Feijóo presiona al PP y advierte: «Si no conseguimos el cambio, hemos fracasado»
El presidente del PP ha sido reelegido por el 99,24 por ciento de los 2.799 compromisarios que han votado en el congreso

El presidente del PP, Alberto Núñez Feijóo, este sábado durante la presentación de su candidatura a la Presidencia. | Ángel García (EP)
El presidente del Partido Popular, Alberto Núñez Feijóo, ha presentado este sábado el manual de decencia que pondrá en marcha una vez que 2.760 de 2.799 compromisarios que cotaron, el 99,24 por ciento, ha apoyado su candidatura a la Presidencia de los populares, advirtiendo al partido que «si no conseguimos el cambio, hemos fracasado en este Gobierno». El líder popular ha señalado que «no quiero ganar para llegar para que gane España». En su intervención no ha pronunciado el nombre de Pedro Sánchez y ha despejado dudas sobre sus futuros pactos señalando que «ni vamos a negociar ni hemos negociado la unidad de España». Tras la presentación de su candidatura se procedió a la votación, en la que hubo 18 votos nulos y 2 en blanco. De los 3.212 compromisarios votaron 2.799.
Feijóo ha presentado un decálogo con el que se compromete a un «cambio de raíz» en España bajo la centralidad política sin prescindir ni de ideología ni de los principios del partido. El primer punto de este manual señala que «somos el único partido que no negocia, ni negociará con la unión de todos los españoles». En este sentido, afirma que «el PP no es una secta» porque «en nuestro partido, los acentos ni restan ni rompen. Suman y construyen».
Otro de los puntos de este decálogo es que «a mentiras, cesiones, maniobras, propaganda y a enfrentar a los españoles, que ganen ellos», pero que «a valores, a convicciones, a proyecto, a servicio y a democracia ¡Los vamos a arrasar!». Asimismo, considera que «la igualdad de oportunidades y ante la ley es una obligación moral», y que el PP «llegará hasta el último rincón de este país y trabajará por todos».
Feijóo señala que «el Gobierno que presida trabajará sin excepciones y sin privilegios» y por encima del partido «pondré siempre a mi país». A su juicio, «sólo los delincuentes temen a la Justicia, la desprestigian y la amordazan» y «creo en la política honrada, en las instituciones independientes, y en el Estado de Derecho».
El presidente en funciones del PP afirma que «la dignidad está en los compañeros que enterramos, pero también en los que sobrevivieron y conviven con las secuelas de lo que pasaron». En este sentido, entiende que «la dignidad está en todos los servidores públicos que defienden nuestros derechos y nuestra seguridad contra insultos, amenazas y presiones». y piensa que «esa es la dignidad que estamos obligados a imitar».
«La centralidad política no es indefinición»
Feijóo asegura que «no hay tolerancia, ni compadreo, ni chivatazos, ni vista gorda con quien llega a la política para servirse» porque «no estoy dispuesto a aplicar a la corrupción la doble moral de ser indulgente con los nuestros y exigente con los otros». El líder popular sostiene que «la centralidad política no es indefinición, sino ambición» y que «la centralidad tampoco es prescindir ni de ideología ni principios». Asimimo, no desiste de su «aspiración de volver a ser el partido de los diez millones de votantes»
El líder popular no pretende «un cambio de siglas en la Moncloa», sino «un cambio de raíz en España», afirmando que «siempre he sido un presidente libre». Feijóo subraya que el PP es un «partido libre para decidir nuestras propias políticas» y «no vamos a ser nunca el partido que nuestros adversarios quieren que seamos».
Feijóo ha defendido que el PP es la única alternativa a la actual decadencia a la que ha llevado a España el Gobierno de Sánchez y que «la desesperación se produce cuando no se espera nada del presente». A su juicio, «la desesperanza ocurre cuando no se espera nada del futuro» y que «lo primero no depende de nosotros, pero lo segundo sí, porque somos la única alternativa a la actual decadencia»
El presidente en funciones señala que «hace tres años celebramos un Congreso muy distinto» y que la «principal diferencia es que entonces el reto era interno» y yo el reto es «nacional». Entonces, subrayó que «debíamos resolver nuestra propia crisis», y hoy «lo que tenemos es una crisis de rumbo de España».