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Política

Las prostitutas piden no «blanquear» al PSOE apoyando su ley abolicionista en el Congreso

Las feministas socialistas solicitan volver a impulsar la prohibición de la prostitución y expulsar a los puteros del partido

Las prostitutas piden no «blanquear» al PSOE apoyando su ley abolicionista en el Congreso

Primera reunión de la nueva Ejecutiva del PSOE tras el 41º Congreso Federal. | Europa Press

El debate sobre la abolición de la prostitución se reabre. Las feministas del PSOE están presionando para recuperar la ley abolicionista en el Congreso como respuesta a las grabaciones en las que el exministro de Transportes José Luis Ábalos y su exasesor Koldo García hablaban de prostitutas en términos muy despectivos. Esto ha indignado al sector de la prostitución, que considera que los socialistas van a intentar «blanquear su hipocresía» recuperando esta norma tras varios intentos infructuosos de aprobarla en la Cámara Baja.

Las feministas socialistas se han escandalizado con los audios, tildados de «asquerosos, vomitivos y repugnantes» por la secretaria de Igualdad del PSOE, Pilar Bernabé. Carmen Calvo los ha calificado como «deleznables» y ha aprovechado para pedir que se reabra en el Parlamento el debate para abolir la prostitución.

«Nosotras no vemos los audios (las frases empleadas) repulsivos ni machistas. Lo repulsivo es la hipocresía infinita y la impotencia de ver como se dilapida un dinero corrupto y robado a la población», responden las prostitutas aglutinadas en la plataforma Stop Abolición, que abundan: «Si ellos pagan por un servicio de acompañamiento que elijan o compartan sus preferencias no tiene nada de inmoral. Lo inmoral es robar, engañar y querer prohibir y castigar en el populacho lo que ellos disfrutan sin pudor desde una situación de privilegio y poder».

El sindicato OTRAS (acrónimo de Organización de TRAbajadoras Sexuales) denuncia que «el PSOE no tiene credibilidad ni autoridad para legislar sobre trabajo sexual, porque una y otra vez ha demostrado que sus intereses para con nosotras no tienen que ver con preocupaciones sobre nuestras condiciones laborales, vitales o sanitarias, sino con intereses de otra índole». «Tal y como dice la proclama que las trabajadoras sexuales solemos corear en las manifestaciones por nuestros derechos: Folláis con nosotras, votáis contra nosotras». 

En este sentido, el sindicato solicita «derechos, no rescate»: «Necesitamos una regulación laboral, no migajas asistencialistas. Necesitamos ser tratadas como las personas adultas con plena capacidad de decisiones que somos, no como mujeres tuteladas e infantilizadas. Trabajo sexual es trabajo, y por tanto, somos trabajadoras». «Pedimos a todos los partidos políticos que dejen de hacer seguidismo político al PSOE en sus intentos blanquear su hipocresía mediante una ley abolicionista y que se pongan de acuerdo para aprobar una ley de regulación del trabajo sexual».

Expulsar a los puteros

Las feministas también están usando el momentum político para pedir la expulsión de los militantes que «se sirvan de los servicios sexuales bajo pago, especialmente si ocupan algún cargo orgánico o institucional». A esto ha apremiado la histórica Ángeles Álvarez, que ha instado a «modificar los estatutos» porque «ser putero debe ser incompatible con la militancia en un partido político».

Pero las prostitutas no lo comparten, y critican que las feministas del PSOE arremetan «con tal virulencia contra el trabajo sexual desde una convicción que no acepta matices ni escucha, llamando violadores a todo aquel que entra en su ridículo esquema de buenos y malo». En este sentido, Stop Abolición recalca que lo grave es que los casos se produzcan en «circunstancias totalmente delictivas y corruptas».

Por último, las prostitutas piden conocer «los detalles de financiación de las primarias de Pedro Sánchez», por cuanto «parece más que posible que aceptara sin rechistar dinero de los clubs Gómez Serrano para su toma del poder en el PSOE para luego subirse al carro punitivista de Francia y Suecia sin pudor o aprovechar el aparente impulso de un movimiento feminista reaccionario». «Atacar a las mujeres del trabajo sexual expulsándolas de sus espacios o criminalizando a sus webs y clientes no tiene nada de feminista. Son movimientos de odio de unas mujeres contra otras mujeres. Algunas veces desde la irracionalidad y otras desde la ignorancia, pero nunca se silencia a quien se pretende proteger. Eso nunca ha sido feminismo».

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