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Política

Los socios apuestan por elecciones tras el verano por el colapso interno del 'sanchismo'

Sumar y nacionalistas esperan más datos y creen que la financiación irregular del PSOE sentenciará al presidente

Los socios apuestan por elecciones tras el verano por el colapso interno del ‘sanchismo’

Pedro Sánchez en el Congreso. | Europa Press

«Esto no aguanta». Sumar, PNV, ERC, Junts… el grueso de los partidos que se consideran socios del Gobierno empiezan a calentar los motores electorales. Algunos coinciden en calificar al presidente de «tocado» (según la fórmula que acuñó Gabriel Rufián) por los escándalos de corrupción, y todos esperan más audios y datos comprometedores para el Ejecutivo a corto plazo. Por ello, entre los socios se ha instalado la sensación de que pronto se celebrarán elecciones generales. Las fuentes consultadas vaticinan que se celebrarán después del verano. Pero detallan que la convocatoria no se deberá a los socios, sino al colapso interno del sistema de poder construido por Pedro Sánchez a lo largo de estos años.

Los socios de Sánchez esperan. Ganan tiempo y no quieren dar pasos en falso. Pero coinciden en que si la crisis que se abrió con el informe de la UCO sobre Santos Cerdán (después de las informaciones sobre José Luis Ábalos) desemboca en la financiación irregular del PSOE, se superará una línea roja. Esto, o que salgan audios y mensajes comprometedores de Pedro Sánchez o figuras destacadas del Gobierno, como María Jesús Montero, o la mujer del presidente.

Nadie sabe hasta dónde puede llegar el escándalo. Pero se ha instalado la idea de que la espiral no acaba en los tres dirigentes socialistas investigados, y que llegan tiempos convulsos. En definitiva, que el temporal será imposible de capear. La incertidumbre se traduce en crisis gubernamental y, sobre todo, va creciendo la idea de que esta vez Sánchez no podrá superar el escollo. Es un dato clave, porque está en juego la infalibilidad del presidente, un elemento que los socios siempre han valorado para garantizarle su apoyo.

Poco tiempo

A medida que emergen la soledad y la debilidad de Sánchez, cada socio saca sus conclusiones. Junts per Catalunya, por ejemplo, se cierra en sus despachos parlamentarios para, con bolígrafo y papel, redactar el listado de exigencias a un presidente debilitado. El portavoz de ERC, Gabriel Rufián, lanzó un mensaje en ese sentido el pasado miércoles: «No sé cuánto tiempo queda (a la legislatura). Creo que nadie lo sabe más allá de quién lo está publicando, pero creo que tenemos que aprovechar el tiempo». Bildu está instalado en la misma posición, aunque cierra filas con Sánchez porque los abertzales entienden que la «gravedad de la situación» permitirá abordar «medidas contundentes».

Sumar, en cambio, apuesta por la teatralidad y los gestos. El miércoles Yolanda Díaz no acudió al Congreso de los diputados como protesta por el sustancial ninguneo de Sánchez hacia ella (y lo que ocurrió en la reunión de la Moncloa del lunes, como desveló este diario).

Los líderes destacados de la formación, aquellos que actúan en el Congreso como parte del núcleo duro de Díaz, sostienen ante los suyos que no están preocupados. Afirman que no dejarán el Gobierno, porque se entendería que son los «culpables» del fracaso de la legislatura, cuando quieren que sea el PSOE el que resulte escaldado por los escándalos. Y niegan que haya debate interno sobre ello, aunque otros cuadros y afines empiezan a mirar con asombro a sus dirigentes nacionales. 

Compromís, por ejemplo, está debatiendo si salir o no del grupo parlamentario de Sumar, y al mismo tiempo pide a Sánchez convocar una cuestión de confianza. Y podría no ser la única facción que debata sobre la permanencia en Sumar. Los catalanes amagan con una salida del Ejecutivo -postura que el sector de Díaz tacha de «folclore»– e Izquierda Unida espera a la cumbre de la OTAN del 24 de junio para lanzar su ofensiva.

Adelanto electoral

Muchos de esos sectores que participan en Sumar creen que ante una posible escalada de las informaciones comprometedoras con el Ejecutivo, es probable que Sánchez no aguante y que tenga que convocar un adelanto electoral. No excluyen dimisiones.

Según las fuentes de Sumar consultadas, los mensajes que reciben del área socialista son de pesimismo y rendición, incluso entre personas activas en la Moncloa pertenecientes al núcleo duro del presidente. Por eso Sumar se prepara para unas elecciones a finales del verano o comienzos de otoño, a pesar de que Sánchez insiste en que agotará la legislatura hasta 2027. Pero los socios niegan que ellos dinamiten la legislatura y dicen que será el entorno y los grupos de presión que rodean a Sánchez los que le forzarán a salir del Gobierno para «salvar el PSOE».

La idea de Sumar se puede resumir en esperar a que Sánchez «se cueza en su salsa» y acabe dimitiendo por presiones internas. De esta forma, como publicó este diario, los más optimistas en el bando de Díaz creen que Sumar pueda incluso recuperar fuelle demoscópico gracias a su proyección como «izquierda limpia».

Esta es la previsión que hacen en Sumar, donde sustancialmente han decidido esperar a los acontecimientos, con la convicción de que si las informaciones polémicas suben de tono, será el propio presidente socialista el que se verá obligado a tirar la toalla. Podemos, en cambio, es el único que ha decidido lanzarse ya contra el Gobierno. Habla de «caso PSOE» y avisa a Sánchez de que podría no apoyarle en una moción de confianza. Pero los morados también evitan pedir elecciones. Su estrategia pasa por esperar, convencidos de que cuanto más tiempo dure la «agonía» de Sánchez, mejor será para su remontada en el espacio de la izquierda.

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