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La candidatura de Irene Montero despierta dudas en Podemos frente a Iglesias y Belarra

Los sondeos revelan que la figura de Irene Montero como presidenta del Gobierno no despierta muchos apoyos

La candidatura de Irene Montero despierta dudas en Podemos frente a Iglesias y Belarra

Irene Montero e Ione Belarra en un acto de Podemos. | Europa Press

La candidatura de Irene Montero, anunciada a bombo y platillo en el último congreso de Podemos, despierta dudas dentro de la formación. Montero es la candidata in pectore de Podemos desde la ruptura con Sumar en el Congreso, pero después del buen resultado en las europeas del año pasado (con un empate técnico con Sumar), la formación morada tarda en despegar en los sondeos. Las encuestas, además, revelan que Montero cosecha menos apoyos que Pablo Iglesias e incluso Ione Belarra como opción preferida entre los principales líderes políticos para ocupar el cargo de presidente del Gobierno.

El barómetro del CIS de marzo, por ejemplo, recoge que solo un 0,5% de los encuestados elige a Montero como su opción «preferida» para la presidencia del Gobierno. Se trata de una cifra de por sí muy baja, comparada con el 5,6% de Yolanda Díaz, y que tanto Iglesias como Belarra superan. Iglesias obtiene un 0,6% y Belarra un 0,8%. Con respecto a febrero, además, Montero pierde fuelle: entonces cosechaba un 1,2% de apoyos (frente al 1,6% de Belarra). Y más en general, Podemos tardaría en romper la barrera del 5% de apoyos de celebrarse ahora las elecciones generales.

Las fuentes consultadas en Podemos admiten que puede darse un «problema» vinculado a la candidatura de Montero. Los morados se preparan para ir en solitario en los próximos comicios. Podemos sigue convencido de que Pedro Sánchez adelantará las elecciones, y ha activado su maquinaria preelectoral. Montero es la figura política que el partido quiere impulsar, aunque por visibilidad en el ámbito nacional, Belarra es quien cosecha más respaldo. Es diputada y portavoz en el Congreso, mientras que Montero actúa en Bruselas. No obstante, la eurodiputada ha anunciado que dejará el escaño europeo cuando se celebren los comicios en España.

Iglesias como Monedero

Iglesias, según sostienen en Podemos, empuja para que Montero sea candidata. Es el más convencido de esta opción. El fundador y ex secretario general no tiene previsto de momento involucrarse en la candidatura, aunque su «papel» de guía es incuestionable. Las fuentes consultadas hablan de un rol parecido al que fue el de Juan Carlos Monedero, es decir, alguien extraño a las listas electorales pero capaz de influir en la candidatura y propuestas del partido: «Quiere ser un poder fáctico, alguien que no es candidato, pero a quien se tiene en cuenta», mantienen.

El último congreso de Podemos ha consolidado, por otro lado, el esquema de la bicefalia entre Belarra, al mando de la organización, y de Montero, como futura candidata. Y no es descartable que hasta que no se convoquen las elecciones, el partido intente mantener a Montero en un segundo plano, impulsando sobre todo a Belarra. Esta podría ser una razón del hecho de que en las encuestas la figura de la eurodiputada sigue cosechando números por debajo de los de Yolanda Díaz. Pero Podemos ya ha avisado a sus socios de que, con unidad o no, ya no es negociable la figura de su candidata.

Dudas internas

Algunas fuentes apuntan a que, no obstante, dentro del partido existen algunas dudas. Según sostienen, incluso Belarra, amiga e histórica aliada de Montero, estaría dudando de su candidatura. Estas fuentes afirman que Iglesias es el más convencido de la candidatura de la exministra de Igualdad, pero que «los demás» cuestionan ese planteamiento. Y entre ellos la propia Belarra. Los rumores sobre un posible alejamiento entre las dos dirigentes circularon hace meses en el partido, aunque Montero intentó frenarlos apoyando sin fisuras la candidatura de Belarra a la secretaria general de Podemos.

«Irene es el problema», zanjan las fuentes más reacias a reconocer a la eurodiputada y exministra como alguien intocable en la candidatura de la formación. Sostienen que su figura impide cualquier acuerdo con otros partidos, obligando a los morados a acudir en solitario a los comicios, y que sobre todo no cuaja a nivel electoral. Según estas fuentes, además, Madrid es uno de los territorios donde la candidatura de Montero encuentra más dificultades. «En Madrid pierde votos», avisan. Y Madrid es, al menos en teoría, una de las circunscripciones estratégicas para el partido morado.

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