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Política

Presiones internas obligan a Díaz a criticar los audios del PSOE: «No podemos callar»

Sumar guardó silencio durante dos días, pero ahora Yolanda Díaz habla de «hechos de extrema gravedad»

Presiones internas obligan a Díaz a criticar los audios del PSOE: «No podemos callar»

Yolanda Díaz. | Europa Press

«No podemos callar». Este ha sido el mensaje que los socios de Sumar transmitieron a la vicepresidenta segunda, Yolanda Díaz, a lo largo del pasado miércoles para censurar las «cloacas» activas en el partido socialista. Después de escurrir el bulto varios días y tras una batería de revelaciones que describen un sistema orquestado por el PSOE para buscar información sensible que afecte a la Guardia Civil, a los jueces y a las instituciones que investigan los casos de corrupción de los socialistas, Yolanda Díaz tuvo que explicitar su crítica: «Si son ciertos, los hechos que estamos conociendo son de extrema gravedad», dijo el jueves. Fuentes consultadas en Sumar sostienen que la vicepresidenta hizo esta declaración después de recibir presiones internas.

Los tiempos lo son todo en política, y los acontecimientos de los últimos días revelan las presiones que Díaz ha recibido de parte de sus socios, sobre todo Compromís, Más Madrid e Izquierda Unida, para no permanecer callada ante las presuntas presiones y ofrecimientos para recabar información sensible contra la UCO orquestados por miembros del PSOE. El martes, cuando se conocieron las primeras grabaciones de la socialista Leire Díez Castro, desveladas por El Confidencial y THE OBJECTIVE y que apuntaban a la operación encubierta de esta militante (o fontanera) a través de empresarios involucrados en presuntos casos de corrupción para «acabar» con todos aquellos que estaban investigando casos de corrupción del PSOE, la portavoz de Sumar, Verónica Barbero, dijo que no iba «a realizar valoraciones sobre noticias relativas a grabaciones de conversaciones privadas».

Esa declaración de la portavoz de Sumar puso en alerta al resto de integrantes de la coalición. Ese mismo día, Compromís y los Comunes habían empleado términos más críticos con respecto a los audios de Leire Díez. Pero la posición oficial de Sumar fue, una vez más, la de la «cautela»: prefirió esperar los acontecimientos y evitar declaraciones críticas hacia sus socios de Gobierno. Los miembros más cercanos a Díaz repitieron la consigna empleada con los whatsapps entre Sánchez y Ábalos publicado por El Mundo, también reducidos a simples «conversaciones privadas».

Sesión del miércoles

El miércoles, sin embargo, algo cambió. Los medios de comunicación seguían informando de cómo Leire Díez buscaba a través de todo tipo de interlocutores la vía para desprestigiar a la Guardia Civil, y de paso prometía tratos de favor a empresarios imputados por casos de corrupción u otros delitos a través de la Fiscalía y la Abogacía del Estado. Díaz tuvo que enfrentarse en la sesión de control a las críticas del PP. Los socialistas la dejaron sola, reprocharon en las filas de Sumar, como publicó este diario. Pedro Sánchez había viajado a Bruselas y María Jesús Montero estaba en misión en Polonia, así que Yolanda Díaz tuvo que dar la cara en el Congreso para los trapos sucios del PSOE. «La dejaron a los pies de los caballos», subrayan en Sumar.

A partir de ese momento, Yolanda Díaz y su entorno recibieron presiones directas de sus socios para que interviniera en primera persona con declaraciones contundentes y críticas sobre lo que se iba conociendo de la militante del PSOE. «Esto ya no es un caso de corrupción aislado, que se puede reducir a un abuso de poder por parte de una manzana podrida», explican las fuentes consultadas para referirse a la investigación sobre Ábalos y su mano derecha, Koldo García. «Esto ya es en un caso de cloacas, las cloacas del PSOE, con ataques a las instituciones, es algo muy grave», coincidían los partidos de la coalición, que empezaron a exigir a Díaz hablar con contundencia sobre unos hechos «inaceptables».

Según las fuentes consultadas, sectores de Izquierda Unida capitaneados por el diputado Enrique Santiago ya mostraron su disconformidad con el silencio de Díaz el miércoles. Pero las principales presiones llegaron desde Compromís y Más Madrid, dos partidos que, según fuentes de Sumar, estarían cada día más incómodos en la actual alianza. Aunque Díaz intentara calmar los ánimos y Sumar buscó despistar los focos con una propuesta sobre el bloqueo de todas las relaciones comerciales con Israel, los partidos que conforman Sumar dejaron claro que no era suficiente.

«Asunto más grave»

Las fuentes consultadas sostienen que prácticamente todos los grupos exigieron a Díaz mover ficha. Los catalanes de los Comunes fueron tal vez los menos contundentes en ese punto, aunque también el diputado Gerardo Pisarello pidió que se investigara lo ocurrido. La lógica del razonamiento de los socios de Díaz se adscribía a la fórmula: «No podemos callar». «Este asunto es mucho más grave que el de Ábalos y Koldo», confirman fuentes de Sumar consultadas por este periódico el jueves, después de que Díaz afirmara que «es absolutamente incompatible con una democracia robusta los hechos que estamos viendo», y pidiera «respeto a las instituciones y al trabajo que se realiza desde la UCO».

Las fuentes consultadas se refieren al hecho de que las demás investigaciones apuntan a casos de corrupción «aislados», es decir, vinculados al exministro de Transportes y su círculo de confianza. Pero ahora las grabaciones describen una operación llevada a cabo por una afiliada del PSOE, que, bajo las órdenes de Santos Cerdán, actual secretario de Organización, y en contacto con Pedro Sánchez, pudo maniobrar para buscar pruebas útiles para «acabar con la Guardia Civil», lo que obliga a los socios de coalición a manifestar su rechazo.

PSOE, no Gobierno

La oposición califica el método empleado por Leire Díez de «mafioso», y señala directamente al PSOE. Alberto Núñez Feijóo ha convocado para el próximo 8 de junio una manifestación bajo el lema: «Mafia o democracia». Los socialistas niegan haber organizado esta operación encubierta de presunta guerra sucia contra fiscales y fuerzas y cuerpos de seguridad y han abierto un expediente de información a su militante. «Esto es nada», objetan en Sumar.

«Yolanda no podía permanecer callada», insisten desde Sumar, donde, por otro lado, siguen desligando la permanencia del grupo en el Gobierno, puesto que, en su opinión, lo que tiene que ver con los audios de las «cloacas del PSOE» es una «cuestión de partido político, no de Gobierno». Es decir, que Sumar está dispuesta a exigir responsabilidades a su socio de Gobierno sobre este asunto, pero no a poner en entredicho la legislatura. Sobre este punto no hay dudas: el Gobierno es «estable» y, por muy grave que sea la actitud de la afiliada del PSOE, esta polémica tiene que reducirse al PSOE y no al Ejecutivo.

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