Rufián enfada a Podemos y Bildu por «filtrar» el plan secreto de coalición
Los afines a Iglesias creen que Rufián favorece a Sumar y el PSOE al poner en peligro la unión de las izquierdas

Gabriel Rufián. | David Canales (Zuma Press)
Un problema más de «discreción» que de fondo. El plan de crear una coalición de fuerzas de izquierdas nacionalistas y regionalistas con Podemos puede haber chocado con un escollo, pero las fuentes consultadas en el partido morado no dan por finiquitado el experimento. El hecho de que Gabriel Rufián hablara públicamente de esa opción ha enojado a la plana mayor de Podemos. Y entre ellos, al propio Pablo Iglesias, que ha reprochado al parlamentario de ERC su gestión, además de su «filtración». En Podemos muestran sorpresa ante el hecho de que Rufián desvelara antes de tiempo la idea de esa coalición. Y le acusan de haber podido dinamitar el plan, favoreciendo incluso al PSOE y a Sumar. También Bildu, otra formación que podría verse interesada por ese cartel electoral, insiste en la necesidad de no desvelar las cartas hasta que sea necesario.
El pasado 20 de julio, este diario publicó que Podemos estaba explorando una «coalición de progreso» con Bildu, ERC y otras fuerzas nacionalistas. Fue la primera vez que se mencionaba a nivel informativo la creación de un posible acuerdo de varios partidos de izquierdas para prepararse ante un adelanto electoral. La noticia removió las aguas, y al día siguiente el diario El Mundo publicó que ERC estaba impulsando ese proyecto. ERC no lo está liderando, porque es Podemos el que sí pretende hacerlo, pero en la sombra, con reuniones ya organizadas con ese fin. Rufián, sin embargo, se adelantó de forma inesperada a los morados y elevó el asunto al ágora pública. Y lo hizo sin tener el respaldo explícito de su partido. Una «gilipollez», dijo el lunes Iglesias en Radio Nacional de España (RNE).
Algo «extraño» y «difícil de entender», añadió Iglesias, en línea con lo que las fuentes de Podemos declaraban el fin de semana anterior. La idea, como publicó este diario, consistía en hablar con las fuerzas regionalistas y nacionalistas del País Vasco, Cataluña y Galicia para afianzar una coalición que se presentara de forma conjunta en las próximas elecciones generales. Cada una habría tenido la potestad de controlar la lista electoral en su territorio, a la vez de que Podemos habría ido llenando los huecos regionales, además de liderar con Irene Montero la de Madrid. Todo debía hacerse de forma confidencial, con una votación entre la militancia para refrendarlo. La coalición habría abierto las puertas a otros partidos en Baleares, Canarias, Andalucía y Aragón, entre otras comunidades autónomas.
Izquierda autónoma del PSOE
Este era el plan, patrocinado por Podemos y en el que también Bildu pidió guardar secreto, hasta que Rufián habló. «Cuando se hable hay que hacerlo con discreción, con respeto y sabiendo, además, cuáles son las posibilidades en un momento tan delicado como este», criticó Iglesias. «Lo primero que se tiene que tener es un debate político entre los que defienden el malmenorismo, es decir, que aguante el PSOE, que lo que viene es mucho peor, y entre los que dicen que el malmenorismo es lo que hace que los ultras lleguen mucho antes», agregó.
Los morados querían que esta coalición sirviera para atacar a Sumar y señalar su posición blanda ante el PSOE. Y erigir a este cartel en única propuesta de izquierda autónoma respecto a un PSOE muy afectado por la corrupción. Podemos quiere volver a la idea de una izquierda emancipada del PSOE y crítica con la etapa sanchista. Según Iglesias, los socialistas quieren impedir el crecimiento de una izquierda autónoma («el PSOE necesita un espacio a su izquierda que haga todo lo que diga el PSOE», ha afirmado el exlíder morado»).
Así que Podemos culpa a Rufián de haber puesto palos en la rueda, y además, de estar favoreciendo con su «filtración» al PSOE y a Sumar. Otros dirigentes de Podemos, como Pablo Echenique, han defendido esa idea el lunes; en las redes sociales los afines al partido morados acusan desde hace días al portavoz de ERC de estar favoreciendo a Sumar con sus indiscreciones.
Sospechas de doble juego
Rufián, por su parte, intentó esquivar los golpes. El 23 de julio, escribió que «quien crea que le va a ir mejor con un gobierno de PP y Vox vergüenza le debería dar basar su proyecto en el sufrimiento de la gente». Mientras que el pasado lunes añadió: «A ver si cuando unos y otros acaben de desahogarse, filtrar y filosofar sobre una idea, podemos hablar un poco sobre sus ideas para frenar lo que viene: recortes salvajes, ilegalizaciones de partidos y encarcelamiento de políticos. Si las tienen, claro. Ojalá atacándome a mí PP y Vox dejaran de sumar 200 diputados».
Pero las explicaciones de Rufián no resuelven las dudas de Podemos. Así que los morados buscan respuestas sobre por qué Rufián movió ficha antes de tiempo. Y una de las respuestas que se dan es que el actual portavoz de ERC no está atravesando un buen momento en su formación, y que con su salida pública buscó visibilidad. En ERC hay sectores que incluso dudan de que él tenga que ser el candidato del partido en las próximas generales, y señalan a otros dirigentes (algunos de ellos activos ahora mismo en el Congreso) como posibles sustitutos. Esto habría llevado a Rufián a buscar un golpe de efecto, según Podemos.
La segunda opción a la que apuntan en Podemos es que Rufián podría aspirar incluso a capitanear esta coalición, dejando de facto a Irene Montero en un segundo plano. Sea como fuere, lo cierto es que tanto en Podemos como en Bildu hay enfado e incomprensión por el movimiento del dirigente de ERC. Y ahora, algo de incertidumbre sobre el futuro. Concretamente, sobre si esta coalición podrá finalmente ver luz. Los cálculos de Podemos vaticinan que este bloque de partidos podría llegar hasta unos 25 diputados, mejorando la suma actual. En el partido morado sostienen que ERC también se vería beneficiado. Pero en la sede catalana de ERC no piensan lo mismo: creen que esta coalición les restaría diputados, concretamente dos con respecto a los de hoy. En esa discordancia, tal vez, se halle la respuesta a todas las respuestas que busca Podemos.