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Política

El PP ve la sombra de la corrupción en la posible compra de Escribano por parte de Indra

Génova constata un «evidente» conflicto de intereses al estar dirigidas ambas empresas por la misma familia

El PP ve la sombra de la corrupción en la posible compra de Escribano por parte de Indra

El presidente ejecutivo de INDRA, Ángel Escribano | Europa Press

El Partido Popular de Alberto Núñez Feijóo ha recibido la noticia de la posible compra de la compañía armamentística Escribano por parte de la semipública Indra como un «escándalo». Sobre todo, al tener al frente de ambas empresas a los hermanos que fundaron la primera, por lo que en Génova consideran que el conflicto de intereses es «evidente» y extienden la sombra de la corrupción a esta operación empresarial por su previsible alto coste para las arcas públicas: «Escribano es la guardiana del fondo de pensiones de más de uno», alertan fuentes populares consultadas por THE OBJECTIVE.

El principal partido de la oposición subraya que esta operación no es entre dos compañías privadas que deciden fusionarse por su cuenta y riesgo, ya que Escribano es el segundo mayor accionista de Indra con un 14,3% de su accionariado solo por detrás del Gobierno, que posee un 28% a través de la Sociedad Estatal de Participaciones Industriales (SEPI) y cuyo presidente es Ángel Escribano.

«Indra es semipública, así que de cada euro que salga de esta operación para hacerse con Escribano, 28 céntimos serán del erario público», matizan las citadas fuentes, quienes critican la «ingeniería contable» que llevó a cabo Escribano en sus últimas cuentas conocidas «para enjuagar las millonarias pérdidas» por su política de endeudamiento de los últimos años. «Es una filfa, no vale ni 300 millones, por lo que decir que su valoración es superior a los mil millones es puro teatrillo», señala uno de los responsables de seguridad y defensa en el PP tras las declaraciones de Javier Escribano en El Periódico, en las que negó que su empresa estuviese en venta.

«No me creo que no haya más. Aquí alguien quiere meter la mano en la caja. Escribano, hasta 2018, no tenía ni un euro de contratación pública. Desde entonces, el Gobierno de Sánchez la ha engordado con absolutamente todo tipo de contratos, muchos de ellos adjudicados a dedo», sintetiza otra fuente de Génova, quien augura una eventual luz verde de la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV), ya que tres de sus cinco miembros son de «obediencia estricta» a la Moncloa. Otro escenario bien distinto sería, a juicio de esta persona, que la Comisión Europea tuviera que opinar sobre esta operación empresarial en la que está inmersa una misma familia, pero Bruselas no puede inmiscuirse al estar implicadas dos empresas españolas.

Además, desde Génova se ve contraproducente hacer de Indra el «campeón nacional» del sector de seguridad y defensa «con un engorde de forma artificial», en el que la tecnológica se vuelque en contratos en los que hasta ahora no había competido: «No es lo mismo Usain Bolt que un corredor que pese 250 kilos», avisan.

También se teme que esta operación en la que está inmersa la familia Escribano acabe perjudicando a la larga a otras empresas españolas como Santa Bárbara, GMV u Oesia, por poner tres ejemplos, con la filosofía de los primeros de participar en toda licitación de contrato armamentística, por pequeña que sea. «El Estado ha sido el monopsonio de Indra. Si unes el monopsonio al monopolio, estás alterando la eficiencia del mercado», alertan en el PP.

Fuentes del sector industrial y expertos en M&A indicaron a THE OBJECTIVE que los números reales de la entidad madrileña desaconsejan una venta en estos parámetros. «Es una cifra desorbitada», subraya un directivo experto en fusiones y adquisiciones en España, que además agrega que, si finalmente Indra los paga, estaría abonando un elevado sobrecoste que financieramente no tendría justificación. Y es que lo que se ha publicado es una valoración que tiene que ver con lo que Escribano puede llegar a ser en el medio plazo (de aquí a 2030), pero no por lo que ha sido en los últimos cinco años, donde sus ingresos han estado muy por debajo de los resultados más recientes que sus directivos han difundido al mercado tras la compra de Indra.

Los últimos datos aportados por el propio Javier Escribano en diferentes foros y entrevistas indican que en 2024 -con sus cuentas todavía por publicar- la compañía ingresó 355 millones de euros y registró unos beneficios operativos brutos (Ebitda) de 127 millones, parámetros que podrían acercarse a estos 1.000 millones de valoración, pero que en estos momentos no dejan de ser un resultado excepcional comparado con el histórico de la sociedad.

En este sentido, las cuentas de Escribano Mechanical & Engineering SL indican que cerró 2023 con unos ingresos de 115 millones de euros, un Ebitda de 12,1 millones y unos beneficios operativos netos (Ebit) exactamente iguales. A falta de conocer el detalle de los números de 2024, en el sector sorprende el gran salto que se produjo precisamente en el año en el que la empresa de los hermanos Escribano completó su irrupción en Indra con un 14,5% del capital. De un año a otro, la facturación se triplicó y los resultados de explotación se multiplicaron por diez.

Los Escribano atribuyen este salto a la «buena evolución de la empresa» y a la llegada de nuevos proyectos. Además, cifran su cartera de pedidos en unos 1.200 millones, récord histórico para la compañía. Sin embargo, si se mira el histórico se ve que entre 2020 y 2023 registró una media de ingresos de 91 millones y un Ebitda de 13 millones, lo que baja considerablemente la valoración. El precio de una sociedad suele calcularse por la media de sus números de los últimos cinco años, no de lo que genera en el año en curso, ni menos en el futuro.

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