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El CNI abre una investigación interna al detectar un soplo con información sensible

Varias noticias apuntan a una fuga desde dentro del servicio secreto o de alguien que ha estado en labores de inteligencia

El CNI abre una investigación interna al detectar un soplo con información sensible

Esperanza Casteleiro y Margarita Robles en un encuentro informativo en el CNI. | Europa Press

El Centro Nacional de Inteligencia (CNI) ha abierto una investigación interna para determinar si se ha producido un soplo con información sensible a varios medios de comunicación desde dentro de los servicios secretos. Todo ello tras la publicación en Abc y El Mundo de varias noticias comprometedoras para la sede central de los espías.

Las informaciones en el radar del CNI son el supuesto pago al imán de Ripoll de 500 euros mensuales en calidad de confidente hasta los atentados terroristas de Barcelona y Cambrils en 2017, así como una progresiva retirada de agentes en Marruecos que habría llevado a que las labores de inteligencia y contrainteligencia en el reino alauí hayan quedado paralizadas desde hace al menos tres años.

En las noticias de Abc sobre el imán de Ripoll han aparecido datos desconocidos del pasado en los servicios secretos de Luis García Terán, actual secretario general o número dos. En concreto, el hecho de que fuera el jefe del área de Contraterrorismo en los años en los que agentes del CNI se reunieron con Abdelbaki Es Satty en prisión y que tanto el oficial de relación que le visitaba en la cárcel de Castellón como el jefe de la oficina de Gerona dependían orgánicamente de él, por lo que ahora el lugarteniente de la directora de los servicios secretos, Esperanza Casteleiro, se arriesga a que formaciones independentistas como Junts o ERC pidan su comparecencia en la comisión de investigación del Congreso de los Diputados que indaga sobre aquellos hechos.

Ambas informaciones fueron desmentidas por el CNI, pero contienen detalles precisos que apuntan a una fuga de información desde dentro de los servicios secretos o de alguien que ha estado hasta hace poco en labores de inteligencia. De ahí que se haya abierto una investigación interna para determinar si se ha producido un soplo y que cobre importancia la inesperada dimisión en las últimas semanas de su número tres después de solo un mes y medio en dicho puesto.

El jefe del departamento de Inteligencia, L.R., renunció a mediados de marzo al cargo que había dejado vacante García Terán a finales de año tras el ascenso de este último a secretario general, según desveló THE OBJECTIVE la pasada semana. Desde dentro del CNI se desliga por completo la dimisión de L.R. de estas informaciones, al ser su marcha anterior a la publicación de las mismas.

L.R. es un veterano espía próximo a la jubilación que había desempeñado toda su carrera dentro del CNI en el extranjero. Nunca estuvo destinado en Madrid, así que para este teniente coronel fue una sorpresa la llamada en la que le propusieron su incorporación a la sede central como jefe de Inteligencia.

Las exigencias del cargo, con unas dinámicas de trabajo completamente diferentes a las que tiene un agente en un país tercero, le llevaron a tomar la decisión de presentar la dimisión a sus inmediatos superiores por motivos personales al poco de cumplir un mes en dicho puesto. Casteleiro ya ha elegido a un nuevo jefe de Inteligencia, quien fue presentado la pasada semana al rey Felipe VI durante la visita del monarca a la sede central de los servicios secretos junto a la ministra de Defensa, Margarita Robles.

En el pasado, los cambios en la cúpula de los espías han provocado roces entre los diferentes grupos que existen en la sede central, donde trabajan la mayoría de sus 3.000 miembros. Por ejemplo, hubo tensión interna hace 15 años por la reelección del entonces director, Alberto Saiz, en la que se filtraron fotografías e información sensible de él y de la vivienda que ocupaba por aquel entonces.

También ha habido encontronazos entre militares y civiles que se han visto desplazados de la alta dirección de los servicios secretos. Y recientemente se han conocido casos puntuales de malestar con la dirección política del Ministerio de Defensa, como ocurrió en diciembre con la salida del último secretario general, Arturo Relanzón.

Los posibles cambios en la cúpula en 2027

El contenido del real decreto firmado entonces por Robles sugería que la sustitución de Relanzón se debía a su pase a retiro como militar. Sin embargo, el número dos de los servicios secretos no fue relevado por su condición castrense –era coronel del Ejército de Tierra–, sino por la jubilación forzosa por edad que establece el estatuto del CNI cuando uno de sus miembros llega a los 65 años, tal y como reveló este periódico.

Este último dato es importante porque García Terán nació en Valladolid en 1962 y, por tanto, a este teniente coronel de Artillería le quedan apenas dos años para ser relevado por el mismo motivo. De ahí que su paso por el puesto de secretario general va a ser más corto que el de sus predecesores… salvo que el Gobierno se salte la norma que ha aplicado recientemente para Relanzón. A ello se une que en mayo de 2027 también concluye el mandato de cinco años de Casteleiro, por lo que el CNI podría encontrarse con dos cambios en su cúpula casi al mismo tiempo si no se renueva a la actual directora por otro quinquenio. Demasiadas curvas para el servicio secreto.

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