Sánchez se reúne con líderes latinoamericanos para afrontar la «internacional reaccionaria»
El presidente del Gobierno participó en la reunión «Democracia Siempre» en Santiago de Chile

El Presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, junto a presidentes progresistas latinoamericanos durante la reunión 'Democracia siempre' en Santiago. | Sebastian Beltran Gaete (Agencia DPA)
El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, participó este lunes en la «Reunión de Alto Nivel, Democracia Siempre», un foro internacional celebrado en el Palacio de La Moneda en Santiago de Chile y convocado por el presidente chileno, Gabriel Boric. Al encuentro asistieron también los presidentes Lula da Silva (Brasil), Gustavo Petro (Colombia) y Yamandú Orsi (Uruguay). El encuentro reunió a varios líderes latinoamericanos con el objetivo de reafirmar el compromiso común con la defensa de la democracia frente al avance de fuerzas antidemocráticas y autoritarias en distintas partes del mundo.
Durante su intervención en la cumbre, Sánchez defendió la necesidad de que los gobiernos progresistas reaccionen de forma coordinada ante el progreso de la ultraderecha, a la que calificó como una «internacional reaccionaria» que, según dijo, actúa de forma mundial y organizada. «Nos toca a nosotros, a gobiernos liderados por fuerzas progresistas, encabezar esa respuesta» para defender la democracia, ha dicho afirmó Sánchez, «y nos toca hacerlo solos, si es necesario, conjuntamente con la sociedad civil» añadió.
Según el mandatario español, «cada vez es más evidente que hay una derecha, una derecha tradicional con la que hasta hace no tanto tiempo compartíamos consensos básicos, que ha desertado de esa labor histórica y que ha sucumbido al discurso y al marco impuesto por la ultraderecha».
«Una obligación moral»
Según Sánchez, los cinco tienen «la convicción compartida de que es hora de dar un paso al frente para defender y profundizar activamente la democracia» y posicionarse en contra de la «amenaza real, liderada por una coalición de intereses entre oligarcas y la ultraderecha».
«Una internacional del odio y la mentira que avanza peligrosamente, por desgracia, en ambos continentes» y que según comenta pone «en riesgo los derechos y libertades por los que las generaciones que nos precedieron lucharon tanto, a veces sacrificando la propia vida». A su vez, subraya que hay que «preservar la democracia no es solo una cuestión institucional o jurídica» sino «es una obligación moral» haciendo inciso en que es una responsabilidad que «le debemos a las generaciones pasadas, pero también a las generaciones futuras»
Por último, ha señalado la importancia de disminuir la desigualdad, un aspecto que, según el presidente del Gobierno, es «una de las principales tareas, sino la primordial de los gobiernos progresistas» ya que la injusticia es la que «la que termina quebrando la confianza de la gente en las instituciones».
«La desigualdad es el caldo de cultivo donde crece el virus del extremismo y de la polarización», alerta y menciona que «la ultraderecha vive políticamente del miedo y se alimenta de la nostalgia por un pasado que nunca existió».
La cumbre se desarrolló en un contexto regional marcado por tensiones políticas entre EEUU y Brasil, la polarización a nivel mundial y los retrocesos democráticos en varios países. Aunque no se firmó una declaración conjunta, los participantes coincidieron en la necesidad de reforzar la cooperación internacional y la defensa activa de las instituciones democráticas.