Tensión en Sumar por las evasivas del PSOE sobre la financiación ilegal
Sumar pregunta hasta dónde puede extenderse la trama corrupta, pero no recibe respuestas concluyentes del PSOE

La vicepresidenta segunda, Yolanda Díaz. | Europa Press
Sumar pregunta, pero no obtiene respuestas concluyentes. La coalición de partidos que lidera Yolanda Díaz teme que los casos de presunta corrupción que afectan ya a Koldo Gardía, José Luis Ábalos y Santos Cerdán se extiendan a la «organización» del PSOE. En el último auto de juez Leopoldo Puente se hacía referencia a posibles implicaciones para más «personas físicas y jurídicas», y esa referencia ha activado las alarmas en Sumar. Díaz pidió a Sánchez una reunión de seguimiento de la coalición para instar a los socialistas a mover ficha y avanzar en la «agenda social» para intentar desviar los focos de los escándalos judiciales. Pero por debajo de esa petición se halla otra cuestión: aclarar si hubo financiación irregular del PSOE.
Más Madrid fue el primer partido en avisar públicamente de que no toleraría una financiación ilegal del PSOE. Lo dijo la portavoz en el Ayuntamiento de Madrid, Rita Maestre, que calificó dicha posibilidad de «línea roja» para la coalición. Díaz y otros miembros de la coalición emplean el mismo término, aunque la vicepresidenta segunda fue menos tajante en su entrevista del pasado miércoles en Onda Cero. La cuestión de la financiación ilegal del PSOE obligaría a los socios a definir con más claridad su posición ante la corrupción que afecta ya a altos cargos del partido socialista. La coalición se blinda en el silencio, aunque es palpable la preocupación interna.
El objetivo de Sumar es evitar que el escándalo les afecte, aunque sea de forma indirecta. Por eso, la delegación liderada por el ministro de Cultura, Ernest Urtasun, sostuvo el miércoles tras reunirse con los socialistas en el Congreso que «la pelota está en el tejado» de los socios de Gobierno. Los de Sumar preguntan a los socialistas hasta dónde puede escalar el escándalo, pero se enfrentan a una batería de evasivas por parte de sus socios. Por ello, el pasado miércoles intentaron subir los tonos de su queja, hasta afirmar que el PSOE «no es consciente de la gravedad de la situación».
Dos reuniones
Las fuentes de Sumar consultadas sostienen que los canales de comunicación son casi nulos. Por eso Sumar pidió la reunión en el Congreso del miércoles, y hace dos semanas Díaz exigió un encuentro con Sánchez en la Moncloa. Pero en ninguno de los dos foros obtuvieron las respuestas que buscaban, es decir, la determinación suficiente para asegurar que el PSOE no se verá afectado como organización del escándalo. El PSOE insiste en que de su auditoría interna no se desprenden irregularidades, y que la fiscalización del Tribunal de Cuentas descartó ilegalidades. Pero las declaraciones de los empresarios presuntamente involucrados en la trama preocupan porque podría acelerar la decisión del juez de investigar oficialmente al PSOE.
De lo poco que trasladan desde Sumar es que la financiación ilegal de un partido político es un asunto muy delicado, y que antes de tomar cualquier tipo de decisión harían falta «pruebas» de cierta contundencia. Eso, o que Cerdán decida tirar de la manta tras su encarcelamiento, admiten. La pregunta atañe a si Sumar daría por suficiente para romper el Ejecutivo que el juez investigue el PSOE, o si se necesitarían más pruebas.
De momento, la posición de Sumar se puede resumir en esperar y ver los acontecimientos. Como adelantó este diario en varias informaciones, los de Díaz creen que puede ser perjudicial para sus intereses dinamitar antes de tiempo la legislatura. No quieren aparecer como los «culpable» del fin del Gobierno y de una victoria electoral de la derecha. En definitiva, su planteamiento consistirá en aguantar todo lo que puedan y ver si finalmente será Sánchez el que se verá obligado a «tirar la toalla». Otra opción es que si se demuestra la financiación irregular del PSOE, Sumar se ponga en contacto con los nacionalistas para esperar a que sea ERC la que rompa antes de salir del Ejecutivo.
A la espera de ERC
El peligro para Sumar es abandonar el Gobierno y descubrir que a pesar de las pesquisas del juez, Sánchez no convoca elecciones. Y que, de paso, los nacionalistas le siguen apoyando. En ese encaje de bolillos se encuentra la disyuntiva que debe resolver Díaz. Todas las fuentes consultadas sostienen que la vicepresidenta no dará el primer paso antes de tener delante indicios contundentes o pruebas de la financiación irregular del PSOE, pero también de saber que los nacionalistas no la dejarán en la estacada. Pero la tensión va in crescendo, a medida que se difunden rumores que apuntan a que la próxima semana podría ser decisiva en ese sentido.
Sumar está intentando explicar a Sánchez que el tiempo corre rápido y que es necesario dar respuestas contundentes con celeridad. Por ejemplo, con una crisis de Gobierno que demuestre el compromiso de Sánchez con la «regeneración». Pero delante siguen encontrando un muro y unas respuestas evasivas por parte de un partido, el PSOE, que en Sumar insisten en describir como «en estado de shock».