La expresidenta de EFE critica en 'El País' el control de los medios con Sánchez: «Da miedo»
Gabriela Cañas denuncia el «cinismo» del Gobierno con el «grave ataque a la libertad» en su propuesta de ley de secretos

Gabriela Cañas, durante su etapa de presidenta de EFE. | Foto: EP
La anterior presidenta de EFE, Gabriela Cañas, ha criticado este lunes en una tribuna publicada en El País el control de los medios de comunicación que, a su juicio, está ejerciendo Pedro Sánchez con sus últimas decisiones legislativas, sobre todo con el proyecto de ley de Información Clasificada que impone fuertes multas a los periodistas por revelar documentos secretos y que otorga a la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC) el rol de evaluar el pluralismo en el sector y su independencia editorial. «Da miedo», sentencia la periodista en su columna.
Cañas ejerció como alto cargo en el primer Gobierno de coalición entre mayo de 2020 y diciembre de 2023, momento en el que Sánchez decidió apartarla para poner al frente de la agencia de noticias pública a Miguel Ángel Oliver, quien fuera su secretario de Estado de Comunicación tras la moción de censura de 2018. La periodista también fue directora general de Información Internacional en la Moncloa durante la etapa de José Luis Rodríguez Zapatero. En 2022 fue incluida en la lista de Forbes como una de las 100 mujeres más influyentes de España.
La expresidenta de EFE recuerda en su tribuna que el pasado viernes entró en vigor una norma comunitaria «que España tampoco aplicará en su totalidad por el momento». Se trata del reglamento europeo sobre la Libertad de los Medios de Comunicación que tras un largo debate en la Eurocámara, fue aprobado en abril del pasado año y «contiene, entre otros, un apartado interesante y necesario para garantizar la independencia de los medios públicos» como el que dirigió. «Pero en este terreno una cosa es lo que nuestro país negocia en Bruselas y otra muy distinta lo que los políticos en ejercicio estiman que les conviene», añade a renglón seguido.
«Al poco de aprobarse el reglamento, el Gobierno español ideó, sin embargo, un decreto que le permitió situar a su candidato al frente de RTVE sin necesidad de mayoría cualificada (dos tercios) y crear un nuevo consejo de administración con 15 representantes políticos (incluidos los socios de legislatura) con un sueldo de 125.000 euros al año. Ese reglamento exige transparencia y mandatos cerrados para los directivos y consejeros para reforzar su independencia política», recuerda sobre el polémico decreto, que fue aprobado en el Congreso el mismo día de la dana de Valencia.
«Impera el cinismo (…). Lo que no sabíamos entonces es que este curso político terminaría con otro grave ataque a la libertad de los medios de comunicación en nombre de la regeneración democrática», se lamenta Cañas sobre los proyectos legislativos que apuestan por imponer sistemas de vigilancia y multas millonarias sobre la información clasificada por el Gobierno. «Al Consejo de Estado le ha parecido excesivo que a un periodista se le pueda imponer una sanción de hasta 2,5 millones por revelar ‘altos secretos’, como recoge la propuesta gubernamental. Así que, en efecto, de convertirse en ley, en España se penaría gravemente publicar algo parecido a los Papeles del Pentágono», subraya sobre el caso mediático que cambió la percepción de la guerra de Vietnam en EEUU.
En opinión de la periodista, frente al fomento europeo «de libertad de los medios y las palabras grandilocuentes» sobre los avances democráticos, La Moncloa «ha optado fundamentalmente por el control». Incluso, lamenta que la concentración de medios, que en ocasiones es «beneficiosa en todo sector productivo», estará «vigilada» desde la CNMC con la nueva ley «y no solo por razones económicas».
Cañas recuerda que los medios tradicionales intentaban recuperarse «de la crisis existencial» provocada por la crisis de 2008 y la competencia «desleal» de las grandes plataformas digitales, «cuando las primeras acusaciones de corrupción en el entorno del Gobierno central los convirtieron el año pasado en chivo expiatorio» del presidente tras los estallidos de los casos Koldo, Begoña Gómez y David Sánchez. «Se habló de bulos, se criticó la acción judicial sobre la base de ‘recortes de prensa’, que tantas veces han dado pistas a los tribunales de presuntas corruptelas políticas, y se innovó el diccionario hablando de ‘seudomedios’, así, en genérico, expandiendo la sospecha», se queja en el artículo.
«La reputación de los medios de comunicación, públicos o privados, sumidos en graves problemas financieros, vive sus horas más bajas y los políticos, no solo los españoles, ya se ocupan de seguir socavándola. Cada vez que uno de ellos utiliza una red social para anunciar sus éxitos, publicar una carta a la ciudadanía -en referencia a la iniciativa de Sánchez tras la investigación a su esposa- o criticar a la oposición, envía un sutil mensaje sobre la inutilidad de los medios tradicionales, empeñados en contextualizar la información y sortear la propaganda. Prefieren acudir a la X de Elon Musk, donde circula la mentira y el odio sin control. Gran paradoja», argumenta la predecesora de Oliver.
A juicio de la expresidenta de EFE, «todavía hay tiempo para enmendar los proyectos legislativos de este Gobierno y favorecer de verdad la pluralidad informativa» como pide la UE. «De lo contrario, Bruselas impondrá multas por incumplir sus directivas y reglamentos. Pero lo de menos será la sanción. Lo de más es que no se está cuidando la democracia», concluye.