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Albares pone fin a la agonía del embajador cesado por dormirse en un discurso suyo

El plácet de las autoridades belgas llegó a finales de marzo, pero el ministro prolongó su estancia más de dos meses

Albares pone fin a la agonía del embajador cesado por dormirse en un discurso suyo

Alberto Antón, cesado este miércoles como embajador en Bélgica. | Foto: MAEC

El Boletín Oficial del Estado (BOE) publica este miércoles el cese del embajador español en Bélgica, Alberto Antón, pasados más de tres meses de la decisión del ministro de Asuntos Exteriores, José Manuel Albares, de destituirle por quedarse dormido durante un discurso suyo en la pasada IX Conferencia de Embajadores celebrada a principios de enero en Madrid.

Con ello, se pone fin a una agonía que ha incomodado tanto a Antón como a buena parte de los diplomáticos del ministerio pues Albares tenía el plácet concedido de las autoridades belgas a finales de marzo y decidió prolongar su estancia en la capital belga más de dos meses, un hecho completamente inusual ya que el ministro de turno suele llevar al Consejo de Ministros un nombramiento en cuanto llega la luz verde del país en el que se quiere cambiar a un embajador.

Antón tramitó a Madrid la autorización belga en los últimos días de marzo, por lo que ha estado más de dos meses en la incómoda situación de seguir al frente de la legación cuando Bruselas ya ha reconocido a su sucesor, José María Rodríguez Coso. En los usos diplomáticos, el cese del embajador se tenía que haber producido en el lapso de una o dos semanas tras el plácet belga, subrayan fuentes del departamento de Albares a THE OBJECTIVE.

El ministro se encontró muy presionado desde finales de enero cuando este diario dio la exclusiva de la fulminante destitución de Antón por quedarse dormido en una conferencia suya a los embajadores acreditados en el exterior. Una decisión que fue calificada de «torpe, ridícula y mezquina» por el propio afectado unos días después en una carta abierta dirigida a la Carrera Diplomática.

En la dura misiva al ministro, a la que ha tenido acceso THE OBJECTIVE, el diplomático acusa a Albares de «sembrar lainseguridad y el miedo» entre sus compañeros del ministerio con una destitución que le «incomoda y consterna, no ya porque veo en ella, en lo que a mí respecta, un intento de ensuciar y poner en entredicho mi reputación profesional».

Antón subrayó entonces a Albares que en el momento de su discurso en la sede de Exteriores se encontraba «enfermo con gripe y bajo los efectos de antihistamínicos». Pese a ello, hizo el esfuerzo de estar presente en el acto porque «merecía la pena el esfuerzo por encontrarme con los compañeros que defendemos cada día los intereses y la buena imagen de España» por todo el mundo. «Al finalizar tu intervención, pude visualizar un vídeo en el que se veía a varios compañeros, entre los que me encontraba yo, echando un ‘sueñecito’. Me llamó la atención que se señalara a algunos de los ‘durmientes’ con unas llamativas flechas rojas. Desconozco quién grabó el vídeo, quién lo editó con flechas y quién lo distribuyó, pero habrá ocasión de saberlo», aseguró en referencia al tuit que subió este periódico poco después de las palabras del ministro.

«En aquellos momentos el vídeo fue simplemente una anécdota que comentamos entre compañeros en clave de humor. No le concedí al tema mayor importancia», rememoró el embajador, «pero tampoco descarté que, en el contexto actual del Ministerio que tú diriges, si se quería, se podía encontrar en el vídeo ‘munición’ para tratar de descalificar, amedrentar y eventualmente destituir a alguien llegado el momento oportuno», como fue su caso.

Antón recibió el 29 de enero la llamada del subsecretario del ministerio, Xavier Martí, para informarle de que Albares había decidido que cesara al frente de la embajada en Bruselas y que debía presentar la solicitud de plácet para su sucesor. En esa comunicación telefónica, el subsecretario le precisó que su destitución «no se debía a mi desempeño profesional». Es decir, que no estaba motivada por algún error cometido durante su trabajo al frente de la jefatura de misión en Bélgica.

