La gestora del PSOE pidió aclarar las primarias de Sánchez al sospechar de su equipo
Apeló al Tribunal de Cuentas ante las dudas generadas por el método empleado para recaudar fondos

La comisión ejecutiva federal del PSOE tras las primarias de 2017. | Europa Press
La gestora del PSOE liderada por Javier Fernández y responsable de organizar las primarias de 2017 pidió al Tribunal de Cuentas aclarar si la campaña de crowdfunding del candidato socialista Pedro Sánchez cumplía con la ley. Fuentes conocedoras de aquel proceso afirman a este diario que la gestora dudaba del método empleado por Sánchez para recaudar fondos en dichas primarias a través de donaciones anónimas. Pero también de las personas del equipo de Sánchez encargadas de esa financiación. En ese equipo destacaban ya Santos Cerdán, José Luis Ábalos y Koldo García. Los tres eran considerados «personas turbias», según afirman las fuentes consultadas.
Cerdán, en concreto, fue el encargado de recopilar y traer a la sede de Ferraz los avales de la candidatura de Sánchez. Y, sobre todo, negoció con la gestora la interrupción del método de financiación de las donaciones privadas cuando el Tribunal de Cuentas avisó al partido de que deberían comunicar en su memoria anual la identidad de los donantes y el importe cedido al partido.
Sánchez se irritó por la decisión de la gestora, aunque no le quedó más remedio que cerrar el grifo del crowdfunding. Hasta aquel momento, el candidato había levantado 100.000 euros en menos de tres semanas a través de una asociación sin ánimo de lucro, el Bancal de Rosas, liderado por Fran Martín, actual delegado del Gobierno en Madrid. Sánchez se quejó por la decisión de la gestora, pero siguió recaudando fondos hasta alcanzar un total de 240.000 euros a través de otros métodos. Y con ese dinero montó su campaña ganadora para recuperar la Secretaría General. Después de esa victoria, nombró a Ábalos secretario de Organización.
«Personas turbias»
Cuando la gestora consultó al Tribunal de Cuentas cómo debía actuar ante el proceso de crowdfunding de Sánchez, ya sospechaba de los miembros de su equipo, que ahora están todos imputados por una trama de presunta corrupción. La gestora del PSOE actuó porque entendía que en el equipo de Sánchez había «personas turbias». Así lo revelan fuentes conocedoras de aquel proceso de petición de información entre el PSOE y el organismo encargado de fiscalizar las cuentas de los partidos, dirigido por aquel entonces por Ramón Álvarez de Miranda. «A la gestora no le estaba gustando lo que veían», añaden.

Después de la petición del PSOE, el Tribunal de Cuentas avisó de que los socialistas deberían informar debidamente al organismo sobre los donantes y sus donaciones. Entonces, la gestora exigió a Sánchez interrumpir su recaudación. Y Cerdán, que había negociado en su nombre con la gestora, aseguró que se daría toda la información de los donantes de la campaña. Sin embargo, cuando Sánchez ganó las primarias, evitó trasladar esa información al organismo fiscalizador.

La clave de esta operación, según explican fuentes conocedoras de la misma, es que la gestora no se fiaba de aquellos que formaban parte del núcleo duro de la candidatura de Sánchez. Ante las dudas, preguntaron a sectores socialistas que gozaban de cierta llegada en dicho tribunal, que aconsejaron pedir formalmente una opinión del presidente del organismo. Y el presidente Álvarez de Miranda envió una misiva en la que avisaba al PSOE de los problemas legales inherentes a una recaudación de este tipo.
Carta del Tribunal de Cuentas
Álvarez de Miranda advirtió a los dirigentes socialistas de que la exposición de motivos de la ley de financiación de partidos políticos indica que la libertad de estos quedaría perjudicada «si se permite como fórmula de financiación un modelo de liberalización total, ya que, de ser así, siempre resultaría cuestionable la influencia que en una determinada decisión política hubiesen podido ejercer las aportaciones procedentes de una determinada fuente de financiación y romper la función de los partidos políticos como instituciones que vehiculan la formación de la voluntad popular».
Sánchez se quejó de la orden de la gestora para que interrumpiera su crowdfunding. Además, en su libro Manual de resistencia criticó el método empleado por el presidente del Tribunal de Cuentas de trasladar por carta su dictamen sin convocar el pleno del organismo. Álvarez de Miranda no se estaba excediendo en sus funciones, puesto que para un dictamen de ese tipo no era necesario convocar un pleno. Pero quien también se quejó internamente fue Enriqueta Chicano, una dirigente cercana a Carmen Calvo, que ejercía de consejera del Tribunal de Cuenta. «Se enfadó porque quería llevarlo al pleno, ya estaba en el grupo de apoyo a Sánchez», afirman fuentes conocedoras de aquel debate. Calvo ya trabajaba activamente en favor de la candidatura de Sánchez.
Cuando Sánchez recuperó el control del partido y después llegó a la Moncloa tras la moción de censura a Mariano Rajoy, aupó a Chicano a la presidenta del Tribunal de Cuentas. Lo hizo después de un pacto alcanzado con Pablo Casado que dio literalmente la vuelta al organismo fiscalizador. Tras poner al mando del organismo responsable de fiscalizar las cuentas de los partidos políticos a una persona de su confianza política, evitó comunicar el nombre de los donantes anónimos del crowdfunding de las primarias, tal y como adelantó en exclusiva THE OBJECTIVE.