El Ejército del Aire retiene un delicado puesto en Defensa para las compras de armamento
Robles mantiene a un coronel de esta rama por el que pasarán los programas especiales de las Fuerzas Armadas

Margarita Robles y Sara Aagesen en un acto de colaboración interministerial en la lucha contra incendios forestales. | Foto: Marco Romero (MDE)
La vacante de subdirector general de Adquisiciones de Armamento y Material dentro del Ministerio de Defensa ya tiene dueño: el coronel de Intendencia José María Belluga, quien fue elegido el pasado 14 de abril en plena Semana Santa. Ello significa que el Ejército del Aire retiene este delicado puesto dentro del departamento de Margarita Robles, ya que por sus manos pasan los llamados Programas Especiales de Armamento (PEA), los más complejos que afectan las Fuerzas Armadas y en los que se moviliza el mayor volumen de recursos financieros.
El cargo de Belluga lo ocupaba su compañero de armas, el coronel Efigenio Caminero, quien fue destituido de forma inesperada a mediados de marzo, según desveló THE OBJECTIVE. La secretaria de Estado de Defensa, Amparo Valcarce, firmó este cese después de que el subdirector de Adquisiciones de Armamento y Material tuviese varios choques con el jefe de Gabinete del director general de Asuntos Económicos por «determinadas órdenes de gasto», según fuentes militares consultadas por este diario.
Caminero es coronel intendente del Ejército del Aire y entró en octubre de 2023 en la Dirección General de Armamento, que dirige el almirante Aniceto Rosique. Por lo tanto, solo llevaba un año y medio en el cargo. Ahora ha sido recolocado en el área de contratación internacional del ministerio hasta su pase a la reserva dentro de un año y medio.
Su destitución se produjo en pleno debate entre las formaciones políticas sobre cómo incrementar el presupuesto militar hasta el 2% del PIB ante la situación en Ucrania y las presiones de la Administración Trump para que los aliados gasten más en seguridad y defensa. La lista de los PEA incluye a los submarinos de la clase S-80, los vehículos de combate sobre ruedas 8×8, los helicópteros NH-90, las fragatas F-100, los aviones de combate y los satélites militares de Hisdesat, por poner los ejemplos más conocidos.
Por este motivo, los PEA tienen una serie de características específicas que les distinguen del resto de programas de adquisición. En primer lugar, su complejidad, con largos periodos de definición y ejecución. Segundo, su impacto tecnológico, que supone un importante desembolso de fondos públicos. Y en tercer lugar, el hecho de que participe la industria nacional de forma significativa. Todo ello implica que el gasto se sufrague mediante un sistema de prefinanciación en el que participa un organismo externo a Defensa. En concreto, Industria.
Cuando el equipo de Robles informó de su cese a nivel interno, en los estados mayores de los tres ejércitos empezaron a buscar los perfiles más idóneos para colocar a uno de los suyos en dicho puesto, que es determinante para decidir qué programa tiene prioridad sobre otros. Para el cargo de subdirector general de Adquisiciones de Armamento no rige la rotación entre ejércitos, por lo que este puesto de trabajo de libre designación estaba abierto a las tres ramas.
Finalmente, Robles no ha querido castigar al Ejército del Aire con la salida de Caminero, pues Belluga es compañero suyo. Eso sí, el relevo en este puesto sensible puede ser el preludio de más ajustes a nivel interno en la Dirección General de Armamento. En diciembre dimitió el coronel Vicente Infante, responsable del citado programa 8×8 ‘Dragón’ de vital importancia para el Ejército de Tierra y que está dando importantes quebraderos de cabeza al Gobierno. Sin embargo, no fue el plan inicial: la ministra pidió su cabeza unas semanas antes y Rosique se resistió a firmar su cese con el argumento de que, en ese caso, debía ser él el destituido. Al final, la titular de Defensa evitó el choque con su director general de Armamento y espero a que Infante firmase su renuncia.
El departamento de Robles ha vivido momentos de tensión en las últimas semanas tras conocerse también la salida inesperada de la subdirectora general de Publicaciones y Patrimonio Cultural, Margarita García, después de que el líder del PNV, Aitor Esteban, pidiese a la ministra que le buscase en los archivos militares la hoja de servicio de un familiar suyo que combatió en las filas del Ejército de Franco. Un delicado encargo en el que se saltó los cauces habituales.
García llevaba en dicho puesto de Defensa desde hace 14 años. Concretamente, desde julio de 2011. Su caída en desgracia empezó a gestarse cuando Esteban preguntó a finales de febrero a Robles si le podía encontrar el expediente de un combatiente de su familia. El conducto más lógico hubiera sido que la subdirectora trasladase la petición al entonces director del Instituto de Historia y Cultura Militar, el general Antonio Ruiz Benítez, pero ambos estaban enemistados. Este hecho llevó a la primera a puentear al citado general y pedir directamente al Archivo General Militar de Ávila que encontrasen el expediente que tanto interesaba al próximo presidente del PNV.
La búsqueda de un documento de la Guerra Civil de estas características no se resuelve de un día para otro en los archivos castrenses, debido a que la inmensa mayoría de las hojas de servicio de los combatientes de ambos bandos no están digitalizadas. Como mínimo, se tardan varias semanas en localizar un legajo por el conducto reglamentario. Esta demora llevó a la subdirectora de Publicaciones y Patrimonio Cultural a enviar un segundo correo electrónico a Ávila, apremiándoles con el encargo y haciendo hincapié en que la búsqueda era «urgente» por expreso deseo de Robles. Esta segunda petición por escrito llegó a oídos del Gabinete de la ministra, que reclamó el correo de su subordinada y se enfadó al ver que su nombre aparecía en el mismo.