Preocupación en Sumar porque no logran tener visibilidad en la crisis con Israel
La coalición detecta una pinza entre el PSOE y Podemos que reduce el impacto de las declaraciones de Yolanda Díaz

Antonio Maíllo con Yolanda Díaz.
Sumar intenta sacar cabeza, pero sin éxito. Después de sortear el debate del rearme con la ofensiva de Izquierda Unida sobre la compra de balas de una empresa israelí, la coalición que capitanea Yolanda Díaz no está logrando la visibilidad esperada con la crisis de Gaza. Así lo revelan fuentes internas de la coalición, que admiten que la repercusión mediática (lo que se traduce, según los equipos internos, en obtener «titulares» en prensa) de Sumar, y en concreto de Díaz, está por debajo de las expectativas.
En la coalición admiten que no están «rentabilizando» una crisis que, desde el punto de vista político, debería poner a Sumar y a sus aliados en las primeras páginas de los periódicos, marcando la agenda. Y achacan esta situación a una particular pinza entre PSOE y Podemos que está restando visibilidad a Yolanda Díaz y a sus aliados en una cuestión que consideran fundamental para su electorado.
El PSOE, por un lado, y Podemos, por el otro, estarían frenando la visibilidad de Sumar, admite la coalición de Díaz. Y eso que los socialistas aceptaron a regañadientes una iniciativa legislativa para el embargo de armas a Israel que llevaba la firma conjunta de Podemos y Sumar. Pero los de Díaz creen que el PSOE obtuvo más proyección con la cuestión de Eurovisión que con la tramitación de la ley para fijar el embargo a Israel.
Eurovisión y balas
Mientras a su derecha Sánchez achica el espacio de Díaz abanderando algunas de sus reivindicaciones, como en el caso del televoto de Eurovisión, a la izquierda Podemos amenaza con ganar la lucha por la hegemonía. En las últimas semanas, Sumar logró cierta visibilidad tan solo con la amenaza (que nunca fue real, como publicó este diario) de IU de salir del Gobierno si no se revertía el contrato a una empresa israelí por la adquisición de 15 millones de balas.
El Ejecutivo rectificó rápidamente e IU dio por zanjada la polémica, mientras que Podemos arremetió contra todos: con IU por seguir en el «gobierno de la guerra», y con el PSOE por maquillar con esa operación los millones de euros destinados a otros productos de defensa adquiridos a empresas de Tel Aviv. Todo ello mientras Yolanda Díaz acudía a la alfombra roja del festival de Cannes.
Sumar se encuentra entre dos aguas. Por un lado, sus diputados, como Gerardo Pisarello, acusan a Sánchez de recurrir a «medias verdades» en el asunto del gasto militar a Israel -y se ven presionados por los colectivos propalestinos que atacan al PSOE y acusan a Sánchez de mentir-; por el otro, intentan que la Moncloa no perciba como excesivo el ruido provocado por los miembros de la bancada controlada por Díaz. En esa difícil tesitura se ven obligado a moverse.
Sánchez escorado a la izquierda
Sumar no puede permitirse que Podemos le robe la bandera del pacifismo y la defensa del pueblo palestino. Pero lo cierto es que los morados muestran más contundencia, rapidez y fuerza a la hora de difundir sus mensajes. Ione Belarra, una dirigente que está ganando solvencia en el partido y visibilidad en el Congreso, reparte golpes a los socios de gobierno. Su esperanza es que Podemos dé el sorpasso demoscópico a los de Díaz, y en la formación morada es palpable el optimismo.
Por ejemplo, poco después de que el PSOE aprobara la tramitación de la ley sobre el embargo a Israel, Podemos reprochó al Gobierno estar perdiendo tiempo. Exigió que se aprobara un Real Decreto, y después Sumar pidió la vía rápida para la aprobación de la ley. Cuando IU convenció a Sánchez para que anulara el contrato de las balas israelíes, Podemos habló de una operación de distracción para no rendir cuenta del aumento del gasto militar. Y en el Congreso los morados hicieron suyas las tesis del Centre Dèlas sobre la compra de armas a Israel, buscando la complicidad de una entidad que se consideraba cercana al entorno de Ada Colau.
También con la cuestión de Eurovisión, Podemos fue el primer partido que pidió la exclusión de Israel del certamen musical. Sumar registró a través de una diputada de Más Madrid una petición de información a RTVE para que aclarase si hubo injerencias en el televoto. Solo IU pidió también la exclusión de Israel, pero unas horas después Sánchez hizo suyas estas tesis, quitando todos los focos de sus socios de gobierno.
Gobierno y oposición
La crisis de Gaza es un asunto político central para el electorado de Sumar. Pero en la coalición de Díaz admiten que políticamente no están «rentabilizando» los acontecimientos. Díaz insiste en llamar «genocida» al Estado de Israel, amoldándose a la retórica de Podemos, pero una vez más el hecho de que Sánchez haga lo mismo quita visibilidad a los de Sumar. El vacío mediático cosechado en esos últimos días preocupa a Sumar y genera preguntas entre sus aliados, según admiten fuentes de la coalición a este diario.
Con Díaz centrada en sacar adelante la reforma de la reducción de la jornada laboral, la coalición carece de alguien capaz de hacer oír su voz en un asunto tan simbólico como el de Gaza. Todo ello mientras el PSOE se escora hacia posturas más radicales y Podemos pisa el acelerador hacia posiciones maximalistas que los de Díaz no pueden adoptar, so pena tensar las relaciones en el Ejecutivo.
«Soplar y sorber a la vez es imposible», reconocen internamente para explicar la dificultad de Sumar de compaginar «gobierno y oposición». En un determinado momento de la pasada legislatura, hasta Pablo Iglesias se dio cuenta de ello. Su respuesta fue dejar todos los cargos y emprender una batalla con Isabel Díaz Ayuso en Madrid, que acabó perdiendo. En las conversaciones privadas entre Sánchez y Ábalos, el presidente avisó a su entonces mano derecha: «Nunca es la última [aventura]. Es un gesto muy de sujétame el cubata».