El Congreso cita al 'número dos' del CNI para saber si conoció al imán de Ripoll antes del 17-A
Luis García Terán se enfrentará el 10 de junio a las preguntas de los grupos en la comisión de investigación

Luis García Terán, secretario general del CNI. | Foto: CNI
El Congreso ha citado al secretario general del Centro Nacional de Inteligencia (CNI), Luis García Terán, para que comparezca el próximo 10 de junio en la comisión de investigación que analiza los atentados yihadistas que tuvieron lugar en Cataluña en agosto de 2017 y aclare si conoció el papel del imán de Ripoll, Abdelbaki Es Satty, antes de los ataques terroristas del 17-A, según desvelan fuentes parlamentarias a THE OBJECTIVE.
Junts incluyó en mayo al número dos de los servicios secretos en su última lista de comparecientes. Todo ello en medio de la investigación interna del CNI para determinar si se produjo un soplo con información sensible a varios medios de comunicación tras la publicación en Abc y El Mundo de varias noticias comprometedoras para la sede central de los espías.
Las informaciones en el radar del CNI son el supuesto pago al imán de Ripoll de 500 euros mensuales en calidad de confidente hasta los atentados terroristas de Barcelona y Cambrils en 2017, así como una progresiva retirada de agentes en Marruecos que habría llevado a que las labores de inteligencia y contrainteligencia en el reino alauí hayan quedado paralizadas desde hace al menos tres años.
Ambas informaciones fueron desmentidas por el CNI, pero contienen detalles precisos que apuntan a una fuga de información desde dentro de los servicios secretos o de alguien que ha estado hasta hace poco en labores de inteligencia. Sobre todo, en lo que se refiere al lugarteniente de la directora de los servicios secretos, Esperanza Casteleiro, pues se desconocía su trabajo en aquellos años.
En las noticias de Abc sobre el imán de Ripoll aparecieron datos desconocidos del pasado en los servicios secretos de García Terán. En concreto, el hecho de que fuera el jefe del área de Contraterrorismo en los años en los que agentes del CNI se reunieron con Abdelbaki Es Satty en prisión y que tanto el oficial de relación que le visitaba en la cárcel de Castellón como el jefe de la oficina del CNI en Gerona, dependían orgánicamente de él. El hecho de que el nombre de García Terán apareciese en esas informaciones dio pie a que Junts pidiese su comparecencia en la comisión de investigación del Congreso de los Diputados que indaga aquellos hechos.
Además, también dejaron en mal lugar al exdirector de los servicios secretos Félix Sanz Roldán, que aseguró en sede parlamentaria que Es Satty «nunca» había sido «colaborador ni informador» de los servicios de inteligencia. El que fuera jefe del Estado Mayor de la Defensa subrayó en su última comparecencia en la Cámara Baja que los contactos entre el CNI y el imán se limitaron al tiempo que el religioso estuvo en una cárcel de Castellón y que tenían como objetivo realizar labores de control sobre el yihadismo.
García Terán pasó de dirigir al área de Contraterrorismo a encargarse del departamento de Inteligencia dentro del CNI en 2019, por lo que fue el número tres de los servicios secretos en los últimos años hasta que Casteleiro le aupó al puesto de secretario general o número dos a finales del año pasado. Aquel movimiento de piezas llevó a L.R. a encargarse de Inteligencia, pero renunció a mediados de marzo después de solo un mes y medio en dicho puesto, según desveló THE OBJECTIVE.
Desde dentro del CNI se desligó por completo la dimisión de L.R. de estas informaciones, al ser su marcha anterior a la publicación de las mismas. El alto cargo era un veterano espía que había desempeñado toda su carrera dentro de los servicios secretos en el extranjero. Nunca había estado destinado en Madrid, así que para este teniente coronel fue una sorpresa la llamada en la que le propusieron su incorporación a la sede central como jefe de Inteligencia.
Sin embargo, las exigencias del cargo, con unas dinámicas de trabajo completamente diferentes a las que tiene un agente en un país tercero, le llevaron a tomar la decisión de presentar la dimisión a sus inmediatos superiores por motivos personales al poco de cumplir un mes en dicho puesto. Casteleiro ya eligió a un nuevo jefe de Inteligencia, quien fue presentado a mediados de abril al rey Felipe VI durante la visita del monarca a la sede central de los servicios secretos junto a la ministra de Defensa, Margarita Robles.
Roces en la cúpula del CNI
En el CNI, los cambios en la cúpula provocan roces en ocasiones entre las diferentes facciones que existen entre sus 3.000 miembros. En el pasado, por ejemplo, ha habido tensión interna por la reelección de un director –el caso de Alberto Saiz es el más conocido–, o entre militares y civiles que se han visto desplazados de la alta dirección de los servicios secretos. También se han conocido casos puntuales de malestar con la dirección política del Ministerio de Defensa, como ocurrió en diciembre con la salida del último secretario general, Arturo Relanzón.
El contenido del real decreto firmado por Robles sugería que su relevo se debía a su pase a retiro como militar. Sin embargo, el número dos de los servicios secretos no fue relevado por su condición militar –era coronel del Ejército de Tierra–, sino por la jubilación forzosa por edad que establece el estatuto del CNI cuando uno de sus miembros llega a los 65 años, tal y como reveló este periódico.