi compromiso con mi partido y con mi presidente es absoluto. Por lo tanto, aquí no hay ni miedo, ni desconfianza, ni nada por el estilo.
P.- Pidió autonomía para dirigir el partido en Cataluña. ¿No la tiene ahora?
R.- En el País Vasco y en Cataluña el Partido Popular ha tenido más problemas que en otros sitios para consolidar proyectos y liderazgos. Es un dato, no es una opinión. Ahora vamos por el buen camino. Las elecciones últimas fueron muy bien y aspiro a más. No pedía autonomía para desmarcarme del PP, sino para ser del PP, sin problemas, sin complejos, y sin una cosa que en la historia del PP catalán se ha llevado mucho, que son los giros. Tanto giro no ha provocado mejores resultados. Nosotros somos la alternativa al nacionalismo y a la izquierda, en el resto de España y en Cataluña. No creo que en Cataluña tengamos que ser otra cosa.

P.- ¿Por qué publica ahora el libro? ¿No cree que puede volver a poner el foco en las guerras internas del PP?
R.- El libro lo escribí en diciembre y Zapatero y Pablo Iglesias han tardado solo cuatro meses en darme la razón. La razón fundamental es porque creo que no hay que olvidar que la izquierda y el separatismo están en una operación para convertir España en una república confederal plurinacional. Políticos del Partido Popular hicieron predicciones en el pasado y nadie les hizo caso. Esta operación no la podemos combatir solo con gestión pública, que es importantísima y es una seña de identidad del PP. Por lo tanto, creo que es el momento oportuno. Agradezco a Cayetana que dijera que el libro está hecho a favor del PP, de nuestro presidente y de un proyecto que va a tener que hacer frente a esta operación, que la van a acelerar porque tienen miedo a perder el poder.
P.- Dice que es un libro para que Feijóo sea presidente. ¿Si le escuchara más, cree que a Feijóo le iría mejor?
R.- En la vida se me ocurriría ser tan presuntuoso. Cuando eres presidente del PP de Cataluña, tienes una cierta ventaja, y es que, como es tan complicado y te caen palos por todos los lados, tienes unas curas de humildad diarias, que te sitúan en la dimensión correcta. Jamás he tenido la voluntad de decirle a nadie lo que tiene que hacer. La política no solo es gestión, también es la batalla de las ideas. Este libro está planteado en esos términos. Nadie se podía imaginar que Sánchez fuera capaz de aprobar los indultos y que fuera a desmantelar el Estado en Cataluña. Algunos ya lo lo lo avanzamos en su momento, y se nos trató un poco de excéntricos o de pájaros de mal agüero. Acertamos en nuestras previsiones y, por tanto ,hay que estar muy atentos.
P.- ¿Es buena su interlocución con Feijóo?
R.- La comunicación sobre las cosas de Cataluña es constante y fluida. Nunca he tenido ninguna queja al respecto.
P.- Critica los múltiples giros del PP en Cataluña. ¿Si se produce otro giro, dejará la Presidencia?
R.- El proyecto ahora mismo está perfectamente definido como alternativa a la izquierda y al nacionalismo. A mí nadie me ha dicho ni me ha hablado de ningún giro. Puedo entender la tentación de pensar que, a lo mejor si te pareces un poco más a tu adversario, que tiene más votos, te va mejor. La realidad es que eso nunca ha acabado de funcionar, quizás porque nunca se ha profundizado en el proyecto político. Lo que pido es paciencia, perseverancia y tozudez a la hora de implementarlo, porque estoy convencido de que es un proyecto ganador y no se consigue en un día.
P.- Para desarrollar ese proyecto político tiene que contar con el respaldo total de la dirección nacional, ¿cuándo cree que se convocará el congreso regional que está pendiente?
R.- No es un asunto que tenga en cuenta en el libro. No hablo de eso en ningún momento, de la cuestión orgánica. Para mí es totalmente secundaria.
P.- ¿Entonces se encuentra cómodo?
R.- Cuando te dedicas a la política en Cataluña, rodeado de separatistas y demás fauna ibérica, cómodo del todo, nunca estás.

P.- Me refería dentro de su partido.
R.- A mí me encanta la política, es mi vocación. La vivo con pasión y, por lo tanto, si a eso se le puede llamar estar cómodo, pues ningún problema. El Partido Popular no es una secta y yo estoy contento de que así sea. Redondo Terreros no tuvo la misma suerte que yo. Por discrepar, le expulsaron del partido. Ningún partido político es un balneario. Yo estoy muy satisfecho de que en mi partido se pueda hablar, debatir. Yo asumo que haya cosas que diga que pueden gustar más o que pueden gustar menos. Pero lo que tengo muy claro es que es un espacio en el que se puede debatir.
P.- ¿Por qué entonces no se convoca el congreso?
R.- Soy presidente elegido en unas primarias, con todas las bendiciones. Ahora mismo, la prioridad no es orgánica, sino los problemas que tiene España.
P.- En el libro se refiriere a los errores estructurales en la derecha española ¿Cómo cree que se tiene que manejar la relación con Vox? ¿Hay que intentar captar parte de su electorado?
