The Objective
Política

Manuel Bretón (Cáritas): «El ingreso mínimo vital deja mucho que desear»

En una entrevista a THE OBJECTIVE admite que «hay que darle un buen meneo y el Gobierno lo sabe»

Manuel Bretón (Madrid, 1946) es desde marzo de 2017 el presidente de Cáritas de España, cargo que ocupa después de una larga carrera militar, que le llevó a ser ayudante de campo de Su Majestad el Rey Don Juan Carlos I. Al fianlizar su último destino profesional en Granada, como jefe del mando de Adiestramiento y Doctrina del Ejército, decidió dedicar todo su tiempo libre y el máximo esfuerzo en la ayuda a los más necesitados. Esta entrega se materializó, en un primer momento, en la fundación de Cáritas castrenes, tras un encuentro con el arzobispo castrense Juan del Río. En una entrevista concedida a THE OBJECTIVE, analiza la situación de la pobreza en España, el problema de la inmigración y de la falta de valores en la sociedad.

PREGUNTA.- A final de año se presentará el IX informe de la Fundación Foessa (Fomento de Estudios Sociales y de Sociología Aplicada), ¿puede adelantarnos algunas conclusiones?

RESPUESTA.- Tenemos que poner en marcha toda nuestra sapiencia sobre la situación en general, lo que está pasando en nuestra sociedad. Puedo asegurar que va a sorprender mucho porque los datos son, como te puedes imaginar, difíciles de entender por las autoridades responsables. Que es donde hace más daño, lógicamente. Uno de los grandes problemas es la vivienda, cómo se ha denigrado en muchos aspectos.

P.- ¿Cuáles son los perfiles más afectados por la exclusión social?

R.- La exclusión sigue creciendo en nuestro país y las diferencias generacionales siguen aumentando. Llegamos a un 28% más de exclusión severa en nuestra sociedad, más de 40 millones de personas, y la mitad acuden a nuestras puertas a lo largo del año. Como siempre, los más afectados son la infancia y la juventud, también las familias monoparentales con menores a su cargo; los inmigrantes. Uno de cada tres de los que acuden a nuestras puertas son personas en situación administrativa irregular: los conocemos, están trabajando en nuestras casas, en la construcción, pero no tienen papeles y son una sociedad olvidada.

P- ¿Qué radiografía de la sociedad española refleja el informe? ¿Está peor que cuando se presentó el anterior, hace cinco años?

R.- Estamos sometidos a una enfermedad crónica de incremento de la exclusión en general de nuestra sociedad. Lo que pasa es que es verdad que para hablar de pobreza tenemos que hablar de lo que le pasa a nuestra sociedad. Son gente que pueden tener acceso a una alimentación, a determinados servicios, pero están en exclusión porque no llegan a final de mes.

P.- ¿Por qué hay ahora más pobreza?

R.- Se nos ha cronificado esa pobreza desde hace años. Hay tres etapas de la época reciente que son el problema de la situación económica de hace unos años: la crisis de 2008, el COVID y un exceso de los precios de la vida. Esto ha provocado que los ingresos no corresponden con los gastos en una sociedad normal. ¿Y qué pasa con esto? Uno de cada cinco habitantes está en exclusión o en riesgo de exclusión.

«La pobreza se ha cronificado desde hace años, sigue creciendo en nuestro país»

P.- Entonces supongo que no comparte esa visión optimista del Gobierno que dice que la economía va como un cohete. ¿Se está engañando a la sociedad sobre lo que sucede? ¿Se quiere narcotizarla?

R.- Yo no diría exactamente que es un narcótico a la sociedad, pero sí que es una forma de ver nuestro desarrollo diferente a como lo vemos nosotros. Los datos macroeconómicos son los mejores desde hace muchos año. Los datos del empleo que nos dan mejoran la situación anterior. Pero resulta que la parte de la sociedad que acude a nuestras puertas y que cuidamos no ve ese crecimiento. La vivienda, como el empleo, como el apoyo a los mayores, a los jóvenes, etc., no han superado los niveles que pretendíamos conseguir.

P.- ¿El Gobierno quiere dar una imagen de prosperidad que no se corresponde con la realidad?

R.- Son conscientes de este problema. Hemos estado con la ministra de Vivienda y son conscientes de que hay números que no coinciden con los nuestros. El número de las viviendas vacías, pues a lo mejor no es el mismo que tenemos nosotros. Hay datos que a lo mejor no son iguales. Ellos se amparan en los grandes números, y no digo que sea con mala fe, pero, en cualquier caso, no es la idea que nosotros tenemos. Cuando vamos a las zonas de nuestro país que están más más expuestas a la exclusión, nos damos cuenta de que hay situaciones que no se corresponden con esos datos maravillosos que nos transmiten.

Entrevista_Manuel Bretón Romero

P.- ¿Quién es el culpable de esta situación? ¿Qué ha pasado en España?

