Un sector de Sumar propone incluir a Podemos en el Gobierno para intentar atajar la crisis
Un grupo formado entre otros por afines a Alberto Garzón plantea meter a nuevos partidos en el Consejo de Ministros

Yolanda Díaz interviene después de conocerse el informe de la UCO sobre Santos Cerdán. | Europa Press
Un sector de Sumar, sustancialmente adscrito a Izquierda Unida, plantea una vuelta de Podemos al Consejo de Ministros para intentar cerrar la crisis que se ha abierto tras conocerse los audios de Koldo García y el informe de la UCO sobre Santos Cerdán. Sumar observa con asombro la cantidad de material grabado que apunta a varios casos de corrupción que afectarían a altos cargos del PSOE y exdirigentes del Gobierno. En algunos ámbitos de la coalición de Yolanda Díaz ya califican a Koldo García de «nuestro Villarejo», e intentan evitar que la crisis se expanda al Gobierno y que, sobre todo, se celebren elecciones anticipadas. Piden a Pedro Sánchez dar pasos contundentes, y un sector de la coalición de Díaz cree que sería oportuno ofrecer encargos ministeriales a Podemos. Los morados, sin embargo, arremeten contra Sánchez, a quien ya califican de «no legítimo» para el cargo de presidente.
El entorno de Yolanda Díaz estaba molesto el pasado fin de semana por el «silencio» de la Moncloa. Los intermediarios de Díaz y la propia vicepresidenta reprochaban a los socialistas no informarles de los pasos para intentar zanjar la crisis. Sumar interpreta que su papel tiene que ser el de garantizar la viabilidad del Ejecutivo, porque, según dicen, en este momento no se entendería su salida del Gobierno y el fin de la legislatura. Para los partidarios de Díaz, no obstante, es esencial que Sánchez haga anuncios «de calado» que permitan, parafraseando a la vicepresidenta, dar la sensación de un «reset» en el Ejecutivo. Y, de paso, resolver el problema de «confianza» entre el área socialista y la de Sumar, según afirmó el ministro Ernest Urtasun.
Todos los socios de Díaz, al menos de momento, comparten la línea estratégica de no salir del Gobierno ni manifestar oficialmente una ruptura. Ni siquiera Compromís, que en los últimos meses ha ejercido de fuerza más critica dentro de Sumar, plantea en serio un enfrentamiento con Sánchez. Y no es que en Compromís u otros partidos de Sumar vean el adelanto electoral como un mal absoluto, sino que entienden que «en este momento» (y así lo repiten varias fuentes de Sumar) romper con Sánchez acabaría por convertirles en corresponsables de los errores que creen que son exclusivos del PSOE. Prefieren seguir en el Gobierno, pero defienden su papel de «izquierda limpia».
Agenda social
Pero Sumar exige a Sánchez mover ficha. La primera petición de los de Díaz tiene que ver con la «agenda social». Se trata de avanzar en asuntos de políticas públicas, como la reducción de la jornada laboral, que Díaz quiere aprobar en el Congreso para poder justificar su permanencia en el Ejecutivo. Así, razonan en Sumar, se puede aprovechar la situación de debilidad de los socialistas para forzarles a aprobar las medidas sociales que tienen en su agenda. Otro aspecto es la creación de mecanismos de transparencia y lucha contra la corrupción que den la sensación de que el Gobierno se toma la crisis en serio y que ha aprendido de sus errores, pero sin rendirse ante la avanzada de la derecha.

Sin embargo, un sector de Sumar cree que esto en insuficiente. Y que se necesitan cambios en el organigrama del Gobierno, con la inclusión de incluso otros partidos, entre ellos Podemos. Esta remodelación tendría que ver no solo con nuevos nombres en los ministerios, sino también con una ampliación de las fuerzas representadas en el Consejo de Ministros, y las fuentes consultadas mencionan a este respecto concretamente a Podemos. La inclusión del partido morado en el Consejo de Ministros podría servir para dar un giro a la legislatura y resolver uno de los problemas del actual Gobierno, que es su fragilidad parlamentaria. Con Podemos dentro del Ejecutivo, solo quedaría por resolver el apoyo de Junts per Catalunya para llegar hasta el final de la legislatura.
Las fuentes consultadas sostienen que uno de los partidarios de esta estrategia es el exministro de Consumo y ex líder confederal de Izquierda Unida, Alberto Garzón. Pero que también otros miembros del partido que ahora lidera Antonio Maíllo se muestran favorables a ese planteamiento. Otro asunto es que Yolanda Díaz también lo entienda necesario para garantizar más estabilidad a la legislatura; que Sánchez esté dispuesto a valorar una crisis de Gobierno y que, sobre todo, Podemos esté interesado en esa dinámica.
Crisis de Gobierno
Desde que ha estallado el informe de la UCO sobre Santos Cerdán, Podemos ha calificado el escándalo de «caso PSOE» (pero todavía no «caso Sánchez»). Los morados hablan de una corrupción estructural y vuelven a arremeter contra el «bipartidismo». El lunes, Podemos ha rechazado acudir a la Moncloa para reunirse con Pedro Sánchez, porque considera que es una operación que califican de «lavado de cara» de «un partido corrupto». Y reprochan al presidente intentar sobrevivir al grito de «Fascismo o PSOE».
Según Podemos, Sánchez no estaría en este momento «legitimado» para liderar el Gobierno. «Lo que está absolutamente claro es que Pedro Sánchez no está legitimado en estos momentos para liderar un Gobierno progresista en nuestro país», afirmaron el lunes los miembros de la dirección del partido de Ione Belarra. Al mismo tiempo, apelaron a la construcción de una «alternativa» que permita «armar un bloque de izquierdas, que apuesta por regeneración democrática, libre de corrupción y que apueste por la paz y más derechos», afirmó el portavoz nacional Pablo Fernández.
Pero Podemos no pide explícitamente un adelanto electoral -aunque pueda llegar a desearlo- ni que Sánchez registre una moción de confianza. Los morados, en definitiva, venden caro el precio de su apoyo al Gobierno en la actual coyuntura, con exigencias como fijar topes en los alquileres, romper relaciones diplomáticas con Israel, rechazar el incremento del gasto militar e impedir a las empresas beneficiadas por la trama a que puedan participar a otras adjudicaciones públicas. «No es suficiente decirse de izquierdas, hay que hacer cosas de izquierdas», es el razonamiento de los morados. Pero fuentes internas de este partido también afirman que no se han roto todos los puentes. «Una cosa es no acudir a la Moncloa, otra no contestar a los teléfonos si alguien del Gobierno llama», deja entender la formación de Iglesias e Irene Montero.