Abascal carga con dureza contra los obispos por permitir el «avance islamista» en España
El líder de Vox insinúa que la postura migratoria de la Iglesia se debe a los «ingresos públicos» que recibe

Santiago Abascal durante la entrevista. | Bipartidismo Stream
La guerra se ha desatado entre Vox y la Conferencia Episcopal después de que la jerarquía eclesiástica criticara el veto a los actos musulmanes en espacios públicos en la localidad murciana de Jumilla, a propuesta de los conservadores. Tras una primera réplica contenida, este domingo, Santiago Abascal ha cargado con dureza contra los obispos en Bipartidismo Stream, el canal de Youtube creado por el partido, acusándolos de permitir el «avance islamista» en España y avisando de que en un futuro «tendrán que rendir cuentas».
«La verdad es que estoy perplejo y entristecido ante una parte de la jerarquía eclesiástica», ha declarado Santiago Abascal en conversación con Unai Cano, periodista de La Gaceta de la Iberosfera y conductor de El bolso de Soraya, con quien se ha explayado: «No es solo su posición en materia migratoria o frente al islamismo extremista que avanza, sino su silencio ante muchas políticas de este Gobierno: de las políticas de género, del derecho a la vida de los no nacidos, de los ancianos al final de su vida», ha enumerado, en alusión al aborto o la eutanasia.
«Cuando Vox propuso que se escuchara el latido fetal», ha recordado, refiriéndose a la propuesta que hizo en 2023 el entonces vicepresidente de Castilla y León Juan García-Gallardo, «recibimos el reproche del secretario general de la Conferencia Episcopal. Por eso digo ‘una parte de la jerarquía’. Me refiero a una persona en este caso, su posición ante el Valle de los Caídos, su posición ante tantas cosas», ha continuado. El aludido es Francisco César García Magán, obispo auxiliar de Toledo, secretario general y portavoz de la Conferencia Episcopal, quien defendió de forma vehemente el acuerdo entre la Iglesia y el Gobierno para la «resignificación» del monumento.
Duras insinuaciones
«No sé a qué se debe», ha proseguido Abascal antes de lanzar duras insinuaciones: «No sé si se debe a los ingresos públicos que obtiene la Iglesia y que le dificultan combatir determinadas políticas de los gobiernos. No sé si se debe a los ingresos percibidos como consecuencia del sistema de ayuda a la inmigración ilegal, donde probablemente no todo el dinero va a esas personas supuestamente necesitadas, sino también al sostenimiento de estructuras» de la Iglesia, como Cáritas.
«No sé si tiene que ver con los casos de pederastia dentro de la Iglesia que la tienen absolutamente amordazada ante las acciones de determinados gobiernos liberticidas que van contra nuestra identidad, incluso contra la libertad religiosa y contra la fe en muchos casos. No sé por qué es, pero asisto perplejo a estas posiciones», ha insinuado Abascal, que ha lanzado una advertencia a los obispos: «Yo tengo una responsabilidad política. Cada palo que aguante su vela. Si otros no ejercen su responsabilidad, tendrán que rendir cuentas ante otras personas o en otras instancias».
Se trata del último -y más fuerte- choque entre Vox y la Conferencia Episcopal, con la que ya ha escenificado numerosas discrepancias en los últimos años, sobre todo en materia migratoria. El pasado mes de abril, sin ir más lejos, el presidente de la Conferencia Episcopal, Luis Argüello, dio su bendición a la regularización masiva de inmigrantes en el Congreso, escudándose en que «la dignidad y el bien común están afectados». «Para hablar de un tema tan serio hay que tener un mínimo conocimiento de lo que se habla, y no un discurso vacío, político y demagógico», le replicó el portavoz de Inmigración, Interior y Seguridad de Vox, Samuel Vázquez.
«España no es Al-Andalus»
En una charla de una hora, Abascal ha centrado su discurso en la inmigración, como viene siendo habitual de un tiempo a esta parte en Vox, que lo ha fiado todo a esta carta. «Estamos perdiendo libertades, parte de nuestra identidad, nuestra seguridad y nuestros servicios públicos por el sumidero como consecuencia de políticas desastrosas, una de ellas la inmigración ilegal masiva», de la que ha responsabilizado tanto al Gobierno de España como al «bipartidismo europeo».
Abascal ha alertado de que España sufre ya las consecuencias «dramáticas» de la importación quienes «vienen a imponer una ideología totalitaria», en referencia a los islamistas, y dejando claro que «España no es Al-Andalus, España no es Marruecos, ni va a serlo«. Aun así, se ha mostrado esperanzado: «Tengo confianza y esperanza en nuestro pueblo. Somos capaces de recuperar nuestra tierra y nuestra libertad».