R.- Yo creo que ha sido un olvido de la sociedad en general. Primero, porque no hay vivienda social. Estamos en los niveles más bajos de Europa, tenemos una vivienda por cada cien mil habitantes, que es un número muy bajo dentro de la media europea, que es normalmente cuatro o cuatro y pico. Soy consciente de que lo están intentando, pero el esfuerzo en hacer nueva vivienda es muy difícil en nuestra sociedad. Hay muchas administraciones responsables, un suelo que es el más valorado y muy difícil de tocar en las grandes ciudades. Cuando llega el momento de hacer viviendas sociales siempre hay un elemento económico y se pretende sacar algún beneficio de las mismas.

P.- ¿El gran fracaso de la política es la falta de solución al problema de la vivienda?

R.- Pues uno de los muchos. Hay muchos, como el empleo, cuando hablamos de que hay un resurgimiento, los datos que tenemos nosotros no aclaran o no justifican esa situación. Mucha gente está trabajando en situación precaria. Una de cada tres personas de las que acuden a nuestras puertas son gente que tiene trabajo, pero que necesitan más para vivir.

P.- ¿Hay demasiado optimismo con los datos de empleo?

R.- Yo creo que es preocupante. No sé si a nivel de lo que piensa el Gobierno o no, pero de lo que no cabe la menor duda es de que desde nuestro punto de vista el empleo es muy precario. Nosotros hemos hecho un gran esfuerzo en ese tema con el trabajo en la economía solidaria. Tenemos 68 empresas de inserción y contribuyen a darle empleo al que más lo necesita. Si a eso le añadimos la gente que no tiene papeles, pues no está presente, está oculta. Nuestro conocimiento de la realidad es tremendo. Los datos que tenemos son de una seriedad y de una objetividad asombrosa y respaldados por más de 40 universidades españolas, ciento veintitantos sociólogos que nos apoyan en la redacción de nuestros informes.

P.- ¿La realidad de la pobreza es muy distinta a la realidad política que nos quieren vender?

R.- Pues sí, eso es.

«Hay situaciones que no se corresponden con los datos maravillosos que nos transmiten»

P.- Cáritas ha alertado sobre un aumento del 24% de familias con pobreza severa. ¿Esos datos no confirman lo alejada que está la sociedad de esa bonanza económica?

R.- Nos preocupa muchísimo. Hace años bastaba con dar una bolsa de comida y dar ropa de los roperos de las parroquias; hoy en día no es así. Tenemos que atajar el grave problema de su integración en la sociedad, el apoyo en su educación, en su formación, el encontrar un trabajo, el que se alimente adecuadamente, el que tenga una vivienda en condiciones. Cada vez trabajamos y contamos con más medios, además, la sociedad es muy solidaria. Prácticamente, un 30% de lo que recibimos son subvenciones y el 70%, es privado. Estamos creciendo en ese sentido y esos números hacen pensar que las cosas no están mejor que el año pasado, porque necesitamos más dinero para solventar estos probelmas.

P.- Se han cumplido cinco años del ingreso mínimo vital, ¿no cree que tantas ayudas pueden desincentivar la búsqueda de empleo?

R.- Para nosotros ha sido un objetivo llegar a las personas que no tienen nada y era muy necesario en aquel momento. ¿Qué ha pasado? Pues que nos hemos dado cuenta de que deja mucho que desear. Tiene grandes problemas. Uno de ellos es la enorme burocracia para solicitarlo, otro es que no se puede compatibilizar con otros ingresos autonómicos. Hay problemas que hemos visto a lo largo de estos cinco años, se han incrementado y es necesario dedicarle un tiempo y mejorarlo. El Gobierno lo sabe, y está en ello. Hay una colaboración muy intensa con nosotros y con otras organizaciones, pero creo que le hace falta darle un buen meneo al ingreso mínimo vital. Nos tenemos que dar cuenta de lo que supone para una familia tener ese ingreso mínimo vital que te ayuda a subsistir. Con eso no vas a vivir, por supuesto, pero te ayuda a vivir. Y también están los temas de Hacienda, de la declaración de la renta, que de repente un día te llega un aviso de que tienes que devolver 20 mil euros.

Entrevista_Manuel Bretón Romero

P.- ¿Cree que se debe de controlar la inmigración y no permitir la llegada de tanta gente sin un horizonte, sin un futuro?

R.- Yo tengo una percepción y ha cambiado mucho a lo largo de estos años, porque lo he vivido muy de lleno. He estado presente cuando la gran movida de los venezolanos hacia Colombia, en el puente Simón Bolívar, en Cúcuta; pasaban miles de venezolanos buscando un mundo mejor con una bolsita de plástico, sin zapatos. Recuerdo una anécdota preciosa: había un obispo de Cáritas que preparaba comidas para seis mil personas a diario, estaba acompañándole y apareció una mujer con dos niños pequeños, y me dio su currículum. Era profesora de Historia de la Universidad de Medellín. Había escrito varios libros y la pobre, con un niño en brazos y el otro de la mano, había cruzado la frontera obligada a buscar una vida mejor.

P.- En el caso de España, ¿qué hay qué hacer?

