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Política

Sumar rebaja la amenaza de IU de dejar el Gobierno: «Debe ser una decisión colectiva»

Sumar critica el rearme pero la prioridad de Yolanda Díaz es que no llegue a votarse en el Congreso de los Diputados

Sumar rebaja la amenaza de IU de dejar el Gobierno: «Debe ser una decisión colectiva»

Enrique Santiago y Yolanda Díaz en el Congreso | Europa Press

Sumar critica al área socialista del Gobierno y al presidente por aprobar un incremento del gasto militar cercano a los 10.500 millones de euros. Para la coalición que capitanea Yolanda Díaz se trata de un desembolso «exorbitado». Los ministros de Sumar manifestaron su disconformidad en el último Consejo de Ministros, y el miércoles Izquierda Unida dio un paso más: en palabras de su portavoz Enrique Santiago, la actitud del PSOE puede desembocar en una crisis de Gobierno. «Barajamos todos los escenarios», avisó Santiago. IU arremete en particular contra una partida de más de seis millones prevista por el Ejecutivo para la compra de balas a una firma israelí. Pero en Sumar los socios matizan la amenaza y recuerdan que todas las decisiones de la coalición deben ser «colectivas»

Más allá de lo contundente que puede parecer la crítica de IU, otras fuentes de Sumar insisten en que la coalición que lidera Yolanda Díaz no romperá el Gobierno. «Enrique Santiago juega su papel», deslizan desde la coalición para explicar la crítica de IU. La formación de Antonio Maíllo ha pedido, por otro lado, convocar la «mesa de partidos», que debe decidir la posición colegiada de todos los socios de Sumar. Y a ese foro se remiten también los otros actores, para señalar que IU debe atenerse a lo que decidan en el conjunto de la alianza: «Debe ser una decisión colectiva», trasladan fuentes de Sumar ante el órdago de IU.

Lo cierto es que todos los socios de Sumar exigen a Díaz contundencia ante Pedro Sánchez. Se refieren sobre todo a la compra de balas a la empresa israelí Guardian Homeland Security que la coalición de izquierdas aspira a revertir. «Es una vulneración flagrante de los acuerdos, por tanto, exigimos la rectificación inmediata de ese contrato», afirma Díaz. Mientras que en IU quieren ir más allá, y ya han pedido el cese de los ministros Fernando Grande-Marlaska y Margarita Robles. Pero según las fuentes consultadas, el ataque de IU tendría el visto bueno de Yolanda Díaz, porque así «Yolanda puede justificar ante Sánchez lo presionada que está».

Cese de Marlaska y Robles

A raíz de todo el embrollo se halla el desplome demoscópico que las formaciones de Sumar temen por el plan de rearme de Sánchez. El propio Santiago hizo alusión a ello en el Congreso. Pero lo cierto es que nadie en Sumar sostiene que la crisis puede desembocar en una salida del Ejecutivo de los ministros liderados por Díaz. Es más, fuentes de Sumar aseguran que aunque no están de acuerdo con el planteamiento del Gobierno sobre el rearme, su prioridad coincide con la estrategia de Sánchez de evitar que el plan llegue al Congreso. Y desde los Comunes catalanes reiteraron el miércoles que la coalición de gobierno no está en peligro.

Aunque hay coincidencia interna a la hora de exigir la anulación del contrato a la empresa israelí, si bien desde el área socialista avisan de que anularlo acarrearía una indemnización de 6,6 millones a dicha empresa. Y algunos socios de Díaz sostienen que Marlaska debe acudir al Congreso para dar cuenta de esta adquisición. Pero rebajan también en ese caso la exigencia de IU de que Marlaska de un paso al lado.

Ante la cuestión del rearme en general, Sumar se divide sustancialmente en dos bloques. Una parte de la alianza cree que el gasto militar aprobado por Sánchez podrá ejecutarse de acuerdo a una ingeniería contable que evitará una votación en las Cortes. Otro sector, sin embargo, sostiene que se trata de «mucho dinero», y que será difícil sortear cualquier tipo de votación. Y este segundo sector está capitaneado por IU. Pero ambos grupos coinciden en que lo esencial ahora mismo es evitar que el Congreso se pronuncie sobre el paquete de rearme. Díaz está de acuerdo con este planteamiento.

Votación en el Congreso

La formación de Díaz, de hecho, cree que si el aumento del gasto militar llega al Congreso, el Gobierno solo podrá aprobarlo con el apoyo del PP. Tal y como adelantó este diario, Díaz ha pactado con Sánchez una disconformidad controlada en ese ámbito. Sumar necesita por el choque con Podemos escenificar su rechazo del rearme: necesitan evitar que los morados se hagan con su electorado. Pero esto no significará romper el Ejecutivo, aunque hayan manifestado públicamente su crítica en el Consejo de Ministros. De hecho, la crítica de los diputados y dirigentes de Sumar contra Sánchez y el área socialista nunca están asociadas a la necesidad de llevar a las Cortes el plan. Solo Podemos y la oposición exige que el Congreso vote la medida.

La razón fundamental por la que Sumar no quiere que el paquete de rearme llegue al Congreso tiene que ver con que pretende evitar un debate que se puede centrar más en la incoherencia de criticar el rearme, sin por ello salir del Ejecutivo. Además, las fuentes consultadas dan por hecho que ERC y Bildu también se manifestarían en contra, y eso complicaría la posición de Sumar ante sus propios votantes.

https://twitter.com/PODEMOS/status/1915003774902341683

Ofensiva de Podemos

Podemos dijo el pasado martes que la aprobación de los 10.500 millones para el gasto militar representaba un «antes y un después» en su relación con el Ejecutivo. La secretaria general de Podemos, Ione Belarra, tacha al Ejecutivo de Sánchez de «gobierno de la guerra», y pide, tal y como adelantó THE OBJECTIVE, unas manifestaciones en la calle contra el rearme. Podemos ha elegido la cuestión militar como su nuevo eje estratégico e ideológico porque considera que «la bandera de la paz» es esencial para debilitar Sumar. Y ataque al Gobierno, que califica de «antidemocrático».

El plan de rearme preparado por Sánchez contempla un incremento de 10.500 millones, divididos en cinco bloques. De ellos, Sumar critica sobre todo el gasto destinado a la compra de material bélico. Sánchez argumenta que no se trata de material ofensivo, pero Sumar se desmarca y cuestiona esa adquisición. Aunque evita atacar otras partidas de gasto, como la mejora salarial del Ejército o el llamado «escudo digital» para defenderse de los ciberataques. La táctica política interna a Sumar obliga, por otro lado, a las familias de la alianza a manifestar su discrepancia, en una especie de carrera por la visibilidad que afecta a todos. De allí el ataque de IU, que intenta adelantarse a otros grupos, como Compromís, que ya han decidido levantar la voz para cuestionar el rearme de Sánchez.

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