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Política

Preocupación en Exteriores tras el envío de sobres con heces a la embajada en Washington

Los paquetes son anónimos y han llegado a la legación diplomática española tras la reunión de Albares con Rubio

Preocupación en Exteriores tras el envío de sobres con heces a la embajada en Washington

José Manuel Albares y Marco Rubio tras su entrevista en Washington el pasado 22 de mayo. | Mehmet Eser (EP)

La embajada española en Washington ha recibido en los últimos días varios paquetes de pequeño tamaño en cuyo interior había excrementos. Un hecho que ha obligado a aumentar las medidas de seguridad en torno a la legación y otras oficinas que tiene España en la capital de Estados Unidos, según desvelan fuentes diplomáticas a THE OBJECTIVE.

La recepción de estos sobres con heces ha generado preocupación tanto al equipo que dirige la embajadora, Ángeles Moreno, como al propio Ministerio de Asuntos Exteriores, ya que es inusual este tipo de envíos, sobre todo en Estados Unidos, donde el uso de escáneres para detectar paquetes sospechosos es extremo, en especial en ciudades como Washington y Nueva York. Este diario preguntó a la Oficina de Información Diplomática (OID) y a un portavoz de la embajada en EEUU cuándo empezaron a llegar los sobres, si había alguna reivindicación o amenaza en su interior, si se había reforzado la seguridad en la sede diplomática y si se había informado de ello a las autoridades estadounidenses, pero no obtuvo ninguna respuesta.

Los paquetes son anónimos, a tenor de las citadas fuentes, si bien no han podido determinar si contienen mensajes con reivindicaciones de tipo político o soflamas contra España. Eso sí, la recepción de los mismos ha tenido lugar tras la visita del ministro, José Manuel Albares, a su homólogo estadounidense, Marco Rubio, en la sede del Departamento de Estado.

Unas horas antes del primer encuentro entre Albares y Rubio se produjo el asesinato de dos miembros de la embajada israelí en Washington junto al Museo Judío. Un acto terrorista en el que el detenido lanzó consignas a favor de Palestina. El hecho de que España esté defendiendo la causa del reconocimiento internacional de Palestina ha llevado a las fuentes diplomáticas a sugerir que el responsable de los envíos pudiera haberse fijado en España por ello.

Precisamente, el último antecedente conocido del envío de un paquete sospechoso a una embajada española en el exterior se produjo en 2010 y ocurrió en la de Tel Aviv. Aquel sobre contenía un polvo sospechoso, aunque de apariencia inocua. Las legaciones de Estados Unidos y Suecia en la capital israelí también recibieron sobres similares, que contenían cartas anti-israelíes, escritas en un tono pro-nazi, junto al citado polvo blanco, según detalló la prensa israelí.

En España, el último precedente relevante fue a finales de 2022 con el envío de seis paquetes explosivos remitidos a embajadas, instituciones y personalidades públicas. Los sobres fueron enviados al presidente del Gobierno, Pedro Sánchez; a la ministra de Defensa, Margarita Robles; a la empresa Instalaza en Zaragoza, a las embajadas de Estados Unidos y Ucrania en Madrid; y al centro de satélites de la base aérea de Torrejón de Ardoz (Madrid).

La Audiencia Nacional condenó el año pasado a 18 años de cárcel al jubilado burgalés Pompeyo Fernández, acusado de enviar estos seis sobres con artefactos explosivos en protesta por el apoyo de España a Ucrania frente a la invasión rusa. Los magistrados le impusieron diez años de prisión por un delito terrorismo y ocho por delito de fabricación, tenencia, colocación y empleo de aparatos explosivos, inflamables o incendiarios con finalidad terrorista.

Los jueces estimaron que el acusado actuó con «el propósito de causar una gran conmoción en la sociedad española que ejerciese presión para que los gobiernos de España y de los Estados Unidos de América y otras entidades radicadas en territorio español dejasen de prestar apoyo a Ucrania en la guerra sostenida por este Estado contra Rusia». Todos los artefactos explosivos fueron desactivados o detonados de manera controlada una vez detectados por los servicios de seguridad, salvo el destinado a la Embajada de Ucrania, que fue abierto por un empleado que resultó herido en el brazo al estallar el dispositivo.

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