R.- A los que llegan les han dicho que aquí tenemos una vida mejor, que van a desarrollar sus expectativas de la mejor forma posible. ¿Cómo se hace creer a esa gente que eso no es verdad? Es muy difícil que no crucen. El problema es que lleguen con vida, acogerles de la mejor forma posible y que regulen su situación. Poner muros en el Atlántico no nos va a resolver los problemas.

P.- ¿Cómo tiene que hacerse la integración, porque es muy difícil?

R.- Circunstancias fuera de nuestro control han motivado que se desarrollen una serie de delitos, especialmente difíciles de entender para nosotros, y que parece que son ellos los culpables. No lo hemos hecho mal en España, que se hayan sucedido ese tipo de delitos tremendos habrá que solucionarlo desde el punto de vista policial, pero esa sociedad hay que integrarla como sea, no basta con meterlos en autobuses y devolverlos como sea.

P.- ¿Cree que se está haciendo política con los inmigrantes?

R.- También es verdad porque quizás no le hemos dado toda la importancia que tenía. Se nos han ido acumulando las llegadas de las pateras a nuestras fronteras, a nuestros aeropuertos, de gente de otros países y no hemos tenido capacidad para absorberlo, pero yo creo que es un objetivo que tenemos que poner en marcha cuanto antes.

«Al ingreso mínimo vital hay que darle un buen meneo y el Gobierno lo sabe»

P.- ¿Ha sido un fracaso la integración?

R.- Efectivamente, y además tenemos poco apoyo de otros países, porque nuestro problema es distinto al de Francia o al de Italia. Aquí llegan, tenemos unas fronteras muy abiertas, y nos tenemos que mentalizar de que esto no va a pararse, no vamos a poder poner fronteras en el Mediterráneo o en el Atlántico

P.- ¿En qué punto de tramitación en el Congreso de los Diputados se encuentra la Iniciativa Legislativa Popular para regularizar a 500 mil inmigrantes?

R.- Las circunstancias políticas que estamos viviendo hacen que el partido del Gobierno piense que con la reforma del Reglamento de Extranjería, se soluciona todo.

Entrevista_Manuel Bretón Romero

P.- ¿El Gobierno no tiene ningún interés en que se apruebe?

R.- No es así; tuvimos varios contactos, estuve con la ministra de Inclusión y ellos pensaban que con esto se había solucionado el problema. Las cosas evolucionan, interviene la Conferencia Episcopal Española, nos apoya mucho don Luis Argüello [presidente de la Conferencia Episcopal], que escribe cartas a los líderes políticos y piensan que es posible reactivarlo. Me pidieron comparecer en la Comisión de Trabajo del Congreso de los Diputados para darles datos. Yo me sorprendí, porque todos eran favorables, y salí muy optimista. Pero no se ponen de acuerdo, no son capaces de hablar entre ellos.

P.- El Gobierno tiene la mayoría parlamentaria. ¿Por qué no la desbloquea?

R.- Están en ello, pero quieren que sea toda la sociedad o el espectro político el que contribuya a ello. Pero no son capaces de mirarse a la cara, sentarse, y decir: ‘vamos’.

P.- El Partido Popular no quiere una regulación masiva, sino ver caso a caso.

R.- Para eso hace falta una administración adecuada, poner medios y que no se acumulen en las oficinas de extranjerías cientos de personas. Es una iniciativa firmada por 700.000 personas y no se puede dejar olvidada.

P.- ¿El Gobierno tiene miedo de que se le vuelva en contra ahora que empieza un periodo electoral?

R.- Sí, posiblemente, y sobre todo a nivel electoral. He percibido un cambio muy positivo, a lo mejor me han engañado, el momento en el que vivimos con lo que está pasando, con unas elecciones relativamente próximas, pues, a lo mejor no les conviene, pero… perspectivas, hay.

«Me causa pavor que en el País Vasco la juventud no sepa lo que pasó con ETA»

P.- ¿Lamenta los ataques a la Iglesia Católica y a la importante labor social que hace? Cuando llegó el Covid, la gente fue a pedir ayuda a las parroquias.

R.- Se es consciente y lo saben de sobra. Es verdad que hemos sufrido, ha habido épocas malas, pero yo creo que, en este momento, la Iglesia Católica y Cáritas, en particular, tienen un prestigio en la sociedad. Yo me acerco a todos. He firmado el otro día con el ministro Marlaska un convenio de emergencias, he asistido como invitado al Congreso del PP, voy a todos los sitios donde se me invita, nunca se me cierra una puerta.

Entrevista_Manuel Bretón Romero

P.- En este momento político en España, con tantos casos de corrupción y con tanta necesidad a la que atender, ¿qué piensa? ¿Es inmoral lo que está sucediendo, es consecuencia de la pérdida de valores éticos y morales?

R.- Por supuesto, mucho. Por eso creo que hay que intentar volver a regenerar nuestra sociedad, sobre todo a los jóvenes. A mí me causa pavor que en el País Vasco la juventud no sepa lo que pasó con ETA. Nadie les ha hablado de la guerra civil, pero, ¿por qué no?, si son vivencias que van a hacer crecer nuestros valores.

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