The Objective
Política

Así ha sido la protesta ante Moncloa: «Si no despertamos ya, tendremos una dictadura»

THE OBJECTIVE se adentra en la convocatoria contra Pedro Sánchez a la que ha acudido Santiago Abascal

Todo se comenzó a muñir el miércoles por la noche, tres días después de que comenzaran a salir a la luz unos audios de las cloacas internas del PSOE, en los que aparecen mencionados el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, así como el secretario de Organización socialista, Santos Cerdán, y una fontanera del partido, Leire Díez. Entonces, un mensaje comenzaba a circular en redes sociales y mensajería instantánea: «¿Sánchez de rositas? ¿Santos Cerdán traficando con petróleo y Leire Díez amenazando de muerte? Por España, sin partidos. Pásalo». Una obvia referencia a la concentración masiva ante la sede del PP en 2004.

Esta no fue tan masiva: alrededor de 500 asistentes. Quizá por el enclave, de difícil acceso. Vox acudió a la llamada, así como asociaciones como Revuelta -sus juventudes oficiosas- y Hazte Oír, la entidad que ejerce como acusación popular en varios de los escándalos de corrupción que acechan al Ejecutivo. La portavoz de esta última, Nouna Lozano, avisó de que «Sánchez no se va a ir de rositas»: «La fontanería tiene que ser investigada, y Sánchez debe sentarse ante un juez y explicarlo todo».

La gente tardó en llegar por las complicaciones que existían para aparcar en el parking de la Facultad de Estadística de la Universidad Complutense. Quien estaba ahí desde primera hora era Lucho, un habitual en las concentraciones de Ferraz, que denuncia que «Sánchez es un problema menor, el mayor problema es la pasividad de la gente»: «Una democracia sana no hubiera permitido a este señor llegar hasta este punto. Ahora la gente dice que está harta pero no hace nada. Estoy harto de las quejas, la queja es estéril. Este es un problemón, pero los problemas se solucionan actuando. Si no despertamos, tendremos una dictadura».

La manifestación fue in crescendo, por cuanto fue llegando gente que venía andando desde Argüelles. De unas pocas decenas a las 20 horas se pasó a alrededor de 500 una hora más tarde. Ahí confluyeron gentes de muy diversas ideologías: liberales, conservadores y nacionalistas. Todos ellos, eso sí, expresaron un odio exacerbado hacia cierta prensa, a la que tildaron de «manipuladora», con especial tirria hacia Televisión Española y medios de impronta progresista.

Centenares de manifestantes se congregaron ante el Palacio de la Moncloa como reacción a los audios que demuestran que el PSOE trata de maniobrar contra la UCO.

Un exaltado agarró un micrófono de La Sexta en un homenaje a otro exaltado, Antonio Maestre, que recientemente trató de agredir al reportero Bertrand Ndongo. Fue el propio Ndongo quien, paradójicamente, afeó al manifestante su actitud y pidió contención para que la cosa no fuese a mayores. Por otro lado, Vito Quiles, reportero de EDA TV que sufrió el lanzamiento de micrófono de Maestre, contempló la escena y dijo con una sonrisa pícara: «Cuando a mí me lo hacen lo justifican…».

Quien también justificó e incluso alentó a lanzar el micrófono a los periodistas ahí presentes fue Pablo Lucini, de Democracia Nacional. Ese grupúsculo radical recibió con abucheos al único dirigente político que se dejó ver: Santiago Abascal. El líder de Vox lanzó dardos al PP: «Este Gobierno criminal sólo se sostiene por el pacto entre populares y socialistas en Bruselas que fortalece a Pedro Sánchez». También anunció que no asistirá a la manifestación convocada por Alberto Núñez Feijóo para el próximo 8 de junio, por considerarla un «mitin del Partido Popular».

Andaba también por ahí Juan García-Gallardo, exvicepresidente de Castilla y León, que se cogió un billete de tren ex profeso para la ocasión. Como él, Raúl (conocido como El pirata en Terra Ignota), que pidió «unidad» a la oposición al Gobierno: «Si hay una solución, pasa por la unidad. Feijóo ofrece una moción de censura y Vox está por la labor, y supongo que los socios del Gobierno tienen ahora más difícil sostener a Sánchez. Él no se va a ir solo. Unidad y entendimiento».

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