Desvelan propiedades y negocios extranjeros sospechosos del 'capo' de ONU Turismo
Una investigación periodística y varios testimonios vinculan a Pololikashvili con patrimonio en Arabia Saudí y Dominicana

Zurab Pololikashvili, secretario general de ONU Turismo. | EP
Zurab Pololikashvili, secretario general de ONU Turismo, acumula sospechas crecientes sobre la existencia de propiedades, cuentas bancarias y negocios extranjeros a nombre propio o de su entorno familiar, según revelan fuentes del sector turístico consultadas por este periódico y la investigación publicada por el medio internacional eTN. Según esta información, existe una cuenta bancaria secreta en Arabia Saudí abierta a nombre del padre de Pololikashvili, supuestamente vinculada a las operaciones de la nueva oficina regional de ONU Turismo en Riad.
Si se acepta como cierto que los Pololikashvili tienen dinero, propiedades o negocios en el extranjero, como aseguran tres de las fuentes consultadas, su existencia no implica ninguna actividad ilícita en sí misma, pero las sospechas apuntan a un uso de su posición para tejer redes de intereses personales. Una fuente cercana al secretario general desvela que “desde hace tiempo el acuerdo con Arabia Saudí era más complejo y completo” que una simple subsede regional del ente. “Pololikashvili siempre tiene negocios, no sabemos qué tipo, pero no hace nada si no hay negocio verdadero. La oficina saudí no era solo turismo, era un pequeño banco de favores”, señala.
Según este interlocutor, el acuerdo con Riad incluía “mover dinero a través de la ONU de forma que se pudiera retirar después”, añade, describiendo un sistema opaco de gestión de fondos que podría comprometer la neutralidad de la organización. “La cuenta bancaria que le abrieron a nombre de su padre se la abrieron en el mismo banco con el que suele colaborar ONU Turismo en la región, probablemente Riyad Bank”, una de las principales entidades financieras locales. En la región, constan colaboraciones del organismo internacional con otros bancos, como el iraní Tourism Bank.
Al ser consultado sobre la veracidad las informaciones periodísticas y testimonios mencionados, el secretario general de ONU Turismo ha denunciado que el cuestionario remitido por este medio “es intimidatorio”. “No merecen por mi parte contestación alguna, pues, parten de la base de prejuicios claros sobre mi actividad y mi persona”, ha asegurado en una carta en el que lamenta la cobertura “sistemáticamente sesgada” de THE OBJECTIVE, reclama la rectificación de noticias publicadas con anterioridad y amenaza con emprender acciones legales para preservar su honor.
Fuentes sectoriales de tres nacionalidades distintas coinciden en la existencia de actividades comerciales al margen de su cargo institucional, aunque discrepan en su naturaleza y ubicación: se habla de una cuenta bancaria en Arabia Saudí, pero también de una casa en la República Dominicana y un apartamento en Punta del Este, Uruguay. También se menciona posible patrimonio en Uzbekistán, Georgia o Croacia. Estas divergencias podrían significar que las afirmaciones son infundadas, o bien que estas actividades van más allá de un solo país.
El patrón de comportamiento descrito por los testigos se extiende a la gestión interna de ONU Turismo. Un directivo del sector turístico español denuncia que “Zurab está comprando votos a saco”. Según otra fuente internacional, “Arabia Saudí pagó cinco millones por la oficina regional, pero solo trabajan tres o cuatro empleados y no se sabe muy bien qué hacen. Zurab cobra tres millones de dólares y retorna uno al ministro de Turismo de turno”, sostienen.
De acuerdo con los procedimientos de otra agencia de la ONU, la UNESCO —que rigen procesos similares en organismos internacionales—, usar recursos oficiales para campañas electorales viola todas las normas de imparcialidad. Sin embargo, según varios testimonios, el actual secretario general sigue utilizando su posición y a su equipo para asegurar su continuidad, pese a que ya ha agotado los dos mandatos reglamentarios.
Otro profesional del turismo internacional recuerda que “la UNESCO pidió que los candidatos no usaran recursos de la organización. Aquí Zurab hace actos en todos los países que votan”. Para este testigo, las actividades irregulares no se limitan a la campaña: “Ha enchufado a una docena o más de georgianos en ONU Turismo, y firmó la contratación de un chino a cambio del voto de Pekín”. Otro alto directivo español añade: “Las reglas impiden que un candidato use la organización para hacer campaña. Pero él hace viajes, ofrece cargos, ofrece eventos… todo donde votan”.
Vínculo con la trama de hidrocarburos
Un observador con acceso a información interna detalla conexiones entre el presunto comisionista de la trama Koldo, Víctor de Aldama; Pololikashvili; y el diplomático georgiano Mikheil Ninua. Figuras que, según este testimonio, habrían facilitado operaciones de lavado de dinero y comercio de petróleo e hidrocarburos en nombre de la organización. También se sitúa a Ninua como figura clave en los presuntos negocios del secretario general en países como Emiratos Árabes, que han presentado a un candidato propio en las elecciones del organismo de este próximo mayo, algunos sospechan que con el objetivo de disgregar el voto reformista y allanar la reelección del aspirante georgiano. En rigor, no se trata de una reelección, sino de una elección extraordinaria tras haber vencido el límite de los dos mandatos.
En determinados círculos del sector se alerta de una captura progresiva de ONU Turismo, que se habría convertido en una red de favores mutuos entre Pololikashvili y varios gobiernos cómplices. “Su esquema corruptor incluye a países y ministros”, aseguran. Según esta versión, el principal beneficiario sería el propio Pololikashvili. “Si cae un nuevo secretario general, menudo problema tendría”, indican, en referencia a la supuesta necesidad de no dejar cabos sueltos o documentos comprometedores.
Esta noticia ha sido actualizada el 30 de abril de 2025 a las 17:39 horas para corregir un error de la versión inicial de la noticia, en la que se ubicaba incorrectamente Punta del Este en la República Dominicana y no en Uruguay.