«La llamada del Subsecretario hizo que me interesara por los rumores que corrían por los pasillos, los cuales, en general, suelen ser acertados. Cuando escribo esta carta, se han confirmado los rumores, la situación queda aclarada y es del dominio público. Ciñéndome a lo que me atañe directamente, el asunto afecta a un triángulo de Embajadas (Lituania, Luxemburgo y Bélgica) siendo yo, sin haber cumplido en el puesto el tiempo mínimo habitual (entre tres y cuatro años), el único que salgo perjudicado por tus calculados ajustes», le reprochó al ministro.

Entretanto, «se disparan» las interpretaciones de lo sucedido, subrayó Antón, quedando «bien explicada» la operación de cambios en las embajadas. Hay que recordar que el ministro destituyó unos días antes al que fuera su secretario de Estado para la Unión Europea y por aquel entonces embajador en Croacia, Juan González-Barbasin que hubiera cumplido tres años de destino en Zagreb tras escribir un artículo de opinión el pasado 5 de enero en El Confidencial sobre la proyección exterior de la Monarquía parlamentaria y el papel del Rey en las relaciones internacionales. A ellos dos se sumó un tercer caído en desgracia, el embajador en Corea del Sur, Guillermo Kirkpatrick, unas semanas después de que este último se reuniese con la presidenta madrileña, Isabel Díaz Ayuso, sin pedir autorización a sus superiores del ministerio.

«Simultáneamente se difunde ampliamente en los medios de comunicación la idea de que he sido cesado por dormirme en el acto solemne de tu discurso. He de confesar, Ministro, que esta maniobra, aparte de torpe, ridícula y mezquina, como se ha reconocido ya públicamente, me incomoda y consterna, no ya porque veo en ella, en lo que a mí respecta, un intento de ensuciar y poner en entredicho mi reputación profesional, labrada a lo largo de cuarenta años de carrera como servidor público, sino sobre todo, porque pone de manifiesto una falta de criterio».

Acusó a Albares de «arbitrariedad»

En concreto, el diplomático acusó a Albares de confundir «un principio que asumimos todos los compañeros disciplinadamente, como es el de la discrecionalidad, con la arbitrariedad». En su opinión, ello conlleva sembrar «la inseguridad y el miedo» entre los que tenemos la responsabilidad de defender los intereses de España en el exterior. «Me preocupa especialmente esta situación cuando pienso en nuestros compañeros más jóvenes, recién ingresados en la Carrera, cuya ilusión y ganas de servir al Estado pude comprobar en mi anterior puesto de embajador director de la Escuela Diplomática», añadió el autor de la misiva.

Antón comunicó al ministro que acataba, «como no podría ser de otro modo», la decisión de su «inesperado» cese, pero añadió a renglón seguido que sentía que implicaba «desaprovechar un capital de contactos, en los diferentes sectores de la vida política, cultural y económica de este país, que he ido acumulando desde mi incorporación» en septiembre de 2022.

«Dichos contactos habrían resultado de gran utilidad para reforzar nuestras relaciones con Bélgica precisamente en un año en el que tendrá lugar un acontecimiento tan importante como el festival Europalia 2025, en el que España es el país invitado y que será inaugurado por SSMM los Reyes en octubre», le recordó. El propio Albares se adelantó el pasado 22 de mayo con un acto junto con su homólogo belga, Maxime Prévot, en el que se presentó la 30ª edición de este festival internacional de artes que tendrá a Francisco de Goya como figura central. Antón apareció en la foto de familia del acto junto al jefe de la diplomacia.

El embajador Alberto Antón (cuarto por la izq.) en su último acto en Bruselas con José Manuel Albares.

El embajador hizo hincapié en su misiva en que habría deseado contribuir con su trabajo al «éxito» de la visita de Felipe VI y Letizia, «a los que profeso un enorme respeto y admiración siendo nuestro Jefe del Estado el mejor representante de España en el exterior».

«A partir de la publicación de mi cese en el BOE», que se ha producido este miércoles, «inicio los preparativos de mi salida del puesto, que espero poder realizar en los plazos reglamentarios. Volveré a los servicios centrales para seguir sirviendo a España, como vengo haciendo desde mi ingreso en la Carrera diplomática», concluyó Antón.

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