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Política

Quintana Paz, el filósofo amigo de Abascal y Argüello: «Vox no debe someterse a los obispos»

El pensador salmantino insta a los obispos españoles a centrarse en el mensaje religioso y no en la política

Quintana Paz, el filósofo amigo de Abascal y Argüello: «Vox no debe someterse a los obispos»

Miguel Ángel Quintana Paz. | Víctor Ubiña

Es uno de los temas políticos del verano, el rifirrafe entre la Conferencia Episcopal y Vox al calor del veto de los actos musulmanes en Jumilla, y pocas personas más pertinentes para reflexionar sobre él que Miguel Ángel Quintana Paz. Este pensador provocador (si se permite el pleonasmo) no solo resulta ser católico, sino amigo tanto de Luis Argüello como de Santiago Abascal. De hecho, ambos participaron en la presentación de su libro, Cosas que he aprendido de gente interesante, que tuvo lugar el pasado mes de junio en Madrid. Es también el filósofo que mejor conoce a Vox, al que asesora a través de la Fundación Disenso, y ya advirtió hace tiempo de que «no puede ser un partido católico enzarzado [en el sentido de coaligado] con la jerarquía eclesial», sino uno gibelino. Esto es, que sea capaz de hablar de tú a tú con los obispos.

-Parece que le hicieron caso…

-(ríe) No es que me hayan hecho caso, es que es normal que, dado cómo están las cosas en el mundo, pensemos y hablemos de modo parecido. En esto no hay mucho debate. Vox debe ser un partido inspirado en principios cristianos, pero no abrazado a los jerarcas de la Iglesia Católica. El régimen de Franco se apoyaba al inicio en ellos, y vivió sus últimos años tan enfrentado al clero, que incluso tuvo que destinar una cárcel concreta, la de Zamora, para los sacerdotes que le eran rebeldes.

La moraleja está clara para el filósofo salmantino: la jerarquía eclesiástica prima a menudo sus intereses por encima de los del pueblo, y la nueva derecha no puede caer en el mismo error; debe proteger al pueblo, no los intereses particulares del episcopado. «Vox tiene ser gibelino. Es decir, que en el conflicto entre poder civil y poder eclesial tiene que dejarle muy claro al poder eclesial que no tiene que por qué imponerse políticamente sobre los cristianos que participan en el poder civil», expone.

Así lo hizo Abascal el pasado domingo, en una entrevista emitida por Bipartidismo Stream, el canal de YouTube del partido, en donde cargó con una dureza inusitada contra los obispos, acusándoles de haberse plegado al Gobierno en cuestiones como la ideología de género o el Valle de los Caídos condicionados por las subvenciones públicas recibidas o por la lacra de la pederastia. Quintana Paz se abona a esta segunda tesis.

La pederastia

«En octubre, cuando Sánchez sale de su reunión con el Papa, dijo que habían hablado de resolver dos asuntos de manera conjunta: los abusos y el Valle de los Caídos. La pregunta lógica es cómo tienen que ser resueltos de manera conjunta si no tienen nada que ver. Más tarde, en abril, la Conferencia Episcopal Española acepta la profanación del Valle de los Caídos y a su vez el Gobierno suaviza extraordinariamente una comisión que se había aprobado para investigar los casos de pederastia. Creo que hasta Ockham o Hume reconocerían aquí una muy probable relación de causalidad», ironiza el filósofo salmantino.

Esta sumisión al Gobierno se evidencia, en la teoría de Quintana Paz, en los ataques a Vox. «Es muy obvio, los obispos están utilizando de continuo sus terminales mediáticas para atacarlo. ¿Qué sentido tiene comportarte de modo sumiso ante quien te maltrata? Además, el episcopado español tiene muchos problemas, ¿qué sentido tiene cargar tú con ellos?», plantea el articulista de THE OBJECTIVE, que abunda: «Franco defendió al clero español en el 36 de la masacre, y en el 60 ese clero pasó en buena parte a oponerse a Franco. No creo que tenga sentido repetir ese ciclo otra vez. Ya se ha aprendido de ello».

Iglesia e inmigración

Para el filósofo cercano a Vox, la mayoría de los obispos no son personas de gran formación sobre los problemas de nuestro tiempo. A esa falta de conciencia, así como a una cuestión económica, atribuye Quintana Paz su postura migratoria: «En el Catecismo se dice que hay que respetar la dignidad de las personas que inmigran, sí, pero también el derecho de los Estados a regular los flujos migratorios y a exigir deberes a los inmigrantes. ¿Cuándo se ha escuchado esa segunda parte a los obispos españoles? Rara vez. ¿Tiene que ver con los millones y millones que recibe el episcopado del actual Gobierno para gestionar la inmigración? Es sensato preguntárselo».

Como se extrae de sus declaraciones, Quintana Paz es aún más duro que Abascal con los obispos. Pero no con todos. Lo es, en especial, con el secretario general César García Magán, autor del comunicado criticando la decisión del Ayuntamiento jumillano por considerarla «una discriminación que no puede darse en sociedades democráticas». «El comunicado se sostenía sobre dos argumentos: apelaba a la libertad religiosa y a la supuesta inconstitucionalidad de la norma. ¿Cuántas citas había a las Sagradas Escrituras, al Catecismo, a los padres de la Iglesia, a los concilios, a documentos papales? Cero», critica el filósofo. “Si los obispos renuncian a hablar de Cristo y se expresan como cualquier politiquillo o estudiante de 2º de Derecho, claro que pueden ser contestados como cualquier politiquillo o estudiante de Derecho”.

Sin embargo, salva de su crítica a Luis Argüello, quien peca en ocasiones, a su juicio, de «intelectual». «Él trata de poner sensatez, pero sin que parezca que está deslegitimando al otro; tiene que hacer un encaje de bolillos rarísimo», dice Quintana Paz en referencia al ponderado artículo del presidente de la Conferencia Episcopal en Abc, en el que criticaba a quienes son «groseros» con el cristianismo, a los que usan el cristianismo para hacer «política identitaria», y pedía «reciprocidad a los Estados de confesión islámica que persiguen o ponen trabas a los cristianos». Un mensaje moderado que «da en parte la razón a Vox al reivindicar el tomista ordo amoris, la importancia de amar antes lo más cercano; pero que no ha calado».

El filósofo amigo de Abascal y Argüello lanza un último mensaje: «Están todo el día opinando de Gaza, de Jumilla, de los polideportivos… están hablando de un montón de cositas, pero deberían incidir más en qué significa la Pasión, Muerte y Resurrección de Cristo. Punto. Cuenta a los españoles que están redimidos, que pueden estar salvados. Pero no están en eso. En los medios que son de su responsabilidad no están contando eso. Hay un hambre en mucha gente que desea conocer eso. ¿Por qué pierden el tiempo con los polideportivos de una pequeña ciudad? No lo entiendo. O se entiende demasiado bien. Son personas muy despistadas sobre qué es lo que de veras necesitan los hombres hoy», zanja Quintana Paz, que pide devolver «al César lo que es del César y a Dios lo que es de Dios».

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