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Política

El PSOE duda del 'efecto Montoro': «Salvamos el verano, nos da aire hasta septiembre»

La portavoz Montse Mínguez calificó este lunes el ‘caso Montoro’ como la trama «más grave de corrupción de España»

El PSOE duda del ‘efecto Montoro’: «Salvamos el verano, nos da aire hasta septiembre»

Santos Cerdán y Pedro Sánchez en el Congreso.

Es el nuevo clavo ardiendo al que se aferra el Gobierno socialista, como el caso del novio de Isabel Díaz Ayuso hace un año sirvió para ocultar durante semanas la imputación de la esposa de Pedro Sánchez, Begoña Gómez. Pero tras la sobreactuación del PSOE, cuya portavoz Montse Mínguez calificó este lunes el caso Montoro como la trama «más grave de corrupción de España», los cuadros intermedios del PSOE son conscientes de que esto permite «salvar el verano» y coger «aire», al menos, hasta septiembre. Y poco más. Las fuentes socialistas consultadas por THE OBJECTIVE no restan un ápice de gravedad en el escándalo de corrupción que salpica al ‘equipo económico’ del exministro de Hacienda del PP Cristóbal Montoro, que «básicamente subarrendó el Boletín Oficial del Estado» a los clientes que pagaban para participar en la agenda legislativa.

Pero también admiten en privado que todo el PSOE está preparado para un auténtico «tsunami» a la vuelta del curso político, con varios informes de la Unidad Central Operativa (UCO) de la Guardia Civil que esta vez sí afecten directamente a miembros del Gobierno y que pudieran suponer nuevas detenciones de otros implicados en la trama. Es inminente la publicación del informe sobre Francina Armengol en relación con su papel en las mascarillas; será el único que afecte a cargos con nombres y apellidos que verá luz en el mes de julio, aparte de la patrimonial sobre el exministro José Luis Ábalos. Moncloa y Ferraz destilan «tranquilidad» porque confían en que la tercera institución del Estado no se verá salpicada por delitos de corrupción, sino por una «mera relación» -que la tuvo- con los principales miembros de la trama (Ábalos, Koldo y Cerdán). Es decir, que podría derivarse del informe «responsabilidad política pero no penal».

No obstante, sigue habiendo varios elefantes en la habitación. Y el más inmediato es el ministro de Política Territorial, Ángel Víctor Torres. Nadie da un duro por su permanencia. Y todos en Moncloa y Ferraz descuentan su salida en la crisis de Gobierno que Pedro Sánchez prepara para septiembre, o quizás, a finales de agosto. El núcleo duro de Sánchez tiene vía libre para cogerse dos semanas de vacaciones (algunos tres) en agosto, pero desde el día 25 del mes nadie con responsabilidad en el Gobierno estará fuera de Madrid, por lo que pudiera pasar. El jefe del Ejecutivo es consciente de que debe anticiparse a la jugada, que no le puede ocurrir como con Santos Cerdán, cuyo informe «le reventó en la cara» tras negar su existencia durante un mes. Torres es, por tanto, la salida más segura, revestida por cuestiones de salud o por la necesidad de tomar impulso político, pero salida al fin y al cabo.

Alivio relativo hasta septiembre

Así las cosas, y hasta septiembre, en el PSOE se respira «alivio». Un clima «relativamente tranquilo» tras las fatídicas semanas en las se publicaron las grabaciones de dos ex secretarios de Organización del PSOE y su mano derecha repartiéndose prostitutas y mordidas por amaños de obra pública, según el día y el interlocutor. Tras la detención de Cerdán, su ingreso en prisión y el registro de Ferraz, convertido en una «visita», según Moncloa, el ambiente se ha desinflamado. «La comparecencia del día 9 y la imputación de Cristóbal Montoro han permitido rebajar la tensión», explican dirigentes del PSOE que son conscientes, no obstante, de que es todo una ilusión que no cambia el panorama.

«Es una bocanada de aire. Montoro nos ha dado aire», pero «todo dependerá de la UCO en septiembre». La foto permanece inalterable: la legislatura está en stand by: sin Presupuestos ni posibilidad de aprobarlos, sin desatasco de las leyes prioritarias como la llamada Ley Bolaños o la Ley Begoña, y con un alejamiento de los socios preferentes no progresistas, como Junts y el PNV que empiezan a hacer cálculos sobre el momento adecuado para ponerle fecha de caducidad a sus apoyos. Este martes se celebra el último pleno extraordinario del Congreso de los Diputados antes de las vacaciones parlamentarias y el Gobierno ha tenido que renunciar a presentar la reducción de la jornada laboral por falta de apoyo de Junts.

Comparecencia de Sánchez el lunes

El ministro de Presidencia, Justicia y Relaciones con las Cortes, Félix Bolaños, restó ayer importancia a esta renuncia y habló de Junts como «una relación normalizada en una democracia parlamentaria». En el vaso medio lleno de Bolaños, este martes se votarán «seis leyes, tres que han pasado ya por tramitación parlamentaria y tres decretos leyes. Seis leyes para avanzar». Pero el cristal con el que miran sus diputados socialistas muestra «tres leyes absolutamente irrelevantes» que el Gobierno se ha sacado de la manga para vender la ficción de que todavía cuenta con apoyos sólidos en el último pleno escoba del Congreso.

Los tácticos de Moncloa priorizan lo cuantitativo sobre lo cualitativo. Leyes al peso pero sin valor alguno para la legislatura, en la medida en que ninguna puede servir de termómetro de la fortaleza o debilidad del Gobierno. El próximo lunes 28 de julio Pedro Sánchez hará balance de curso político con una comparecencia en Moncloa que ya están preparando sus estrategas. En principio, se trataría de una nueva edición del informe Cumplimiento con el que presidente comparece periódicamente para rendir cuentas ante el Plan de Cumplimiento normativo de la legislatura. Pero en esta ocasión, sin presupuestos a la vista y habiéndose visto forzados a dejar para septiembre la reducción de la jornada laboral de Yolanda Díaz, hay poco cumplimiento del que sacar pecho. El modo resistencia en Moncloa ha dado un salto cualitativo fundamental: pasar de sumar leyes a ganar tiempo. Y porque en el PSOE asemejan el alivio temporal que ha traído el caso Montoro con el de un dolor de pies: «Cuando te quitas los zapatos respiras, pero el dolor sigue ahí».

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