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Política

El PSOE se mueve para que Sánchez actúe: «Estamos peor que en la corrupción de los 90»

Sectores del partido piden que el Comité Federal «no sea un paseo militar» ni un «lavado de cara»

El PSOE se mueve para que Sánchez actúe: «Estamos peor que en la corrupción de los 90»

El secretario general socialista, Pedro Sánchez, en rueda de prensa en Ferraz.

El PSOE es un polvorín. Y, por primera vez desde hace años, el Comité Federal no se presenta como una balsa de aceite. El máximo órgano entre congresos se reúne el próximo sábado en Ferraz en un clima de alto voltaje. Todos acuden a escuchar las explicaciones del presidente del Gobierno y secretario general del PSOE. A las sospechas sobre su conocimiento del entramado criminal que operaba desde la Organización del partido se les suman ahora los movimientos para forzar a Pedro Sánchez a actuar de forma contundente en el Comité Federal del próximo sábado 5 de julio.

El diagnóstico compartido por amplios sectores del partido es que el ingreso en prisión de Santos Cerdán «ha sido un antes y un después» tras el que «no se puede actuar con un simple lavado de cara». Dirigentes territoriales, diputados y cargos altos y medios del partido consultados por THE OBJECTIVE coinciden en que Sánchez no puede pretender que el Comité Federal se convierta en un paseo militar cuando «estamos en el peor momento que ha vivido el PSOE en su historia». La investigación judicial sobre los dos secretarios de Organización del sanchismo, José Luis Ábalos y Santos Cerdán -el último de ellos ya en prisión, 15 días después de ser forzado a dimitir por un informe de la UCO que, según el Gobierno y el PSOE, no existía-, ha sumido al PSOE en una situación sin precedentes que supera incluso los tiempos de Filesa y Malesa.

«Estamos peor que en la corrupción de los 90», sostienen estas fuentes socialistas. «Nunca antes un secretario de Organización del PSOE había entrado en prisión. Y puede que acaben dos consecutivos entre rejas», se lamentan mientras dirigen la mirada hacia la cuarta planta de la sede del PSOE. «De todo esto, Pedro Sánchez es el responsable. Nos tiene que explicar qué ha ocurrido y por qué. Nos debe una explicación». Una rendición de cuentas que exigen que vaya acompañada de una limpieza ética en la cúpula del partido: el secretario general tendrá que proponer el sábado a un sustituto para la Secretaría de Organización del PSOE. 

Sánchez descarta un congreso extraordinario 

Como desveló este periódico, la socialista catalana Montse Mínguez es la elegida para suceder a Santos Cerdán, tras un pacto de Pedro Sánchez y Salvador Illa en Moncloa para contener el ruido interno gracias a «atar el apoyo del PSC». En el núcleo duro del presidente anticipan que habrá algunos cambios más en la Ejecutiva Federal. Aunque descartan medidas drásticas como un congreso extraordinario o una cuestión de confianza que supongan un riesgo añadido para el jefe del Ejecutivo que «sigue manteniendo sus apoyos» parlamentarios, como ha evidenciado, a juicio de Moncloa, la ronda de consultas del PP con los socios de Sánchez, encargada por Alberto Núñez Feijóo a su portavoz parlamentario Miguel Tellado

Lo que está en duda es si habrá o no «caza de brujas» en Ferraz con aquellos perfiles que promocionaron políticamente al abrigo de Santos Cerdán, como Juanfran Serrano, Enma López, Javier Alfonso Cendón y Alfonso Rodríguez Gómez de Celis. La mayoría de ellos están silenciosos, alejados del foco mediático. Especialmente comentado es el caso de la portavoz oficiosa del partido, Enma López, que desde hace semanas no acude a las tertulias televisivas de La Sexta en las que ejercía como «voz» de Ferraz. Los colaboradores de Sánchez dan por hecho que este grupo quedará relegado a vocales de la dirección, y se elegirán a nuevos portavoces más políticos en sustitución de los actuales, como Esther Peña, que pese a no ser un perfil afín a Cerdán, acabará siendo apartada ante las nuevas necesidades comunicativas que necesita el PSOE y el Gobierno. 

Los críticos quieren gestora 

Sin embargo, estos cambios serían inasumibles para amplios sectores del PSOE que esperan que Sánchez cruce un Rubicón en el Comité Federal. Voces como la del vicepresidente del Congreso, Alfonso Rodríguez Gómez de Celis, abogan por la convocatoria de un congreso extraordinario. Pero, aunque se trate de una decisión drástica, hasta los más críticos la rechazan con argumentos antagónicos a los que emplea la dirección socialista. «Un congreso extraordinario lo organizaría la actual dirección. Ellos elegirían a los delegados, que a su vez nombrarían a los secretarios ejecutivos», al dictado de Pedro Sánchez. Lo que reclama el sector díscolo es «una catarsis» que se inicie con la dimisión de Pedro Sánchez y la constitución de una comisión gestora en el PSOE, hasta la celebración de un cónclave extraordinario, cuando se conozca la dimensión del escándalo de corrupción que acecha al partido y al Gobierno. 

Unas tesis que se vieron este miércoles espoleadas por la columna del escritor Javier Cercas en el diario El País. Su artículo circuló como la pólvora en un partido que se bebe la línea editorial del grupo Prisa y en el que acusan recibo de los editoriales del periódico del grupo y las opiniones de las tertulias radiofónicas de la Ser: «Ya ni los nuestros nos apoyan. Pedro se tiene que ir», se lamentan los socialistas consultados. Y, sin embargo, nadie cree que la renuncia sea una opción que esté encima de la mesa. «Se debate entre cambios quirúrgicos o algo más amplio», deslizan en el Gobierno.

En Moncloa aclaran que «la decisión no está aún tomada» y que, de estarlo, Sánchez no se la habría hecho saber a ninguno de sus más estrechos colaboradores. El presidente del Gobierno muestra síntomas de agotamiento, tanto en su apariencia física como en su negativa a una foto de familia en la Cumbre de la ONU en Sevilla, escenarios internacionales que antes constituían uno de los ejes centrales de su capital político. Pero su probada capacidad de remontar y sorprender hacen que nadie quiera dar un paso en falso hasta escuchar lo que quiere decir al partido el próximo sábado. A partir de ahí, y no antes, empezará el baile de críticos o el banquillo de los silentes. 

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