El 'show' de Sánchez en la OTAN amenaza con dinamitar el plan europeo para los aranceles
El acuerdo de rearme respondería a un «teatrillo» europeo para poner fin a la guerra arancelaria con EEUU

Pedro Sánchez en la cumbre de la OTAN.
El espectáculo que dio Pedro Sánchez en la cumbre de la OTAN del pasado miércoles, cuando pasó por encima del hecho de haber firmado el documento que compromete a los Estados de la Alianza Atlántica a aumentar el gasto militar hasta el 5% del PIB, tiene una derivada en la estrategia europea frente a la guerra comercial con EEUU. Fuentes diplomáticas conocedoras de las negociaciones, sostienen que Sánchez y la delegación española lograron quitar del documento un «nosotros» en la última edición del texto, que acabó simplemente con la mención a «los aliados». No es un detalle baladí, sostienen, porque allí se puede determinar la presencia de un díscolo, concretamente España, que dice no querer incrementar su gasto más allá del 2,1%. Pero la decisión de Sánchez ha irritado a los socios europeos, que creen que así amenaza con dinamitar un planteamiento para resolver el problema arancelario.
Las fuentes consultadas sostienen que los principales países europeos ven en el pacto para el rearme una oportunidad para zanjar la cuestión de la guerra comercial con Estados Unidos. La lógica del planteamiento europeo la describió la presidenta del Gobierno italiana nada más sellarse el acuerdo: «No puede haber una competición entre aliados si tenemos que alcanzar todos juntos estos objetivos, el target (objetivo, en inglés) del 5% del gasto de defensa junto a la creación de un área de libre comercio entre las dos orillas del Atlántico son dos caras de la misma moneda», dijo Meloni a la salida de la cumbre, en unas declaraciones que no han trascendido en la prensa española.
Para Meloni, por lo tanto, el acuerdo del rearme implica la anulación por defecto de los aranceles. Y revela la posición que están manteniendo los principales países europeos sobre el rearme en el marco de la OTAN, según afirman fuentes diplomáticas de estos países en conversación con este diario. Estas fuentes no ahorran términos como «teatro» o «teatrillo» para hablar de la cumbre de La Haya con el acuerdo del incremento de gasto militar. En realidad, otros países que se han adherido al documento sin rechistar consideran excesivo el gasto derivado del acuerdo o de difícil aplicación. Pero la clave es y era ofrecer a Trump un clavo ardiendo al que agarrarse para permitir a Estados Unidos retroceder en la idea de la guerra comercial y arancelaria sin que parezca una derrota del líder americano.
Ruptura europea
Algunos países europeos mantuvieron antes de la cumbre encuentros bilaterales y todo apunta a que coordinaron esa posición estratégica. Todos menos España que hizo todo lo contrario. Pocos días antes del encuentro de La Haya manifestó su malestar. Estuvo a punto de romper el consenso, cuando Eslovaquia y Bélgica se interesaron por la posición díscola esgrimida por Pedro Sánchez. El presidente del Gobierno dijo en un primer momento haber acordado con el secretario general de la OTAN, Mark Rutte, algo parecido a una excepción ibérica por el gasto militar. Pero después Rutte le desmintió.
«Hemos firmado lo mismo que España», reiteró entre risas la presidenta italiana el miércoles. Firma o adhesión al documento, lo cierto es que nadie cuestionó el planteamiento de forma directa en la reunión en La Haya. También en eso Meloni intervino para retratar a Sánchez: «Todos dijeron bien, bravo…», sostiene la italiana.
Sánchez tampoco ha negado esa versión, aunque en rueda de prensa ha afirmado que España no superará el 2,1% de gasto en nuevos armamentos, y que el Ejército español ha redactado un informe en el que asegura poder cumplir con las exigencias técnicas de la OTAN sin que el Gobierno modifique su hoja presupuestaria (que lleva derogada tres años). Pero, ¿existe de verdad un informe de Defensa que afirma que el Ejército español no necesita de más recursos? Sánchez asegura que sí.
Reacción de Trump
Donald Trump reprochó a España su posición. Aunque formalmente España firmó el acuerdo del miércoles, según Trump es cierto que Sánchez no quiere aumentar su gasto militar. «Es terrible lo que está haciendo España y le vamos a hacer pagar», aseveró, para añadir, refiriéndose a los aranceles: «Voy a negociar yo mismo con España».
Trump sostiene que España acabará «pagando el doble» y que EEUU impondrá medidas restrictivas al comercio que afectarán a sus exportaciones. Pero la cuestión no es sencilla, puesto que todo el comercio europeo pasa por Bruselas. Y si EEUU quiere imponer aranceles, lo deberá hacer a todos los productores europeos. Si Trump apuesta por una represalia contra Sánchez, aunque sea circunscrita a unos cuantos bienes, afectará a todos los productores europeos de ese mismo bien. Y esto era justo lo que los grandes líderes europeos querían evitar: calentar los ánimos para que no se resuelva el complejo asunto de la guerra comercial.
Según las fuentes consultadas, el acuerdo europeo por un incremento del gasto militar cuya primera revisión se hará en 2029, en realidad, era un espejismo o una cortina de humo para dar una demostración del compromiso europeo en la defensa, buscando una política de reconciliación occidental que desembocaría en el fin de la guerra arancelaria. Pero Sánchez decidió desmarcarse de los demás países europeos, siendo España un país menos afectado en su balanza comercial y, al mismo tiempo, el más lejano de la frontera oriental donde se libra una guerra entre Rusia y Ucrania. Una posición, en cierto sentido, dos veces egoísta respecto a los socios europeos.
Sánchez prefirió poner pie en pared para evitar que el acuerdo del rearme se convirtiera en una crisis de su Gobierno, tal y como le habían anunciado sus socios de Sumar. Izquierda Unida, por ejemplo, amenazó con salir del Ejecutivo si Sánchez se comprometía a incrementar el gasto hasta el 5%. Pero Podemos sostiene que el verdadero teatro es el del presidente del Gobierno, que, por un lado, firma el documento de la OTAN y por el otro dice que no lo ha hecho. Iglesias pide a Sánchez dejarse de «trilerismo» y ser «honesto», como Felipe González cuando celebró un referéndum sobre la permanencia en la OTAN. En un día, Sánchez ha logrado enojar a EEUU, a los socios europeos y a una facción de cuyos apoyos parlamentarios depende para seguir gobernando.