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Política

La guerra entre la 'número tres' del PSOE y su exjefe dispara a la Unión Municipalista

Presente ya en siete diputaciones, Unión Municipalista se lanza a por Castilla y León, Andalucía y las poblaciones de la dana

La guerra entre la ‘número tres’ del PSOE y su exjefe dispara a la Unión Municipalista

La secretaria de Organización del PSOE, Rebeca Torró. | Jorge Gil (Europa Press)

La política valenciana vive una transformación silenciosa pero profunda. El avance de Unión Municipalista, una confederación de partidos independientes que ya suma 120 alcaldías en toda España y 58 en la Comunidad Valenciana, se está alimentando del desencanto ciudadano, del abandono institucional tras la dana… y también de una fractura simbólica: la que separa a Rebeca Torró, hoy secretaria de Organización del PSOE —en sustitución de Santos Cerdán, actualmente en prisión—, de quien fue su mentor y jefe político durante más de una década, Jorge Rodríguez, actual alcalde de Ontinyent y líder del movimiento municipalista en la Comunidad Valenciana.

Rodríguez gobierna Ontinyent desde 2011 y fue presidente de la Diputación de Valencia, entre 2015 y 2018, en representación del PSOE valenciano y con el apoyo de otras fuerzas de izquierda tras las elecciones autonómicas de hace diez años. Torró era entonces su mano derecha. Todo cambió en junio de 2018, cuando Rodríguez fue detenido en el marco de la llamada Operación Alquería, acusado de prevaricación y malversación. Días después dimitió de la presidencia de la Diputación. Aunque fue absuelto de todos los cargos en mayo de 2023, la ruptura con Torró fue irreversible: ella se distanció políticamente y el PSOE pasó de 13 a 0 concejales en Ontinyent en las municipales de 2019.

Rodríguez, por su parte, fundó un nuevo partido, Ens Uneix, y logró la alcaldía por tercera vez consecutiva, revalidándola en 2023 con mayoría absoluta, convirtiéndose en el alcalde más longevo de la historia reciente de dicho municipio. Su trayectoria culminó el 26 de octubre de 2024, cuando fue proclamado coordinador autonómico de Unión Municipalista en el Primer Congreso de la formación en la Comunidad Valenciana.

Divorcio con los partidos tradicionales

El presidente estatal de Unión Municipalista, David García, considera que esa fractura es mucho más que una historia personal: simboliza el divorcio entre la alta dirección de los partidos tradicionales y las necesidades reales de los municipios. «Rebeca Torró traicionó a Jorge Rodríguez cuando más necesitaba respaldo político. El pueblo no se lo perdonó. Ella no se atrevió a presentarse en 2019, y el PSOE pasó de 13 concejales a ninguno», sentencia. Rodríguez, en cambio, «se mantuvo al lado de los vecinos y hoy es un referente del municipalismo».

Ese distanciamiento, agravado por la mala gestión tras la dana del pasado año, ha impulsado el crecimiento de la formación municipalista. García asegura que ni el Gobierno central ni la Generalitat han estado a la altura: «Nueve meses después, hay pueblos donde no se puede tirar de la cadena, vecinos mayores atrapados sin ascensor, comercios arruinados. Y lo más grave es que no se ha hecho nada estructural para evitar que vuelva a pasar».

Unión Municipalista ha canalizado ese malestar en forma de estructura política. En municipios como Picaña, Catarroja, Torrent, Chirivella y Silla, vecinos damnificados están impulsando candidaturas independientes para las elecciones de 2027. El objetivo es que al menos el 90% de los municipios afectados por la dana cuenten con papeletas municipalistas.

Además de la proyección local, el movimiento ha conseguido otro hito simbólico dado que, desde febrero de 2025, ocupa la vicepresidencia primera de la Federación Valenciana de Municipios y Provincias, algo inédito para partidos independientes. Lo ha logrado tras constituirse como confederación política, sumando los votos de múltiples fuerzas locales para superar el 3% necesario.

Ahora, su meta es entrar en las Cortes Valencianas en 2027 bajo la marca «Municipalistas de la Comunidad Valenciana». Para ello han impulsado una Iniciativa Legislativa Popular (ILP) que propone rebajar del 5% al 3% la barrera electoral. La recogida de firmas ya ha comenzado, y se espera presentar al menos 10.000 rúbricas en septiembre.

Según García, Compromís respalda la propuesta, el PP mantiene ambigüedad y el PSOE guarda silencio. «Pero no por razones políticas —dice—, sino por razones personales. Rebeca Torró no quiere que Jorge Rodríguez obtenga visibilidad institucional. Pero esto ya no va de Ontinyent, sino del derecho a que haya pluralidad política en las instituciones».

Nuevos partidos en Valencia y Alicante

Mientras tanto, el proyecto avanza en el resto de la Comunidad. En Castellón ya hay sede abierta, equipos en todos los municipios de más de 20.000 habitantes y previsión de cobertura total en 2027. En Valencia ciudad, un grupo liderado por el exregionalista y ex de Ciudadano, Fermín Artagoitia, ha iniciado el registro de una nueva formación, y en Alicante se prevé lo mismo después del verano.

A nivel nacional, Unión Municipalista ya tiene representación en siete diputaciones, incluidas Valencia y Cádiz, y prepara su entrada en los parlamentos de Castilla y León y Andalucía. En provincias como Ávila, un partido ya integrado en la confederación cuentan con representación autonómica y provincial, y en Murcia estuvieron muy cerca.

García subraya que la formación no se define ideológicamente. «No somos ni de izquierdas ni de derechas. Nos centramos en gestionar, no en polarizar. Y no vamos a perder el tiempo debatiendo sobre Gaza o el cambio climático en un pleno municipal», dice. De ahí que sus representantes suelan abstenerse en mociones partidistas. «Cada institución debe centrarse en lo que le compete», añade.

Sobre la candidatura a la Generalitat, García no lo duda: apoyaría a Jorge Rodríguez si decide dar el paso. «Sería el mejor candidato. Lo decidirán las primarias, pero tiene legitimidad y apoyo social».

Según las encuestas internas del movimiento, el 50% del electorado aún no sabe a quién votar. Ese es, para García, el gran caladero del municipalismo. «Ese voto huérfano, joven, crítico, está esperando una alternativa. Nosotros venimos a ofrecérsela desde abajo, con los pies en el suelo».

Frente al descrédito de las grandes siglas, Unión Municipalista se presenta como una respuesta organizada al vacío institucional y político tras la dana. Y en palabras de su presidente, lo que está pasando en la calle, tarde o temprano, acabará pasando en las urnas.

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