R.- No estoy el día entero pendiente de lo que tiene que hacer Vox. El Partido Popular tiene condiciones más que suficientes para aglutinar a una mayoría social de españoles que se sienten identificados con la unidad nacional, la libertad, la igualdad… No estoy aquí para decirle nada a Vox, son otra formación política y tienen sus ideas. No creo que haya que mirar a la derecha o a la izquierda, sino a las inquietudes y anhelos de los españoles. Eso incluye gente que, por alguna razón, dejó de votar al Partido Popular y pasó a votar a Vox. Mucha gente está preocupada por el tipo de política que está haciendo Donald Trump y se podrían plantear volver a confiar en el Partido Popular. Se trata de que el Partido Popular sea capaz de seducir y convencer a una mayoría amplia de españoles. Y creo que para eso hay que analizar las razones por las que se fueron a otros proyectos políticos.
«Políticos del Partido Popular hicieron predicciones en el pasado, y nadie les hizo caso»
P.- ¿Por qué dice que su libro no es un reality show?
R.- Este libro está hecho a favor de mi partido, de mi dirección nacional y de mi presidente, y tiene esa vocación. Asumo perfectamente que es un tipo de lenguaje político, quizá un poco anglosajón. Algún crítico se ha referido a que el libro ha sorprendido porque recuerda más a un libro que pudiera ser de un político de centroderecha británico o norteamericano. En políticos en activo, el lenguaje es más políticamente correcto o o tal vez más plano. Normalmente, cuando la gente escribe con mayor contundencia es cuando ya lleva muchísimos años retirada de la política.
P.- ¿Nadie de la dirección le ha hecho algún comentario?
R.- Es que no es un reality show. Las conversaciones privadas las respeto. No hay acusaciones ad hominem en mi libro. Es un estilo que nunca me ha gustado. Todo el mundo habla de autocrítica y de ejercerla, pero, cuando se ejerce, parece como una cosa subversiva o disruptiva. Yo me hago coparticipe de la autocrítica, de los aciertos y de los errores. No se los atribuyo a nadie en particular. Yo viví una campaña electoral muy mala, donde las cosas no salieron muy bien, corregimos algunas cosas y, en la última, ha ido muy bien. Pues creo que si corregimos algunas más, la siguiente irá todavía mucho mejor.
P.- En su libro es muy duro con la gestión de las distintas direcciones nacionales en Cataluña y el País Vasco. Se refiere a una «escabechina política e incluso moral».
R.- Es una expresión que utilizo después de contextualizarla. Yo hablo de las ruedas de prensa de salida de Josep Piqué, Alfonso Alonso, María San Gil, Antonio Basagoiti, Arantxa Quiroga, Alejo Vidal-Quadras, en las que había una sensación de profunda tristeza por todo lo que les había tocado vivirlo. Y a mí siempre fue una cosa que me impresionó mucho. Yo estoy convencido de que si corregimos esas cosas, el PP no tiene por qué ser distinto en el País Vasco y Cataluña.
P.- ¿Ha llegado el momento en el que el PP le abra las puertas a figuras como María San Gil, Alejo Vidal-Quadras o Jaime Mayor Oreja?
R.- Creo que estamos por el buen camino para aglutinar de nuevo a una mayoría social en nuestro ámbito ideológico. Tendrán que ser ellos también los que manifiesten que piensan o no. Yo no voy a avanzar. Por lo tanto, máximo respeto a todas estas personas. Insisto, que vamos por el buen camino para aglutinar de nuevo y unificar la derecha en torno al Partido Popular.
«Estamos en el buen camino para aglutinar de nuevo y unificar la derecha en torno al Partido Popular»
P.- ¿Está cerca el final de Puigdemont como llave de la gobernabilidad de España ante el ascenso de Aliança Catalana?
R.- Nuestra victoria electoral servirá para que no tenga la llave de la política española, independientemente de los resultados que obtenga. Por la presión que está ejerciendo la Aliança catalana, Junts no tiene ninguna intención de recuperar un cierto espíritu pactista como la antigua Convergencia de los años 80 y 90, sino que van a radicalizar su discurso y nos va a sorprender muy negativamente. La radicalización va a ser tremenda. Están teniendo una fuga de votos muy severa hacia Aliança Catalana, y su reacción a eso no va a ser moderarse.
P.- En el PP hay todavía dirigentes que piensan que es posible algún pacto con Junts.
R.- Yo soy de la opinión de que no podemos pactar con ellos. Están liderados por un prófugo de la Justicia que participó en un golpe de Estado y participando en el desmantelamiento del Estado en Cataluña para intentar en el futuro volver a lanzar una intentona de independencia.
P.- Antes de las elecciones hubo algún contacto, un café…
R.- Yo no me puedo dedicar a elucubrar sobre cafés. No es mi trabajo. Yo no he oído a nadie de mi partido, decir esto. Tengo clarísimo que la posición de nuestro partido es que no se le puede entregar la llave a Carles Puigdemont.